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El director de la nueva de ‘Ant-Man’ quería hacer “la película de Marvel más grande y extraña” de la que fuera capaz

Paul Rudd (i) y Payton Reed en la premiere australiana de 'Ant-Man y la Avispa: Quantumanía'

Alberto Corona

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Peyton Reed siempre fue fan de Star Wars y Marvel. Hoy tiene la suerte de trabajar en ambas franquicias: ha dirigido varios capítulos de The Mandalorian y firmado la trilogía que completa Ant-Man y la Avispa: Quantumanía dentro del Universo Cinematográfico de Marvel. La posibilidad de hacerlo se la ha brindado una misma empresa, Disney, décadas después de que este realizador estadounidense debutara precisamente en su seno. Entre 1995 y 1997 dirigió, así, los remakes televisivos de Mi cerebro es electrónico y Ahí va ese bólido.

“Hice Internauta por accidente y Ahí va ese bólido de nuevo a mediados de los 90, hace mucho tiempo”, recuerda para elDiario.es, afirmando que “todo ha cambiado desde entonces”. “Rodé esos telefilms de bajo presupuesto para la cadena ABC con la idea de que se emitieran los sábados por la mañana. La Disney de entonces era muy distinta a la de hoy. Fue mucho antes de que Star Wars o Marvel fueran parte de la empresa, y es asombroso ver lo mucho que ha crecido en todo este tiempo”, cuenta. Disney adquirió Lucasfilm de manos de George Lucas en 2012. Tres años antes, había hecho lo propio con Marvel Studios, pasando a manejar ese Universo Cinematográfico que tantas alegrías le ha deparado.

Reed, tras firmar películas de culto como A por todas o Abajo el amor, volvió al redil a mediados de la Fase 2. Edgar Wright había abandonado la producción de Ant-Man por las temidas diferencias creativas, pero su sucesor se las apañó sin problemas. Supo lidiar con Kevin Feige y, sobre todo, entabló una conexión con esos personajes. La suficiente como para seguirlos en aventuras posteriores.

Todos somos Scott

La trilogía de Ant-Man, inaugurada en 2015, está encabezada por Scott Lang, a quien da vida Paul Rudd. Es alguien de perfil bajo: un padre divorciado, exconvicto, nada que ver con un Capitán América. Es justo lo que atrae a Reed. “Scott es un tipo como otro cualquiera”, sostiene. “No se siente cómodo en un grupo superheroico, no es un gran científico o un millonario… solo es un tío normal empujado a algo muy grande”, opina. Terminando la Fase 3, Scott daba con la clave para derrotar a Thanos y revertir la tragedia del Chasquido. Era quien impulsaba, milagrosamente, la trama de Vengadores: Endgame.

“Siempre me han encantado las historias donde alguien ordinario se ve envuelto en algo extraordinario. He adorado este tipo de películas desde niño”, explica el director de Quantumanía. “Por ejemplo, Richard Dreyfuss en Encuentros en la tercera fase. Dreyfuss trabaja para una compañía eléctrica, y de pronto tiene que liderar el primer contacto de la raza humana con los extraterrestres”, indica. Reed ve a Scott “de la misma forma” que ve al protagonista de la película de Steven Spielberg. Pero Scott no está solo.

“Luego tenemos a Hope, que es hija de dos grandes superhéroes como son los Ant-Man y la Avispa originales”, explica. Hope van Dyne, interpretada por Evangeline Lilly, ganó el protagonismo suficiente como para que la secuela de Ant-Man incorporara un “y la Avispa”. Se impuso así a una suerte de injusticia que simbolizaba Scott: “En la primera Ant-Man ella pensaba que debía llevar el traje y no le gustaba Scott pero, a través de la trilogía, han aprendido a trabajar juntos, como un equipo. Y además se han enamorado”.

Para Reed, ese es otro factor diferencial dentro del Universo de Marvel: que sean una pareja. “Lo son en su vida privada y en la profesional, como superhéroes. Es algo único dentro de la franquicia”, cuenta. En Quantumania gana protagonismo, por otro lado, la hija de Scott: Cassie Lang, a quien interpreta Kathryn Newton. La tercera entrega de Ant-Man y la Avispa nos presenta a la hija cuestionando que su padre haya resuelto jubilarse tras los acontecimientos de Endgame, y siendo el desencadenante de una nueva incursión en el Reino Cuántico.

“Las primeras dos películas tenían lugar en su mayor parte en San Francisco, así que creímos que le debíamos al público responder algunas preguntas. Por ejemplo, ¿qué hay ahí abajo?”, relata. Reed se refiere al Reino Cuántico: una dimensión infinitesimal a la que únicamente se puede acceder utilizando las partículas Pym diseñadas por Hank, el Ant-Man original que interpreta Michael Douglas. En dicha dimensión, durante cerca de treinta años, había quedado atrapada Janet (Michelle Pfeiffer): pareja de Hank y madre de Hope.

En el marco de Quantumanía, Reed quería “explorar las profundidades del Reino Cuántico”. Lo que llevó a Ant-Man y la Avispa a algo así como una paradoja: la aventura ganaría muchísima escala, a la vez que lo hacía en el escenario más diminuto posible. Todo porque en el Reino Cuántico está atrapado un tal Kang el Conquistador.

Introduciendo la Fase 5

“Ant-Man y la Avispa contra Kang el Conquistador es una batalla muy desigual, siempre apostarías por Kang”, admite Reed. Quantumanía se levanta sobre la voluntad de no solo culminar la trilogía, sino de cambiar completamente el escenario donde se han ido moviendo los héroes hasta ahora. “Queríamos hacer la película más grande y extraña de Marvel que pudiéramos, e introducir a un antagonista mucho más temible de lo que jamás pudieran haber enfrentado Ant-Man y la Avispa”, dice.

Jonathan Majors interpreta a Kang, pero no es la primera vez que aparece en una producción de Marvel. Al final de la primera temporada de Loki debutó como El que Permanece, del que Kang el Conquistador resulta ser una “variante”: su versión de un universo distinto. Para más señas, Kang ha sido concebido como el antagonista principal de la actual Saga del Multiverso, del mismo modo que Thanos fue el de la Saga del Infinito que concluyó con Infinity War y Endgame. Pero el personaje de Josh Brolin es muy distinto al de Majors.

“Lo que diferencia a Kang de Thanos, o de Killmonger o de Loki… es que hay muchos”, señala Reed. Hay tantos, y con motivaciones tan siniestras, que una de las dos películas de Vengadores programadas en el futuro se titula The Kang Dynasty. “Hemos querido introducir nuestra propia versión, Kang el Conquistador, que en cierto sentido es el primer Kang. El más poderoso, el que todos temen”. Y contra el que Scott, Hope y Cassie poco pueden hacer, dando pie a una “tensión” que fue muy divertida para Reed y el guionista Jeff Loveness.

Quantumanía es una película con mucha mayor escala, y creo que es una progresión lógica para Ant-Man. Siempre hablamos de que si hacíamos una tercera entrega tendría que haber un gran cambio”, recuerda Reed. “Había que darle algo nuevo a la audiencia, introducirla en este microverso”, dice. El retrato del Reino Cuántico, cuyo diseño llegó a comparar Loveness con “el Dune de Jodorowsky”, es el gran reclamo de la tercera Ant-Man, pero el film también tiene que lidiar con otro condicionante muy delicado.

Quantumanía es la siguiente entrega de Marvel tras Black Panther: Wakanda Forever, que clausuró la Fase 4 de la Saga del Multiverso. Una fase muy cuestionada por la dispersión narrativa y la introducción desordenada de nuevos personajes, frente a la que Reed ha de inaugurar la Fase 5. Algo que, sin embargo, no le produce mucha inquietud. “No he sentido más presión por esta película que la que haya sentido por cualquier otra. Es decir, siempre sientes una presión autoinflingida. Siempre quieres hacer una película que sea buena”.

Pero lo cierto es que, al empezar a trabajar en Quantumanía, Reed no sabía que fuera a ser el inicio de la Fase 5. “Esto se decidió después de que tuviéramos un primer montaje de la película”, aclara. “Sí sabíamos a cambio que Kang el Conquistador venía para quedarse. Cuando fichamos a Jonathan y empezamos a rodar la película, e íbamos viendo el metraje y Jonathan estaba tan increíble como este personaje… vimos que había un gran potencial”, recuerda Reed. Majors tiene, pues, la llave del futuro del Universo de Marvel.

Uno que se decidirá entre multiversos y líneas temporales alternativas, y donde Reed ha terminado desempeñando un papel clave. Nada mal para alguien que empezó dirigiendo telefilmes destinados a Disney Channel.

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