El Premio Nacional de Restauración, un galardón para “más de una generación”

Elisa Mora, Almudena Sánchez y Gemma García. Estos son los nombres de tres de las muchas restauradores del Museo del Prado que hoy celebran haber sido reconocidos con el Premio Nacional de Restauración, un galardón “colectivo” que recae en un equipo que va “más allá de una generación”.

Así lo ha afirmado a Efe Enrique Quintana, coordinador jefe de restauración y documentación técnica del Museo del Prado, tras conocer que han sido galardonados con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales 2019, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte y dotado con 30.000 euros.

Un premio que ha sido concedido por el jurado por “la calidad” de su trabajo desde la creación de la institución y “la multidisciplinariedad del equipo humano, integrado mayoritariamente por mujeres, así como por los criterios y metodología que han guiado la intervención en la práctica totalidad de la colección de obras de arte del museo”.

“Lo que más alegra al equipo es que es un premio a la labor histórica, a toda el área, que no es un reconocimiento personal, sino a un equipo que vas más allá de una generación. Hacemos una labor anónima y que sea un reconocimiento a la labor de tantos y tantos es un orgullo”, ha destacado Quintana.

En concreto, las funciones de conservación y restauración se integraron en el Museo Nacional del Prado desde su fundación el 19 de noviembre de 1819. Durante la primera mitad del siglo XIX esa labor no sólo se centró en las pinturas del museo, sino que también fueron restauradas obras pertenecientes a la Corona en los diferentes Reales Sitios.

Y es que por las manos de este equipo de conservadores han pasado pinturas de Velázquez, como “Las meninas” y “La familia de Carlos IV”, las majas y la colección de Goya, “El Descendimiento” de Van der Weyden, o las obras de Tiziano o Rubens, así como “La Anunciación” de Fra Angelico, cuya recuperación de los dorados es obra de Gemma García.

“Hay que ser humilde y más en nuestro trabajo mucho, porque siempre estamos aprendiendo; yo nunca me he ido del Museo del Prado sin haber aprendido algo porque por aquí pasa mucha gente de mucha valía, los mejores especialistas mundiales y siempre tienes que aprender, es una obligación”, ha matizado Quintana.

Con una media variable de cuadros restaurados en un año -hay años que han restaurado 130- en la actualidad, según el jefe del área, se está terminando la restauración de “La nevada”, de Goya, y la está llevando a cabo Elisa Mora, una profesional que lleva 37 años trabajando en esta pinacoteca.

Una profesional que, al igual que sus compañeros de área, “sufren” con todas las obras a las que se enfrentan cuando piensan en el “concepto de dificultad”.

“Una dificultad técnica es, por ejemplo, lograr unos resultados puramente técnicos (textura de la superficie), pero la dificultad más importante reside en entender la obra, si la entiende nunca la dañará, porque sabrá lo que necesita. Tienen que pasar mucho tiempo mirándola, entendiendo relación de colores o volúmenes”, ha concluido.

El premio, que coincide con la celebración del bicentenario del museo, reconoce también “la singularidad y alcance del proyecto didáctico y pedagógico desarrollado por el Área de Restauración” y “la complejidad del trabajo ejecutado, habida cuenta de la problemática laboral que el sector de la restauración presenta en la actualidad.