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Jóvenes, precarios y con alternativas

Joana, Pavlos, Armanda, Mary, Lucía y Mariu, en Madrid.

Ana Requena Aguilar

Madrid —

Tienen menos de 30 años, han crecido en los países europeos más golpeados por la crisis y pertenecen a la generación joven con más paro y precariedad de la historia. Armanda, Mary, Mariu, Pavlos, Joana y Lucía están en la primera línea del activismo de sus países: forman parte de asociaciones, sindicatos y partidos políticos, reivindican una salida diferente de la crisis y trabajan por un modelo de sociedad más justo. Estos días están en España para participar en la reunión internacional Economy for Youth, en la que economistas, activistas y jóvenes de España, Italia, Grecia y Portugal debaten sobre el diagnóstico de la crisis y las alternativas a las políticas sociales y económicas que recorren la Unión Europea.

“La austeridad ha tenido un impacto brutal en la sociedad portuguesa, pero no sólo aquí, es importante mirar hacia otros países de Europa y del mundo donde también está pasando. No debemos tener miedo en entrar en una discusión económica profunda de cuáles son las alternativas a la crisis y de reforzar la cooperación entre movimientos sociales”, afirma Joana Louça, que forma parte de la Asociación contra la Precariedad (Precários Inflexíveis) de Portugal.

Precisamente, su asociación trata de combatir el aumento de la precariedad en el mercado laboral portugués. Aunque empezaron trabajando con jóvenes, la intensidad de la crisis hace que ahora les lleguen personas de todas las edades. Profesiones antes estables en Portugal, como la medicina o la enfermería, también son ahora susceptibles de inestabilidad. “Uno de cada cinco trabajadores son obligados a trabajar como autónomos. Intentamos concienciar a la gente para que sepan que la precariedad no es inevitable, para que salgan del discurso oficial según el cual parece que tienes que elegir entre el paro o un trabajo aunque sea precario. Que la gente sepa que tienen derechos; nosotros ayudamos a que luchen por ellos”, explica.

Mary Nassi tiene 21 años y forma parte de la coalición de izquierda griega Syriza, donde también participa en un grupo de feminismo y género. “El año pasado hubo un movimiento muy fuerte de estudiantes contra la reforma educativa. Entonces comprendimos que no se pueden hacer reivindicaciones separadas de todo lo que está sucediendo”, recuerda. Tanto ella como su compañero de partido, Pavlos Katsivelis, insisten en la importancia de no dispersar las luchas y de hacer alianzas. “La situación en Grecia es tan mala que la sociedad está en 'shock', el 25% de la gente vive por debajo del umbral de la pobreza. Del grupo de diez o quince amigos que tenía cuando me gradué sólo quedan tres en Grecia, los demás han emigrado. Esta situación hace que haya poco espacio para hacer demandas concretas y separadas, por eso hemos intentado integrar en un programa político todas las demandas que en los últimos años han hecho los movimientos sociales”, dice.

Además de su activismo político, Mary trata de echar una mano en el barrio de Atenas en el que vive. “Tenemos programas de ayuda en los centros educativos, donde damos clases gratuitas para los alumnos que quieren prepararse para la universidad, y también recogemos medicinas de farmarcias y las repartimos entre gente que las necesita y no puede comprarlas”, explica. Mary y Pavlo hablan de la importancia de las “redes de solidaridad” que están formando en Grecia. “Intentamos que la gente se ayude, que no pierda la esperanza y se deje llevar por el desánimo, que sepan que es importante que la sociedad luche unida por sus derechos y no se deje abatir por la crisis”, señala Pavlos.

“Este el peor momento para la juventud europea, probablemente el peor después del que vivieron las generaciones a las que les tocaron las guerras. Hay una gran desilusión en la gente de nuestra edad y es muy importante conseguir que los jóvenes se movilicen”, asegura Armanda Cetrulo, de 24 años, activista de Link Roma y responsable de economía en la Red del Conocimiento italiana. Armanda señala la contradicción de muchos gobiernos, que piden a los jóvenes que se formen para conseguir mejores empleos mientras avanzan en la privatización la educación y dificultad que el acceso sea universal.

También Lucía Vicent y Mariu Ruiz Gálvez, que participan en varias redes, como Econonuestra y Economía Alternativa, subrayan la importancia de la movilización de la juventud y de la cooperación entre organizaciones y movimientos sociales. “Es importante que nos movilicemos, no sólo los estudiantes, y que haya vinculaciones entre unos y otros. Hay que tener presente que el problema viene de antes, la crisis lo ha agravado pero ya había políticas que creaban esa situación de vulnerabilidad de los trabajadores”, afirman

Alternativas

Una reforma fiscal progresiva, gravar las grandes fortunas, nacionalización de bancos, inversión en sanidad, educación e infraestructuras, una reforma del mercado financiero que frene la especulación... Armanda, Mary, Mariu, Pavlos, Joana y Lucía desgranan alternativas a la austeridad y los recortes.

“No puede ser que los bancos quiebren y que el sector público les rescate como si nada. No puede ser que se mida la eficacia de los hospitales o los colegios públicos por los beneficios que dan; no pueden dar beneficios porque son instituciones públicas que deben proteger a la gente”, asegura Joana.

“Es una crisis del capitalismo, así que no creemos que haya una forma de salir de la crisis sin buscar una forma del salir del capitalismo”, destaca Mary. Lucía y Mariu consideran importante trazar estrategias a corto plazo y otras a largo. “Hay que tener en cuenta alternativas reformistas a corto plazo y otras a largo que ayuden a romper con el sistema, con la lógica de la UE, con los patrones patriarcales, con un modelo de crecimiento que no tiene en cuenta la capacidad de nuestros recursos”, explican.

Para Pavlos, hay que recuperar el sentido de la democracia: “No se trata solo de votar cada cuatro años, necesitamos estructuras que controlen a las personas que elegimos, asambleas en los lugares de trabajo y de estudios. Al mismo tiempo es imposible salir de la crisis solo con una perspectiva nacional, porque la naturaleza de la economía es global”.

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