Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Fomento entierra el anillo ferroviario de Málaga al perder la aportación de los fondos comunitarios

Finiquitado el proyecto del anillo ferroviario de Málaga.

Pablo García

El anillo ferroviario de Antequera, el circuito de ensayos para trenes AVE proyectado en la provincia de Málaga en el cual los trenes podrían circular a más de 500 kilómetros por hora, puede darse por muerto. Sucede mientras está siendo investigado por la Comisión Europea, la misma institución que asegura que España ha perdido los 253 millones de euros de fondos Feder para un proyecto de 360 millones, cantidad que, si se le añaden las expropiaciones y otras cuantías, supera los 400 millones.

“Las autoridades españolas decidieron retirar el proyecto en 2014 pero los fondos que habían sido previamente destinados para este centro pueden ser redirigidos hacia otro proyecto siguiendo los criterios Feder para el periodo 2007-2013”, confirma un portavoz de la Comisión Europea.

Adif, el promotor del proyecto, aporta otra versión: “El período de programación de Fondos 2007/2013 se terminó a finales de 2015. En este sentido, al no ejecutarse la actuación, no es que España haya retirado el proyecto, sino que, por conclusión del período, ha decaído”, señalan en el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias.

La retirada de los fondos Feder es mortal, ya que la financiación comunitaria superaba el 70% del total. El denominado Centro de Ensayos de Alta Tecnología Ferroviaria (CEATF) seguramente termine aquí su andadura desde que diera sus primeros pasos en 2009. Pero no siempre fue inviable.

De hecho, la idea inicial era desarrollar, validar y homologar soluciones tecnológicas de infraestructura, superestructura y material rodante en un centro cuyas características en Europa solo se encuentran en Francia, Alemania y República Checa, y en los Estados Unidos fuera de la UE.

Sin embargo, hay un antes y un después en el CEATF a partir de 2013, ya con el Gobierno de Mariano Rajoy al frente y Ana Pastor a cargo de Fomento. Hasta ese año, las mayores peleas eran con organizaciones ecologistas –que todavía siguen dando batalla-, algo que no preocupaba demasiado al administrador ferroviario, sobre todo tras la declaración de Impacto Ambiental lograda en 2011. Eran los últimos meses del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Al llegar a Fomento, Pastor comenzó a hablar de “despilfarro” al referirse al anillo de Antequera (a pesar de que la mayoría del dinero procedía de Europa) y bosquejó una suerte de Colaboración Público-Privada que a la postre se ha revelado letal. La ministra llegó a dejar caer la expresión “obra faraónica”, como si el CEATF, que contemplaba la creación inmediata de 7.000 empleos, fuese el aeropuerto de Castellón de Carlos Fabra.

Primera licitación desierta

Ya en junio de 2013 se produjo la primera licitación, pero esta quedó desierta. Hasta media docena de actuales altos cargos de Adif culpan desde el anonimato a la decisión del Ejecutivo del PP de cambiar los términos contractuales, porque estos, aseguran, motivaron la investigación de Bruselas. “El futuro era ser un centro tecnológico con la cuenta de explotación equilibrada”, lamentan.

La evaluación de la Comisión Europea presentada hace justo un año, en marzo de 2015, alude a todos esos elementos. Se mencionó la pérdida del “interés común” y se apuntó a las “ventajas selectivas” en una clara alusión a los beneficios que tendría Adif sobre otras empresas. Se dijo que la información aportada por España “no es suficiente” para comprobar si el centro de ensayos estaría abierto a todos los potenciales usuarios de la Unión Europea en condiciones “no discriminatorias”.

Cuando se publicó la investigación comunitaria, Adif señaló que el informe “prejuzga” los resultados del anillo. Fomento trató de persuadir a las empresas el año pasado, sin resultado.

Ahora, los portavoces del administrador ferroviario dan por enterrado el CEATF. En sus respuestas abundan siempre sobre un despilfarro, a pesar de que casi el 80% hubiese estado sufragado por Bruselas. “Si Adif hubiese construido el anillo significaría que lo habrían pagado todos los españoles”, insisten. “Y los beneficios irían a parar a las arcas de los socios privados. Esto, evidentemente, habría sido un despilfarro o al menos un mal uso de los caudales públicos al no tratarse de una infraestructura esencial o de interés general para el desarrollo de la red española de alta velocidad”.

Pero antes de 2013 los beneficios no podían ir a parar a las arcas privadas. La Comisión Europea reconoce también la oposición medioambiental al proyecto, además de la coexistencia de un centro de I+D llamado Centro de Tecnologías Ferroviarias (CTF). De hecho, ya hay instaladas en ese parque tecnológico algunas empresas que llegaron al calor de un proyecto que finalmente no se va a hacer.

Etiquetas
stats