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Periodontitis: cinco consejos para prevenir la enfermedad de las encías

Cristian Vázquez

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Hasta el 40% de la población occidental adulta presenta síntomas clínicos de enfermedad periodontal y más del 10% manifiesta formas graves. Es por eso que, como explica la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), la periodontitis se considera una de las enfermedades más extendidas del mundo.

Más aún: algunas estimaciones señalan que entre el 85-90% de los mayores de 35 años padece en algún grado estos problemas, sobre todo gingivitis. Todo esto tiene un coste no solo para la salud individual de las personas, sino también económico.

Según un estudio de 2021, implica en España un gasto de 2.600 millones de euros anuales. Y sin embargo, estas enfermedades de las encías son también grandes desconocidas.

De acuerdo con un estudio elaborado por la consultora italiana Key-Stone, en colaboración con la Sociedad Italiana de Periodoncia, el 47% de los adultos europeos ni siquiera saben lo que es la periodontitis. En España esa cifra es algo superior: el 49%.

¿En qué consisten estas enfermedades?

La gingivitis es la inflamación superficial de la encía, producida por la acumulación de placa bacteriana en el tejido que rodea la base de los dientes. Su principal síntoma es el sangrado. Puede aparecer a cualquier edad y es reversible.

Pero, si no se trata, la gingivitis puede derivar en periodontitis: se forman “bolsas” de bacterias que provocan una infección profunda de la encía. Causan pérdida de hueso y tejidos, lo cual termina provocando retracción de las encías y pérdida de piezas dentales. Su avance no se puede revertir pero sí detener; por supuesto, cuanto antes mejor.

La importancia de la prevención

Por tales razones, la SEPA aconseja acudir al odontólogo -o periodoncista- ante la mínima observación de enrojecimiento o sangrado de las encías. Mucho más si se observan síntomas más graves, como halitosis, hipersensibilidad al frío, retracción de la encía, movilidad o separación de dientes o la sensación de que se han alargado.

Además, es recomendable poner atención a los factores de riesgo que propician los problemas periodontales. Uno de los más importantes es el tabaquismo: fumar aumenta entre 2,5 y 6 veces el riesgo de pérdida de inserción dental, en función de la cantidad de cigarrillos que se consumen y la antigüedad del hábito.

Otros factores de riesgo son los índices elevados de estrés, los cambios hormonales producidos durante etapas como el embarazo o la menopausia, la presencia de otras enfermedades (como diabetes, osteoporosis, herpes, HIV, etc.) o los antecedentes familiares de dolencias en las encías.

En cualquier caso, resulta fundamental la prevención. En este sentido, distintos documentos de la SEPA enumeran una serie de consejos simples pero que deben formar parte de la rutina cotidiana para reducir en todo lo posible el riesgo de sufrir enfermedades de las encías. Los principales son los siguientes.

1. Cepillarse los dientes

Cepillarse los dientes y las encías correctamente, al menos tres veces al día, después de cada comida y sobre todo por la noche, antes de acostarse, es una de las piedras angulares de la higiene bucal. Se debe procurar que el cepillo alcance todas las zonas de la boca, en especial a las de difícil acceso.

Es más importante la insistencia que la fuerza que se ejerce sobre las encías y dientes. Por eso, se sugiere que el procedimiento dure al menos dos minutos. También, que el cepillo sea normal o suave, y no de cerdas duras. Hay que renovarlo cada tres meses; una forma de evitar olvidos es hacerlo con cada cambio de estación.

2. Complementar la limpieza con hilo dental u otros productos

La seda dental, y también los cepillos interdentales, son adminículos que permiten alcanzar recovecos adonde el cepillo normal no llega y en los cuales, por lo tanto, es más probable que se acumulen restos de comida y se forme placa que aumente el riesgo de enfermedades periodontales.

El odontólogo ha de explicar cuál de ambas herramientas es la más apropiada para complementar el cepillado y dará los consejos acerca de cómo utilizarla. Desde luego, hay que tener mucho cuidado de no lastimar las encías durante el procedimiento, sobre todo cuando se trata de hilo dental.

Los documentos de la SEPA también recomiendan enjuagarse con colutorios “cuando esté indicado”: solo conviene usarlos cuando lo ha aconsejado el odontólogo o el periodoncista. Y, en tal caso, será este especialista quien señale qué clase de colutorio se ha de emplear, pues los hay de muy variadas composiciones.

3. No fumar

Como ya se ha señalado, el tabaquismo es uno de los mayores factores de riesgo de sufrir enfermedades de las encías. Se calcula, enfatiza la SEPA, que entre el 30% y 40% de los casos de periodontitis crónica pueden ser atribuibles al tabaco.

Ocurre por los efectos negativos que este ejerce tanto sobre la microflora subgingival (es decir, sobre la placa bacteriana) como en los tejidos de la zona y las defensas de la persona.

Por eso, no fumar -o al menos reducir el consumo de cigarrillos- es otra forma clave de prevención. Aunque en general el consumo de tabaco ha caído en los últimos años, todavía hay en España unos 8,8 millones de fumadores, más del 18% del total de la población.

4. Acudir al dentista con regularidad

Cada seis meses: esa es la periodicidad recomendada para las visitas al odontólogo. De este modo, es posible detectar los posibles problemas a tiempo y actuar contra ellos.

La gingivitis se puede revertir, pero en ese caso para eliminar la placa bacteriana no basta con el cepillado normal: hace falta una limpieza a fondo, realizada por un profesional.

Detalla la SEPA que el primer paso de cualquier tratamiento de esta clase “tiene por objeto inducir un cambio de comportamiento, motivando al paciente a emprender con éxito la eliminación del biofilm dental supragingival y el control de los factores de riesgo”.

5. Llevar una dieta saludable

Respetar una dieta equilibrada y saludable también es clave. Entre los perjuicios de consumir demasiados productos con azúcares añadidos (refrescos, chocolate, bollería industrial, etc.) se encuentra una peor salud bucodental, incluido un riesgo mayor de padecer de caries y de acumular placa bacteriana.

No solo eso. Una alimentación desequilibrada favorece la aparición de enfermedades como diabetes u osteoporosis, factores de riesgo para la periodontitis. Y también tiene efectos negativos sobre el sistema inmune.

Por lo demás, conviene tener presente que la periodontitis tiene a su vez consecuencias ingratas para la salud general: aumenta el riesgo cardiovascular y de enfermedades pulmonares, el de parto prematuro y el de descompensación de la diabetes.

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