Los bancos concentran su oferta en las hipotecas a tipo fijo para hacer frente al euríbor negativo

Diego Larrouy

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No está siendo 2020 un año boyante para los bancos en materia hipotecaria, uno de sus principales negocios. La compra de viviendas se ha frenado por la crisis del coronavirus y la firma de créditos para comprar casas acumula cinco meses de retroceso, según las últimas estadísticas del INE. En este contexto, las entidades intentan tomar posiciones en un mercado que ve que los tipos de interés negativos van a durar más de lo inicialmente previsto. El sector está llevando su batalla competitiva hacia las hipotecas a tipo fijo, que ya suponen más de la mitad de las firmadas en España.

Hasta este año, las hipotecas mayoritarias que se firmaban en España lo hacían con un tipo de interés variable. El vuelco tuvo lugar en marzo y, desde entonces, la tendencia se ha mantenido. Según los datos de julio, conocidos este lunes, el 52,5% de los créditos hipotecarios que se firmaron fueron a tipo fijo. Estos contratos han ido creciendo en los últimos años, debido a la política de tipos bajos, e incluso negativos, puesta en marcha por el Banco Central Europeo. Este entorno ha provocado que el margen para las entidades financieras se desplomara con las hipotecas a tipo variable. Ahora que la crisis sanitaria va a hacer que la política monetaria se mantenga, la apuesta de los bancos por el tipo fijo se ha hecho todavía más notoria y es donde se está librando la batalla competitiva por captar clientes en un mercado a la baja.

En el actual contexto, las hipotecas firmadas a tipo variable son notablemente más baratas que las realizadas a tipo fijo. Esto se debe a que el euríbor está en torno al -0,4%, a lo que se le añade el diferencial que aplique el banco. Se espera que esta referencia en el sector no pase a positivo a corto plazo, por lo que los bancos no encuentran atractivo este tipo de contratos. Actualmente, según la citada estadística del INE, la media del tipo de interés para un contrato variable se situó en julio en el 2,27%, mientras que en el caso del interés fijo, la media es del 2,88%, es decir, más de medio punto por encima.

La apuesta por las hipotecas a tipo fijo ha roto con la tendencia histórica del sector. Hace apenas cinco años, solo el 5,5% de las hipotecas que se firmaban en España eran a tipo fijo, casi 50 puntos menos que lo alcanzado en el pasado mes de julio. La Asociación Hipotecaria Española, una organización compuesta por los principales bancos del país, apuntaba este mes de septiembre en un informe sobre la cartera hipotecaria del primer semestre del año que “este entorno de bajos tipos de interés ha propiciado un marco con ofertas a tipo fijo muy competitivas”. El grueso de la cartera de las hipotecas que tienen estos bancos en su balance, casi el 83%, sigue referenciado al interés variable, pero hace apenas cuatro años este dato era del 94%.

Entrada de nuevos competidores

Tal ha sido el cambio que entidades que históricamente no han participado en este segmento, ahora lo hayan comenzado a hacer. Es el caso de ING, que desde su llegada había centrado sus esfuerzos comerciales en el sector hipotecario en los contratos a tipo variable. La semana pasada anunciaron su primera oferta a interés fijo, dejando de ser una de las pocas entidades que no había entrado en la batalla comercial de este segmento hipotecario. “Contar con una hipoteca a tipo fijo responde a la demanda que hemos detectado en los últimos meses”, explicó el banco en un comunicado.

Otras entidades, como Bankinter, también anunciaron este mismo mes una importante bajada de precios de sus hipotecas a tipo fijo. En un comunicado aseguraba que la rebaja suponía dejar los tipos fijos de sus contratos hipotecarios al nivel más bajo de la historia de la entidad. El 55% de los contratos hipotecarios del grupo son a tipo fijo, según explicaron, porque “es el más demandado”. Bankinter e ING han sido los movimientos más sonados en el sector en las últimas semanas, pero no han sido las únicas. Otras grandes entidades como BBVA o Santander también han marcado posiciones con rebajas de sus ofertas durante este verano.

Los bancos buscan afianzar sus posiciones en un sector cada vez más competitivo mientras en el horizonte se dibuja la llegada del mayor gestor de hipotecas de España: la 'nueva' CaixaBank. Cuando la entidad catalana absorba a la nacionalizada Bankia se creará el banco más grande de España y controlará en su balance el 28% del mercado hipotecario en España. Es decir, más de una de cuada cuatro créditos para la adquisición de viviendas vigentes en el país estará bajo el paraguas de la entidad que presidirá José Ignacio Goirigolzarri.

La letra pequeña de las bonificaciones

La letra pequeña que suelen traer aparejadas las grandes ofertas que lanzan los bancos para las hipotecas a tipo fijo es la bonificación. La media del sector que señalaba el INE es el 2,88%, pero estas ofertas se presentan con tipos bastante inferiores, muchas de ellas en el entorno del 1,5% o el 1,7%. Sin embargo, para acceder a estas bonificaciones, el cliente debe asumir otra serie de vinculaciones: la contratación de un seguro, la domiciliación de los recibos y la nómina, un uso mínimo de las tarjeras, etc. Las entidades aseguran en sus informaciones sobre estas ofertas que la aceptación de estos servicios es voluntaria por parte del consumidor pero, sin ellas, el tipo de interés se eleva.

Esta batalla por captar clientes se está produciendo en un contexto muy complicado para el mercado hipotecario, debido al efecto de la crisis del coronavirus, que provoca un freno a la hora de la compra de vivienda. El Banco de España advertía la pasada semana en su encuesta sobre concesión de créditos que “entre marzo y mayo se desplomaron las nuevas operaciones de crédito a los hogares para la compra de vivienda”. Además, apuntaba este estudio, que durante ese mismo periodo se había constatado “el mayor endurecimiento de los criterios de concesión desde 2008”. Aunque este endurecimiento era mayor en créditos como los de consumo y menor en las hipotecas, se apuntaba que se producía en ambos casos por el “aumento de los riesgos percibidos por los prestamistas”.

El Banco de España advertía también que pese a que las moratorias y otras iniciativas habían permitido evitar los riesgos en el mercado crediticio, cuando se levanten estas medidas se podía aumentar la morosidad. “A pesar de la contención de la ratio de dudosos [el peso que tienen sobre el total de los créditos] en el primer semestre de 2020, podrían producirse aumentos más significativos en los próximos meses”, señalaba el Banco de España. “La terminación de los programas de apoyo podría hacer, si no se introducen nuevas medidas mitigantes, que se produjera una concentración de los impagos en el momento en el que venzan las moratorias en el caso de los hogares”, subrayaba.