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Aviones de guerra se exhiben por primera vez como maniquíes fotográficos

El fotógrafo Valentín Vallhonrat, expone en Logroño

EFE

Logroño —

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El fotógrafo Valentín Vallhonrat (Madrid. 1956) expone en Logroño, por primera vez en España, el trabajo que ha denominado “Escenas de caza”, en el que ha “utilizado” a aviones de guerra como si fueran maniquíes, para crear escenas artísticas en las que juega con las luces y los fondos.

“Escenas de caza” es el último trabajo de este fotógrafo que en los últimos años ha planteado diferentes reflexiones sobre las posibilidades artísticas de objetos y lugares, siempre en función de la luz del momento y con el fin de construir imágenes únicas y completas, por encima del protagonista, en este caso los aviones.

Vallhonrat ha presentado ya colecciones en las que los dormitorios de hotel eran “la excusa” o una en la que presentaba visiones diferentes de monumentos en función de cómo les golpeara la luz.

Hace casi una década, ha explicado a EFE, mientras fotografiaba armerías reales históricas, se planteó “qué es hoy el equivalente a esos objetos que hace siglos eran la última tecnología para hacer la guerra” y “está claro que son estos aviones”.

La base aérea de Rota y la de submarinos en Cartagena fueron sus primeros destinos, ya hace cuatro años, y desde entonces ha recorrido, sobre todo, festivales aéreos y ferias de armamento en Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania para lograr un centenar de imágenes con “Tornados”, “Harrier” o modernos drones, entre otros modelos.

Su proceso de trabajo consiste sobre todo “en paciencia” para “esperar a que lleguen los aviones” porque “no siempre están donde dicen que van a estar” y “cuando entras en una base, todo lo relacionado con estas máquinas está sujeto a medidas de seguridad”.

Pero, en realidad, las mayores dosis de paciencia “son para esperar a la luz adecuada” para que “la línea de horizonte, el suelo y el aparato” puedan construir la escena que busca, en las que el avión está en el centro, pero la imagen se desarrolla también en torno a las nubes, al sol, a los reflejos y a los espacios.

“Es lo mismo que hacían los pintores de los siglos XVI y XVII en los cuadros de caza”, explica, y de ahí se justifica el nombre de la exposición.

Porque en esos cuadros “se representaban escenas ficticias, creaciones en las que los personajes estaban en situaciones inverosímiles, con animales fieros y personajes triunfantes”.

De hecho, relata Vallhonrat, hay un cuadro en concreto que le ha inspirado, el retrato a caballo de Carlos V en Muhlberg, de Tiziano, “en donde se ve a un emperador triunfante y resplandeciente con su armadura, que era la gran tecnología de guerra en ese momento” y que “a él le marcaba como señor del cielo y la tierra”.

Él consideró que “los aviones hoy son la tecnología de guerra en su expresión máxima, muestran el dominio sobre los materiales y sobre la física para dominar también la destrucción y el ejercicio del poder”.

Ha trabajado con cámaras “de altísima resolución” para que “se vea hasta el último remache” y para ello “también he tenido que esperar a que la luz esté en el momento preciso en cada caso” con lo que “todo ha consistido en un ejercicio de paciencia y entusiasmo, porque a veces solo veía durante horas un espacio vacío”.

“Estos aviones de guerra son objetos que no pertenecen habitualmente al arte, pero los he fotografiado como si fueran una joya, con luz que busca belleza para tratar su superficie como si fuera una piel sensual”, ha explicado.

Además, todas las imágenes son en blanco y negro y en el proceso de creación “sí hay tecnología, sobre todo al procesar las luces” pero “no manipulación fotográfica de los aviones”, ha detallado.

Tras la exposición de Logroño, que finaliza en septiembre, la muestra viajará a otras ciudades de España, mientras su autor inicia otros trabajos y continúa en este mismo en dos direcciones.

Por un lado, ha explicado, pretende realizar una muestra fotográfica sobre los camuflajes de los aviones de guerra; y, por otro, acompañar estas fotografías con una recopilación de datos sobre el coste de cada avión, operaciones que han realizado y víctimas que se le atribuyen a cada uno, ha concluido.

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