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Justin Timberlake: The 20/20 Experience 2

'The 20/20 experience 2', de Justin Timberlake

Javier Pulido / Javier Pulido

Madrid —

También destacamos el último single de Bill Callahan, recordamos a Chucho, nos rendimos ante el fabuloso vídeo de Forest Words y recomendamos el fabuloso Red Bull Music Academy Weekender

Disco de la semana: Justin Timberlake -The 20/20 Experience 2-

The 20/20 Experience 2De discos dobles y excesos megalómanos están repletas las cunetas del pop. Justin Timberlake, que de ambición no va precisamente escaso, ha decidido ignorar las señales y publicar la secuela de The 20/20 Experience tan sólo unos meses después de la primera entrega, aunque todas las canciones provienen de las mismas sesiones. El arranque mayestático del disco llega a hacernos pensar que el niño bonito de la lista de ventas ha sorteado con gracia la curva donde se estrellaron tantas bandas, desde The Cure hasta Metallica. En la muy sexualizada Gimme what I don´t know (I want), Timbalad despliega los trucos de producción que en parte parecía haber escondido bajo la manga hace meses. Su hibridación de pop retrofuturista, funk, R&B y hip-hop también resulta ganadora en la culebreante True Blood. En Take back the night parece apuntarse a la moda del disco setentero, pero en el camino se acuerda de reivindicar al mejor Stevie Wonder. Timberlake también sale bien parado de sus duelos al sol con sus rivales en la lista de ventas. Murder le cita con Jay-Z en Bollywood con bombásticos resultados y su mano a mano con Drake en Cabaret casi nos hace olvidar que ese truco de mago ya lo vimos antes. Y ahora viene la mala noticia: The 20/20 experience 2 se resiente de la autoindulgencia de Timberlake e incluye material que no debería haber pasado el filtro. Drink you away es Bon Jovi de Turismo en Harlem y Only when you walk away es una plomiza sobredosis de fuzz patillero. Casi, pero no.

Canción de la semana: Bill Callahan -Small Planes-

Small PlanesAunque parezca mentira, este es el mismo Bill Callahan que hace 18 años cantaba con gelidez desapasionada himnos del aislamiento y la depresión como Batysphere; un hombre pegado a una guitarra y a sus mil tormentos interiores que jugaba en la misma liga desolada que Will Oldham y Mark Kozelek. El tiempo le ha conferido serenidad, pero no le ha restado chispa compositiva. Callahan transita desde hace años la ruta de la Americana con aplomo y resultados memorables. Dream river, su nuevo disco, combina la baza de instrumentación espartana, calma chicha y emoción a raudales, y contiene canciones tan emocionantes como este Small Planes, una delicada y preciosa oda al placer de consumir kilómetros en compañía del ser querido con la seguridad del que sabe que ya ha encontrado su hogar: “Nunca pienso en el peligro. De verdad soy un hombre afortunado”.

Clásico de la semana: Chucho -Tejido de felicidad

Tejido de felicidad

Chucho, proyecto capitaneado por Fernando Alfaro meses después de la defunción de Surfin´Bichos, siempre fue un grupo que giró en su propia órbita. Su música nunca encajó en el saco sin fondo del indie, pero tampoco fue carne de radiofórmula. Simplemente se dejaron llevar por lo que dictaban las canciones, ya fuera tropicalia o punk. Nacieron fuera de cualquier tiempo y por eso sus discos han envejecido tan bien y se han convertido en clásicos atemporales. Se suele decir que Tejido de felicidad es su entrega más pop, quizá porque sucedió al muy sombrío 78 o por la capacidad de arrastre del sensacional single Magic –o cómo invocar a los primeros Chic! por la vía orgánica–, pero lo cierto es que está repleto de desgarros emocionales y arañazos como Perruzo o Alicia Rompecuellos. Entre las canciones compuestas por Alfaro para la ocasión –aquí acompañado de Javier Fernández, Juan Carlos Rodríguez y Miguel Ángel Gascón– se incluyen sintéticos himnos de celebración del amor-aunque-duela (Revolución), pero también radiografías bañadas en sal de la convivencia –Mare Nostrum– y más o menos veladas metáforas sexuales –Amorhambre. Tejido de felicidad también incluye un par de canciones que nacieron como encargo para la banda sonora de Abre los ojos (Alejandro Amenábar, 1997), lo que confiere al disco una condición, en palabras de Alfaro, de “Frankenstein”. Pero a pesar de su eclecticismo sonoro, el segundo disco de Chucho suena fantásticamente cohesionado, gracias a la enorme producción de Kaki Arkarazo.

Videoclip de la semana: Forest Swords -Thor´s Stone

Thor´s Stone

Los beats brumosos de Forest Swords parecen haber sido pensados y ejecutados por todo un batallón de productores, pero tras este muy épico nombre de batalla se encuentra el joven productor Matthew Barnes, nombre que te será familiar en semanas cuando se publiquen las listas de los mejores discos del año. El vídeo de Thor´s Stone también tiene un único protagonista: el bailarín español Guzmán Rosado, a quien el director Dave Ma (que ha realizado videoclips para bandas como Foals o The Horrors) hizo bailar a lo largo de ocho extenuantes horas. Durante cuatro minutos vemos en primerísimo primer plano los huesos y músculos de Rosado, que pugnan por levantarse y seguir bailando, en contraste con un rostro fatigado del que cae alguna gota de sangre. Al final, el cerebro vence a la carne y asistimos a una danza hipnótica de movimientos espasmódicos, que no puede evitar recordarnos a las siniestras coreografías ejecutadas por vampiros y espectros asiáticos, pero de la que no podemos apartar la mirada.

Festival de la semana: Red Bull Music Academy Weekender

Antes de que la política consistorial convierta el panorama de directos de la capital en un yermo páramo, disfrutemos de eventos tan interesantes como Red Bull Music Academy Weekender, una serie de conciertos, conferencias y actividades en torno a los distintos sabores de la electrónica. Se celebra del 3 al 6 en diferentes salas y espacios de Madrid y está organizado en torno a ciclos temáticos. Nosotros nos quedamos con el cartel de “Cielo oscuro”. Por la Nave 16 del Matadero de Madrid desfilarán el viernes 4 Chris & Cosey, antaño padres de lo industrial en Throbbing Gristle y desde hace décadas nómadas mutantes de los ritmos; The Haxan Cloak, con una sesión de drones en directo en la que temblará el misterio; y los asturianos Fasenuova, o cómo remover conciencias sin renunciar a los ritmos bailables, por muy extremos que sean. Tampoco conviene perderse la psicodelia electrónica de Fuck Buttons, que estrenarán el fantástico Slow Focus, o las sesiones de Derrick Carter e Ibon Errazkin. Puedes consultar el cartel completo y los precios: aquí.

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