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Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Las afectadas denuncian que la Seguridad Social no informa regularmente sobre los riesgos del Essure antes de implantarlo

Foto: FDA

Jordi Sabaté

Hace nueve meses, en octubre de 2015, ConsumoClaro habló por primera vez en España de las complicaciones que el método anticonceptivo Essure, comercializado por la farmacéutica Bayer, había causado a decenas de miles de mujeres en Estados Unidos, hasta el punto de forzar una audiencia ante la Food and Drugs Administration (FDA) para que revisara su permiso al mismo.

La FDA, el equivalente en España del ministerio de Sanidad y Consumo, escuchó el testimonio de numerosas víctimas, de algunos expertos y de los abogados de Bayer, tras lo cual decidió no prohibir la implantación de Essure, pero sí endurecer las condiciones para su aplicación. Así, todas las pacientes que se lo vayan a implantar deberán ser debidamente informadas sobre los posibles efectos secundarios y complicaciones.

También prohibió su uso para mujeres con trastornos autoinmunes, mujeres con alergia al níquel o a cualquier otro compuesto de los que lleva el Essure; mujeres con cirugías pélvicas anteriores y mujeres con problemas de enfermedades inflamatorias pélvicas. Este protocolo y estas limitaciones se deben aplicar estrictamente en Estados Unidos.

En España hay protocolo, pero se aplica irregularmente

La situación en España -donde un grupo de afectadas se reunieron en torno a la página de Facebook Libres de Essure y denunciaron el tema públicamente- varía según la comunidad autónoma, e incluso la ciudad, de que se trate. “En Andalucía me aseguran que se informa, pero me consta que no en todas partes es así”, dice Susana Vázquez, cordobesa y afectada por un implante en 2013.

Vázquez se ha reunido varias veces con el doctor José Eduardo Arjona, jefe de servicio de ginecología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y pionero en España en la implantación del Essure. Arjona es autor de un protocolo informativo que explica los riesgos del dispositivo y es quien le ha asegurado que en Andalucía sí se aplica. ConsumoClaro ha intentado ponerse en contacto con el doctor Arjona, pero no ha respondido a nuestra llamada.

No en todas partes ocurre igual. Según Almudena Alegre, representante en Extremadura de las afectadas, “a pesar de que el protocolo está colgado desde enero en la página de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), en esta comunidad no se ha informado hasta la fecha de los riesgos a las pacientes”. De hecho, la consejería de Salud extremeña se ha comprometido hace menos de un mes a velar para que se aplique este protocolo.

Tampoco en Madrid o Cataluña

Un caso similar comenta Ainhoa de la Rosa, a la que le implantaron el Essure hace tres meses en el Hospital del Henares de Coslada, en Madrid: “me dijeron que el tratamiento era totalmente seguro y sin efectos secundarios de importancia y me pidieron firmar unos papeles”. Nadie le informó de las posibles -aunque no muy probables- complicaciones del Essure: reacciones autoinmunes, dolores abdominales, en las piernas y la pelvis, vómitos, cansancio crónico, etc.

Estas complicaciones están citadas en el protocolo, pero a Ainhoa nadie del personal médico se las leyó en voz alta ni le pidió que leyera atentamente los papeles que firmaba. A las pocas semanas comenzó con dolores fortísimos en las piernas y ahora está en la lista para que le extraigan el Essure, lo que puede implicar perder el útero además de las trompas de falopio. Es el problema de este método: pocas veces sale mal, pero si sale mal se paga caro.

Vanessa Cruz, de Badalona, es un caso idéntico al de Ainhoa pero en Cataluña: le implantaron hace dos meses un Essure en cada trompa y desde entonces ha sufrido dolores y complicaciones que nunca antes había experimentado. Se informó a través de la página de las afectadas y ahora también está estudiando la posibilidad de retirárselo. “Solo me dijeron que firmase unos papeles, pero no me explicaron nada; al contrario, me dijeron que no tendría problemas”, se queja.

100% titanio... con algo de níquel

“Ahora puede que ya no lo digan, pero cuando yo me implanté el Essure en Basurto hace diez años, los médicos te decían que no daba problemas de rechazo porque era 100% titanio”, explica Gema Parra, una de las afectadas más veteranas. Lo mismo dicen Almudena Alegre, que se lo puso en Mérida, Susana Vázquez, en Córdoba, Carol Hernández, de Ermua, o Teresa Prados de Badalona. A todas ellas les aseguraron que al ser 100% titanio, un metal que el cuerpo raramente rechaza, el Essure no daba problemas.

De ser esto cierto, les escondieron -“algunos médicos me han asegurado que al principio lo ignoraban completamente”, comenta Alegre- que contiene una proporción de níquel capaz de crear reacciones alérgicas. “Hay un elevado número de mujeres alérgicas al níquel”, explica Parra, “con lo que lo normal sería que nos hicieran como mínimo la prueba de los parches antes de implantarnos el dispositivo”.

Como ya se ha explicado, la FDA obliga en Estados Unidos a comprobar si la paciente es alérgica al níquel y en caso afirmativo, prohíbe el implante del Essure. Allí se utiliza el test MELISA, que analiza los anticuerpos en sangre para saber el grado de alergia; en España esta prueba no la cubre la Seguridad Social.

¿Cual es la proporción de afectadas?

Es difícil saber cuántas mujeres hay en España a las que el Essure no les haya funcionado; en realidad, es difícil saber si la relación entre el Essure y los síntomas es exacta; hay que basarse más en la estadística y la similitud de síntomas que en posibles diagnósticos. El motivo es que “en este tema se ha investigado más bien poco”, opina Mercè Piera, una médico que antes asesoraba a la industria sobre métodos anticonceptivos y ahora colabora con las afectadas.

Piera explica que “el problema es que cuando el Essure salió al mercado hace catorce años, apenas había estudios detrás que ponderaran el riesgo de sufrir complicaciones o efectos secundarios”. En Extremadura, por ejemplo, hay comparativamente pocas afectadas, unas 80, pero como destaca Almudena Alegre, “te pasas años buscando la consecuencia de tus malestares hasta que alguien te menciona el Essure y entonces atas cabos”.

Es lo que ha ocurrido en todo el mundo: las afectadas no son visibles en un primer momento porque son porcentualmente pocas, pero en cuanto se asocian y se hacen públicos los síntomas, el número crece rápido y el porcentaje de mujeres con las que el Essure no ha funcionado aumenta. Gemma Parra calcula que hay actualmente unas 1.200 afectadas visibles en España, pero asegura que en cuanto el tema sale a la luz pública, nuevas mujeres se identifican con los síntomas.

Según algunos expertos, el método Essure fracasa en una de cada ocho mujeres. Esto es un 12,5% de los casos, lo que rebaja su nivel de eficiencia al 87,5% respecto al número que propone Bayer, que es del 97% de satisfacción. En Estados Unidos, donde se han colocado implantes a unas 800.000 mujeres, serían 100.000 las afectadas. La presión de las mismas fue la que forzó a la FDA a tomar medidas preventivas y obligar a la información explícita.

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