Biocombustibles sólidos: la Junta convenció a Bruselas de que pellets y carbón vegetal necesitan ayuda

En los últimos años, plan de energías alternativas tras plan, la biomasa ha sido el patito feo, el gran fracaso, que hacía que una tras otra las convocatorias de ayudas económicas no se cubrieran y había que devolver el dinero.

Prácticamente según la nueva consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, no queda ningún fabricante en Extremadura de cierta enjundia, por lo que el Gobierno regional se empeñó en convencer a la Comisión Europea de incluir un impulso en el Plan de Desarrollo Rural.

Finalmente, tras varios borradores y aclaraciones, argumentos, el viernes pasado la Comisión desistía de oponerse a esas subvenciones, y son 12 millones de euros, ampliables “quizá a 15”, los que podrían recibir microempresas y pymes rurales para crear, ampliar o modernizar industrias de biocombustibles sólidos, pellets y carbón vegetal, que tienen un uso doméstico e industrial en calderas de agua caliente y vapor.

La consejera García ha dado cuenta de este impulso, afirmando que se produce a petición de varias empresas interesadas en abrir, pero que consideraban imprescindible la ayuda; se plasmará en un decreto autonómico, y convocatoria, que prevé una subvención de hasta el 30% en la creación, ampliación, mantenimiento, adaptación, incluidos terrenos y edificios de proyectos de biomasa de ese tipo, que suprimirían el uso como energía en calderas de gas o gasoil, que son fuentes energéticas, hidrocarburos, no renovables.

La Junta espera tener cuanto antes toda la reglamentación para ponerlo en marcha, pero advierte también que no deja de haber incógnitas y “vamos a ver si todas esas intenciones de inversiones se concretan”.

La subvención máxima será de 2,5 millones de euros.