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“Es difícil componer música de baile cuando pasas de los 50 y ya no tienes cuerpo para bailar”

New Order. Foto: Nick Wilson (web oficial)

Luis J. Menéndez

Los anuncios de la reunión de New Order en 2011 para dar una serie de conciertos y, hace tan solo unos meses, de la publicación del noveno disco de la banda de Manchester, el primero en una década, fueron recibidos por los fans con división de opiniones. El motivo, claro está, era la ausencia en la formación de su carismático bajista Peter Hook, que junto a Bernard Summer y Stephen Morris había formado Joy Division y tras la trágica muerte de Ian Curtis había sido piedra angular de la reinvención del grupo como New Order. Hook discutió por última vez en persona con sus ahora ex compañeros en 2007, cerrando la puerta a una posible continuidad de la banda. O al menos eso creía él...

En realidad, New Order llevaba siendo una familia mal avenida desde mucho tiempo atrás. El primer amago de disolución llegó inmediatamente después de que publicaran su disco más vendido, Technique (1989), pero el inesperado éxito de World in Motion, la canción que entregaron a la selección inglesa de fútbol con motivo de su participación en el Mundial de Italia 90 y que llegó al número 1 en su país, les llevó a alargar un poco más la vida del grupo, entregando tres años más tarde Republic. Fue Republic el primer disco de New Order que claramente no estaba a la altura de su leyenda, y también aquel con el que decidieron parar para dedicarse otros proyectos paralelos como Electronic, Monaco o The Other Two. Cinco años más tarde decidieron darse de nuevo una oportunidad inaugurando una segunda etapa en la que desarrollaban un sonido menos electrónico y más apegado a las guitarras. Dio para dos discos, Get Ready (2001) y Waiting For The Sirens’ Call (2005), este último ya sin Gillian Gilbert, la primera baja desde la formación de New Order en 1980. Sin malos rollos: la también esposa de Stephen Morris decidió priorizar la atención a su hija enferma antes que las numerosas obligaciones del grupo.

Esta es en unas breves pinceladas la historia de una banda que había lavado los trapos sucios dentro de casa hasta que la ruptura de/con Peter Hook se convierte en una declaración de guerra por ambas partes. Sus compañeros no salen bien parados en las memorias de Hook, que además no ha cesado de explotar la marca Joy Division/New Order interpretando sus discos en directo con su nuevo grupo The Light (de hecho el viernes 23 de este mes estará en la sala Arena de Madrid y un día más tarde en Razzmatazz de Barcelona tocando Unknown Pleasures y Closer, los dos discos de Joy Division). Sumner por su parte siguió adelante con un nuevo proyecto llamado Bad Lieutenant junto a Phil Cunningham -miembro de New Order desde la marcha de Gillian- y ocasionalmente Stephen Morris, hasta que en 2011 unos conciertos benéficos a favor de un antiguo colaborador del grupo y la disponibilidad de Gillian reactivaron a la banda, que completó su formación con Tom Chapman, también en Bad Lieutenant y “sustituto” (y objeto de las iras) de Peter Hook.

Con este panorama, Music Complete más que un retorno por la puerta grande se ha convertido en una surte de referéndum para los fans, que se debaten entre las fidelidades a una u otra de las partes en conflicto. Stephen Morris lo explica al hilo de aquellos primeros conciertos: “No estábamos seguros de cómo se iba a tomar el público tener delante suyo a New Order con un bajista distinto. Podían haber pensado que la situación era un poco mierda. Pero por suerte no lo hicieron”. Más o menos esa misma situación se repite al pulsar el play para escuchar esta nueva colección de canciones. Dice la crítica del influyente site estadounidense Pitchfork (por otra parte bien conocido por su dureza a la hora de juzgar casi todo lo que llega del otro lado del Atlántico) que Music Complete “suena, tres décadas después, a los New Order clásicos, y sorprende que no aporte nada nuevo”. Es cuestión de cómo quieras ver el vaso, especialmente cuando nadie parece discutir que estamos ante su mejor colección de canciones desde Technique. Al otro lado del teléfono un jovial Stephen Morris parece de acuerdo...

¿Cómo es el momento en que se sientan los cinco para decidir que van a grabar un disco?

En realidad no hubo mucho que discutir al respecto. Sabíamos que queríamos grabar nuevas canciones, la única duda era si formarían parte de un EP, que fue la idea inicial con la que arrancamos. Grabamos dos temas, Plastic y Singularity, ésta con la ayuda de Tom Rowlands de The Chemical Brothers. Eso sería en 2013. Salíamos a tocar, probábamos si funcionaba en directo y al volver grabábamos otra. Llegó un momento en que esta forma de trabajar se hizo un poco esquizofrénica porque no sabíamos muy bien si estábamos componiendo o de gira, así que decidimos volver a casa y encerrarnos a trabajar en el estudio por un tiempo: Bernard por su cuenta, Tom y Phil por la suya y Gillian y yo en nuestra casa.

Esa fue la única discusión que tuvimos dentro del grupo. En lo otro, en que el disco debía suponer un retorno a sonidos más bailables, estábamos todos de acuerdo. De hecho esa fue la razón por la que le pedimos a Tom Rowlands que nos echara una mano con la producción de un par de temas.

¿Qué tipo de relación tienen con Tom?

Nos conocemos desde sus años de universitario en Manchester, ya por entonces habíamos hecho alguna colaboración juntos, a principio de los 90. Y luego, ya sabes, Bernard cantaba en Out of Control, el tema de The Chemical Brothers.

¿Cuáles diría que han sido los pros y los contras de volver a meterse en el estudio para grabar un disco de New Order?

Lo bueno diría que ha sido el momento de ponernos manos a la obra, porque todos teníamos muchas ideas. Y lo malo intentar terminarlo, jajaja. La forma de trabajar esta vez fue distinta a los anteriores discos de New Order, porque empezábamos a trabajar las canciones con ideas ya bastante desarrolladas, mientras que antes llegábamos con un riff de guitarra e íbamos construyendo el tema alrededor. En esta ocasión, por ejemplo, arrancábamos con una estructura que Gillian y yo habíamos compuesto pero que no tenía estribillo, y Phil y Tom lo aportaban. Estuvo bien, siempre está bien probar a hacer cosas de una forma diferente. Pero, sí, sin duda la peor parte fue intentar cuadrarlo todo y concluir el disco.

¿Cuánto tiempo se empleó?

Algo más de un año, puede que 18 meses.

Como bien dice, es el disco más electrónico de New Order desde Technique. Por cierto, la leyenda dice que aquel disco es un reflejo del paso del grupo por Ibiza, de fiesta permanente mientras se grababa el disco. ¿Es cierto todo lo que se cuenta de aquellas noches sin fin en Ibiza?Technique

Sí, hay mucho de verdad, jajaja. Creo que Ibiza fue el espíritu de ese disco, porque la verdad es que no nos dio tiempo a grabar demasiado allí con tanta fiesta, jajaja. Es extraño, porque la canción que para mí mejor representa el espíritu de Technique es Dream Attack, que no es un tema muy electrónico, pero por alguna razón cada vez que la escucho me recuerdo volviendo a casa a las cuatro de la mañana, jajaja.

De hecho en 2012 volvieron a la isla para tocar en el Ibiza Rocks en lo que fue una suerte de momento nostálgico, aunque imagino que ustedes ya estarán bastante alejados de la vida nocturna ahora mismo. Además de ese retorno a los sonidos bailables en buena parte del disco, ¿hay algún otro elemento que conecte Music Complete con Technique?Music CompleteTechnique

Esa es una buena pregunta para la que no tengo respuesta, jajaja. Es raro, porque aunque el disco con el que más vinculo Music Complete es Technique, efectivamente ambos se han grabado en circunstancias radicalmente diferentes. En esta ocasión no hubo nada de juerga, y la decisión de regresar a los sintetizadores estuvo determinada sobre todo por el retorno de Gillian al grupo. Pero cuando escucho todos los temas juntos pienso “Dios, esto me recuerda a Technique”.

Recuerdo que por aquel entonces, en 1989, vinculaba el sonido del disco al final del verano...

Sí, y una vez más es extraño, porque lo escribimos en invierno, jajaja, pero Technique es un disco muy veraniego. En ese sentido también me recuerda a Music Complete: los dos son discos que suenan felices. Tutti Frutti, por ejemplo, es una canción muy divertida, pero no sé cómo ha terminado siendo así. Cuestión de suerte, supongo.

Por cierto, como pioneros que son de la combinación de pop y electrónica de baile, además de propietarios en su día de The Haçienda, me gustaría conocer su opinión sobre el boom que vive la música electrónica ahora mismo a nivel comercial.

En mi caso, aunque escucho mucha música de baile, me resulta complicado estar al día porque parece que todo se ha fragmentado en infinitas escenas: tienes diferentes tipos de house, por ejemplo, lo que encuentro que limita un poco la capacidad de sorprender, así que yo termino picoteando un tema de house, otro de techno, otro de minimal... Y no termino de meterme de lleno en ninguna de esas escenas. Puedo entender que lo hagas si eres un DJ que está intentando crear un ambiente determinado en el club, pero de cara a escucharlo en casa limita demasiado y te obliga a escuchar demasiada música para encontrar algo que verdaderamente merezca la pena.

Es un universo un tanto extraño y a la vez divertido, porque la música no la hacen bandas, sino la unión de productores con DJs. Es música muy “disciplinada”, pero no es lo primero que me pongo al llegar a casa, está bien para salir por ahí, pero yo ya no salgo demasiado. Y, como bien dices, es extraño cómo el EDM se ha convertido en algo absolutamente masivo.

¿Lo siente muy alejado de usted o de lo que ha hecho con New Order en el pasado?

Sí, pero creo que eso es algo que ocurre cuando te haces viejo, porque en la época en que grabamos Blue Monday íbamos mucho a la discoteca y cuando dejas de hacerlo una parte de tu cerebro, la parte que utilizas para componer música de baile, deja de trabajar. Es difícil recuperar eso, sobre todo cuando pasas de los cincuenta y ya no eres capaz de bailar, jajaja.

Volviendo a Music Complete, tengo que preguntarle por las colaboraciones, que es algo bastante raro en un disco de New Order. Bueno, ya lo habían probado en Get Ready, pero no es lo habitual en ustedes...Music CompleteGet Ready

Con Elly, de La Roux, habíamos girado el año pasado y es una tía fantástica, totalmente diferente de como imaginaba que iba a ser. Además de ser muy maja tiene una gran voz y cuando necesitamos unos coros fue la primera persona en quien pensamos. A Iggy Pop, Bernard le conoció cuando este hizo un concierto con Philip Glass. A Bernard se le ocurrió proponerle hacer ese recitado, yo creo que porque a él le daba una pereza enorme tener que hacerlo, jajaja. Y sorprendentemente Iggy dijo que sí y el resultado ha sido brillante. Y a Brandon Flowers lo conocemos desde hace bastante tiempo, ya sabes que tomó el nombre de The Killers de la banda ficticia que aparece en nuestro videoclip para Crystal... En realidad todos eran personas a las que conocíamos.

La última pregunta es inevitable. ¿Hay alguna novedad en el conflicto con Peter Hook?

No, no hay nada nuevo en ese sentido. Él está haciendo sus conciertos, estoy seguro de que es feliz con ello y nosotros lo somos con lo que estamos haciendo.

¿Y le ha dejado un recado Bernard en Unlearn This Hatred? En la nota de prensa al menos se da a entender algo así...Unlearn This Hatred

Jajaja. Esa canción es un mensaje a todos los que les vendría bien dejar de hacer el ridículo...

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