La Fonoteca: “En este país tampoco importa la memoria histórica de la música”

Punk, yeye, rumba, pop, garage, ska o psicodelia. Todo cabe en La Fonoteca, la plataforma que desde el año 2008 no ha parado ni un instante de organizar conciertos, editar discos y, lo más importante, incrementar su increíble base de datos online de música española. Porque si por algo se caracterizan es por su meticulosa y rigurosa labor de documentación sobre grupos y discos de los últimos sesenta años de historia autóctona.

La pasada semana celebraron el quinto aniversario de su sede en Barcelona y estos días andan con los preparativos del libro que será su próximo lanzamiento: ¿Punk, pero que punk?   

La historia comenzó como comienzan muchas historias en la era de internet, con mucha pasión y naturalidad. “La Fonoteca es una plataforma de apoyo a la música española, dentro y fuera de sus fronteras, y en todas sus vertientes y estilos”, relata Diana Cortecero, una de las responsables del proyecto junto a Raúl Alonso, que comenta que “nació oficialmente en febrero de 2008, aunque al principio no dejaba de ser un blog escrito por cuatro amigos”.

Pero aquellas iniciales biografías se fueron haciendo cada vez más meticulosas y exhaustivas. La información que se podía rastrear en internet sobre muchos grupos españoles era escasa e incompleta, por lo que rápidamente se hicieron un lugar entre los favoritos de melómanos, profesionales y aficionados. A 10 de noviembre la cifra de grupos y artistas incluidos es de 1.430, aunque algunos de ellos no cuentan con su biografía correspondiente.

Colaboraciones especializadas

“Contamos con 7 u 8 colaboradores”, responde Cortecero. “Ninguno de los redactores tiene un vínculo personal con las bandas, lo que hace que la labor sea mucho más laboriosa”. La mayoría son grandes aficionados a la música, que dominan determinadas escenas y estilos: Tomás González es una eminencia dentro del punk, Julián Molero en la música de los cincuenta y sesenta o Fernando Fernández Rego en el panorama gallego.

“Desde el principio teníamos la intención de no cerrarnos a la música independiente o al underground”, confiesa Alonso. “Por el perfil de las personas implicadas se intentaron cubrir otras etapas: Pop primigenio, grupos capitales de los sesenta, los ochenta… Nos gustaría cubrir mas géneros, pero no podemos hacer mucho más. Este es un proyecto donde la gente tira a lo que más le gusta. Estaría encantado de cubrir palos como el flamenco o incluso abrir el melón de la música clásica”.

No es sencillo llevar a cabo un trabajo de documentación tan preciso sin prácticamente ingresos y casi sin apoyos de la administración pública -cuya única participación, hasta el momento, ha sido una pequeña aportación para renovar su portal-. Tampoco la SGAE se ha mostrado interesada en prestar algún tipo de ayuda económica. “Nos consta que nos conocen”, conseguimos arrancarle a Alonso. “Por desgracia en este país tampoco importa demasiado la memoria histórica de la cultura y menos de la música”, se lamenta.

Por lo tanto, es una propuesta totalmente independiente y autofinanciada. “Tenemos la suerte de que el proyecto va solo”, explica Cortecero. “Hay tantos frentes abiertos que lo que sacamos de la publicidad de la página lo utilizamos para los discos. Y lo que sacamos de los vinilos lo empleamos para organizar conciertos. Todo se retroalimenta. Hoy por hoy ninguno de los socios vivimos de ello”, confiesa.  

Sus discos y publicaciones

Este sistema de inversión solo ha servido para que pusieran más empeño en la labor que venían realizando, tendiendo puentes bien visibles entre pasado y presente. La actualidad es una de las facetas que nunca han dejado de lado, ya sea con la celebración de conciertos o con la edición de discos de diferentes escenas: Mar y montaña, Madrid está helado, Nuevos bríos o la serie Puente aéreo, que pone en valor la relación entre Madrid y Barcelona, han dado visibilidad a multitud de formaciones emergentes que estaban comenzando en el terreno de la música independiente.

Grupos como Caliza, El Último Vecino, Doble Pletina, Hazte Lapón o Elsa de Alfonso y Los Prestigio, en muchos casos han tenido su primer concierto o su estreno en vinilo gracias a ellos.

Sin embargo, son los libros lo que más entretenidos les tiene últimamente. Fue la reedición de Música Moderna, el legendario libro de Fernando Márquez, El Zurdo, sobre la escena madrileña de los ochenta, el que les hizo comenzar con ello. Una publicación que supuso ir algo más allá, al completarlo con un texto introductorio y nuevas fotografías de Javier Senovilla y Miguel Trillo. Con el último siguen en contacto y se encuentran preparando un nuevo proyecto que probablemente saldrá publicado a comienzos del próximo año han vuelto a hablar y se encuentran preparando un proyecto.

Luego vendrían la biografía de Andrés do Barro, conocido por algunos como el Johnny Cash de Galicia, y un interesante acercamiento a los inicios del rock en Madrid llamado Batería, guitarra y twist, una crónica escrita por uno de sus colaboradores, Julián Molero.

“La Fonoteca nace como un proyecto colaborativo”, indica Alonso. “Nos gustaría que la gente se acercara a nosotros con ideas, estamos abiertos a escuchar y a intentar desarrollar lo que se nos proponga”. De momento cuentan con una enorme lista de posibles proyectos: “Creemos que hay mucho material aún por rescatar”.  

De momento, lo que tienen a punto de lanzar es la guía sobre el punk español escrita por Tomás González. Un acercamiento anárquico, pero riguroso y completo, de las diferentes subescenas y agrupaciones que han aparecido en el estado español en las últimas cuatro décadas. “Este intento de ser una guía nace del propio espíritu de La Fonoteca, es el más pegado a la idea de la base de datos”, aclaraba hace unos semanas su autor en Radio Círculo. Un libro que promete ser uno de los indispensables de la historia de la música española.