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La negociación Grecia-Troika punto a punto: los acuerdos y las fricciones

La propuesta de los acreedores recoge medidas del FMI y ciertas concesiones a Grecia

Pablo García

Bruselas —

Los griegos mienten, ha venido a decir el presidente de la Comisión, Jean Claude-Juncker en nombre de la Troika. “La rueda de prensa de Juncker fue una sarta de mentiras”, carga un portavoz del titular de Finanzas heleno Yanis Varufakis. En la noche del lunes, con la extensión del programa de rescate a punto de expirar, las posiciones estaban así de alejadas y unos y otros rechazaban haber pedido o aceptado ciertos puntos en la negociación.

Pero para ver la verdad y mentira que se esconde en las ofertas lo mejor es echar mano de los papeles, que de forma inusual se han ido publicado por unos y otros en un ejercicio de transparencia y/o propaganda. De un rápido vistazo a las mismas se delata que sí hay un claro recorte de las pensiones más bajas. Y que es cierto que no hay acercamiento en la cuestión de la quita, por lo que nada apunta en este momento que lo vaya a haber salvo que la división de los acreedores se agudice (el FMI y algunos Estados Miembros ya defienden abiertamente la reestructuración). Estos son por lo tanto, los principales puntos de acercamiento y las fricciones.

La quita

Los griegos aseguran que no caerán en el error de Samaras (anterior primer ministro de Nueva Democracia, partido conservador) de noviembre de 2012, que es precisamente lo que proponen las instituciones: “El anterior programa no contemplaba la reestructuración de la deuda, así que la extensión tampoco podrá hacerlo”, indican en Bruselas. “Pero estamos abiertos a incluirlo en futuros programas”.

Tsipras no tiene intención de hacer lo mismo que su predecesor: arrancar un compromiso verbal que a su vez conduzca a una reestructuración que a la larga no sirva para nada (ni para reducir la deuda pública).

Las formas

Nunca en Bruselas los acreedores tuvieron que lidiar con un negociador como Varufakis. El anuncio del referéndum el viernes por la noche derivó el sábado en un espectáculo que Juncker se apresuró a tildar de “patético”, echando eso sí toda la culpa a los griegos. Se escuchan a diario palabras como “chantajes”, “mentiras” y “engaños”. Ademas, y Juncker así lo dijo sin ningún rubor, se acusa a Syriza de levantarse el sábado del Eurogrupo. Varufakis ha publicado un post en su blog rebatiendo este hecho. El ministro alemán Wolfgang Schäuble igualmente reconoció a periodistas de su país que a la segunda reunión el titular griego de Finanzas “no estaba invitado”.

Las pensiones

“En la propuesta no había recorte de pensiones”, destaca Juncker, quien acentúa que “hasta el Gobierno griego está de acuerdo en que su sistema de pensiones necesita una reforma urgente”. Por eso Atenas propuso acelerar la entrada [ya aceptada por anteriores Gobiernos] de la edad de jubilación a los 67 años, la sustitución del complemento de la pensión (llamado EKAS) a partir de 2020 por alguna otra ayuda que aún está por inventar, incrementar del 4% al 5% la contribución de las pensiones a la Seguridad Social helena o eliminar gradualmente las exenciones desde 2016.

La alternativa de la Troika era mucho más dura: pide más rapidez en implementar todas estas medidas así como incrementar al 6% la aportación de los pensionistas al sistema de salud; pero sobre todo, pide cargarse progresivamente el complemento EKAS (similar al complemento a mínimos que existe en España y que garantiza que haya pensiones de subsistencia aunque no se haya cotizado para ese nivel de prestación), del cual se beneficia un 20% de los jubilados. También la congelación de las pensiones contributivas hasta 2021.

“Fue la mentira más absurda de Juncker”, refutan en el equipo de Varufákis. “La pensión complementaria supone un 85% en los fondos destinados a las capas más bajas. Dicen que no reclaman recortes directos pero nos piden eliminar más de 1.500 millones relacionados con la jubilación”.

El IVA

Al final en lo que parecía más complejo han encontrado bastante sintonía. Una de las defensas de Juncker es que antes de la ruptura de las negociaciones, la Comisión y “otros” -se entiende que miembros de la Troika- habían acordado con Atenas “limitar el aumento del IVA a los hoteles al 13% tras el 23% inicial”. La propuesta de Grecia fue mantener las exenciones, incluidas las islas, y un aumento del IVA que suponga ingresos extras anuales al Estado por valor del 0,93% frente al 1% exigido por los acreedores.

Medidas fiscales

También hay entendimiento. Las principales divergencias descansan en la eliminación gradual de los incentivos fiscales para la industria naviera (exigidos por la Troika) y la reducción del gasto militar en 400 millones, frente a los 200 que propone de momento Syriza alegando -extraoficialmente- que eso supondría una gran cantidad de personas arrojadas al paro.

Tsipras propuso gravar mas a la navegación comercial. Otra idea de Syriza no ha sido bien digerida: una tasa extra del 12% a los beneficios de las empresas por encima de 500.000 euros. Los puntos en común aquí son muchos, como evidencia una mera comparativa.

Mercado de trabajo

Hay aquí profundos desencuentros entre Troika y Atenas, que ya ha aplicado sucesivas y dolorosas reformas laborales en los últimos cinco años. Las instituciones pedían revisar el despido colectivo (para abaratarlo todavía mas) e incluso revisar estrechamente “la organización de la jornada de trabajo”.

Privatizaciones

En este punto existe una disonancia básica: entre las prioridades enviadas por la Comisión Europea la noche del domingo, estaría la de “privatizar la compañía eléctrica”. Pero Varufakis reconoció desde el principio que para hacer caja sería necesario enajenar varias propiedades del Estado.

Rescate

Los 15.500 millones a cinco meses son, junto a la quita y las pensiones, el tercer gran punto de discordia. El grupo de Bruselas suele redondear esta cifra alegremente en “16.000 millones”. Los griegos consideran que esta cantidad sólo sirve para pagar vencimientos de deuda y no puede utilizarse para la economía real. Fue precisamente este ofrecimiento,que llegó al final de las negociaciones, el que llevó a un irritado Tsipras a plantarse y a lanzar su airada convocatoria de referéndum por televisión.

El “plan de inversión”

Juncker insiste en hablar de que Grecia tiene en su mano “un paquete de 35.000 millones para relanzar el empleo y el crecimiento”. “Si nos ofrecieran no ya 35.000 millones, sino solo 2.000”, ironiza una fuente helena, “ya habríamos evitado un posible impago al FMI”. Portavoces de la Comisión confirman que lo que pretende Juncker es “acelerar” la consignación para Grecia. La realidad es que son fondos que ya estaban disponibles: 20.000 son fondos estructurales y 15.000, fondos agrícolas.

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