El Hermitage Barcelona avisa de que el museo solo será viable con el apoyo local

El Museo Hermitage Barcelona ha advertido hoy que este proyecto, que prevé una inversión de 50 millones de euros en la capital catalana, solo será posible si cuenta con la “complicidad” del ayuntamiento y “la simpatía” de las entidades del barrio de la Barceloneta.

En un comunicado, los responsables de este proyecto, que prevé la construcción de una subsede del famoso museo de San Petersburgo (Rusia) en la Nueva Bocana del puerto barcelonés, han respondido así al manifiesto difundido esta semana por una decena de asociaciones vecinales que han expresado su rechazo a la iniciativa por entender que contribuirá a la masificación turística en el barrio.

Por contra, a finales de noviembre la Asociación de Vecinos de la Barceloneta y decenas de entidades y empresas de este barrio expresaron su apoyo al proyecto y expresaron su temor a que la ciudad pueda perder “una inversión importante tanto económica como de prestigio cultural a nivel mundial”.

Hermitage Barcelona indica en este sentido que ha trabajado en los últimos seis años con la Generalitat, el consistorio y las entidades y asociaciones vecinales, y considera “impensable que una inversión de 50 millones, de capital 100 % privado, pueda llevarse a cabo” si no cuenta “con el apoyo explícito del Ayuntamiento de Barcelona”.

El museo recuerda en su nota que el proyecto no tiene nada que ver con otro anterior que preveía construir en el mismo solar un centro comercial de lujo y resalta así que no se prevé construir ninguna pasarela para conectar el museo con la terminal de cruceros del puerto, como en el equipamiento anterior.

Denuncian, en este sentido, la insistencia en “asociar el Hermitage con el turismo de cruceros o un público con alto poder adquisitivo”, lo que a su juicio “tiene una clara voluntad de estigmatizar el proyecto” y minimizar su apuesto de ser un equipamiento “abierto al barrio y a la ciudad”.

También recuerda que el director del museo, Jorge Wagensberg, ha concebido el edificio como “un punto de encuentro que estimule el conocimiento” y contribuya a democratizar la cultura.

“La vocación de Hermitage Barcelona es dar a la ciudad, al país y al mundo entero uno de esos valiosísimos microclimas donde maduren sin cesar debates y la creatividad. Sin estos espacios, la democracia deriva en una rutina que sestea mientras la creatividad deriva en una mediocridad imparable”, ha alertado Wagensberg.

Por ello, desde el museo rechazan las acusaciones de que el proyecto “contribuirá a la gentrificación del barrio y a su elitización”, y añade que se han establecido las bases para la constitución de una mesa de empleo que formará personas para su futura incorporación laboral en el museo.

También insiste en que se ha acordado con el Puerto que los autocares que trasladen a los visitantes aparquen en la zona del World Trade Center, evitando que agraven los problemas de movilidad de la Barceloneta, y que utilicen después un bus náutico para llegar al museo.