Tos crónica: causas y tratamientos

Foto: Bezzia

Jordi Sabaté

Aitana, lectora y socia de eldiario.es, nos formula la siguiente petición en un correo electrónico: “vivo en Barcelona y desde hace un mes no paro de toser; leí hace un tiempo un artículo sobre la tos crónica y me da un no sé qué que lo mío lo sea, pues parece que puede ser síntoma de cosas graves, pero sospecho que también pueda ser alergia de los plataneros, que abundan aquí. ¿Podríais aclararme a qué se puede deber?”

Conviene aclarar antes que nada que la tos no es necesariamente mala, y de hecho es un mecanismo defensivo del cuerpo para remover la mucosa sucia y seca o bien alguna impureza que nos haya entrado en las vías respiratorias y digestivas. Es por tanto necesaria para mantener dichas vías limpias de sustancias y cuerpos que, de permanecer allí, podrían llenarse de bacterias y crearnos una infección. De todos modos el 12% de las consultas médicas están relacionadas con la tos y entre ellas, en un 7% se detecta tos crónica.

Diferencia entre episodios de tos y tos crónica

Ahora bien, la tos, cuando se vuelve recurrente, indica que existe algún problema de fondo, de modo que actúa como alarma de que algo está funcionando mal en nuestra fisiología, o bien estamos respirando o tragando algún producto irritante. En este sentido, un episodio de tos aguda que dure entre unos días y dos semanas, puede indicar un catarro en proceso de curarse, una neumonía, una irritación por alergias, especialmente las primaverales, también asma, ya sea alérgica o no.

Adicionalmente también puede deberse a la inhalación de productos tóxicos como naftalina, barnices, etc. Si la tos se prolonga entre dos y tres o cuatro semanas, como en el caso que nos relata Aitana, también puede deberse a alergias o a reflujo gastroesofágico que no está bien tratado desde el punto de vista dietético. En este sentido, en Qué comer y qué no comer cuando se tiene acidez nocturna, de damos más pistas. Si la tos se prolonga más allá de las ocho semanas podemos hablar de tos crónica

Causas de la tos crónica

La tos crónica puede tener entre sus causas enfermedades como la obstrucción pulmonar crónica (EPOC), bronquitis crónica debida al tabaquismo, asma crónica, tuberculosis, fibrosis pulmonar o cáncer de pulmónfibrosis pulmonar, por lo que conviene en estos casos acudir al neumólogo o neumóloga sin más dilación. También provocan tos crónica las enfermedades laborales provocadas por inhalación de tóxicos como los barnices, polvo de carbón o amianto; incluso algunos medicamentos para disminuir la tensión arterial

Pero en todo caso deberá ser el o la médico quien determine las causas tras una extensa entrevista, ya que estas pueden ser multifactoriales; por ejemplo sumando tabaquismo, inhalación de tóxicos y asma o alergias. También conviene distinguir entre lo que se conoce como tos productiva, donde concurre la presencia de flemas que se expulsan, y tos seca, donde no hay, puesto que tienen distintos tratamientos y orígenes.

Las flemas pueden indicar la presencia de una infección, mientras que la tos seca puede ser síntoma de procesos de irritación. En el caso de las flemas, es posible que el o la médico nos haga un cultivo de las mismas para determinar si el problema es de origen infeccioso. En ambos tipos de tos, también se efectuará una espirometría para medir la capacidad pulmonar, y podría incluso encargar un TAC del torax y de los senos para nasales.

Tratamientos para la tos crónica

Si la tos es seca se utilizan antitusígenos, que inhiben el reflejo de la tos; entre ellos destacan los que comprenden la codeína, el dextrometorfano o la cloperastina. Si la tos es productiva no se puede utilizar este tipo de medicamentos porque se acumularían las flemas, y es aconsejado utilizar mucolíticos derivados de la cisteína y la vacinia, ya que descomponen el moco facilitando su expulsión. Una alternativa son los expectorantes, usados en el caso de tos productiva en el caso de personas asmáticas.

Por otro lado, siempre es conveniente tomar ciertas medidas de precaución en el caso de padecer tos crónica o de episodios recurrentes y prolongados. Entre ellas beber frecuentemente agua para mantener bien hidratadas las vías, así como protegernos del frío y evitar los cambios bruscos de temperatura, para no fomentar los catarros que empeorarían el problema. Además deberemos tener una correcta higiene de manos para evitar infecciones y evitar a toda costa el alcohol y el tabaco. Finalmente son muy recomendables los lavados nasales.

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