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Ahora, las listas

Cada día tiene su afán y son los dioses, los astros o Pedro Sánchez los que indican el afán. Su sorpresiva disolución de las Cortes Generales ha logrado que ya no se hable tanto de la derrota del PSOE, de la debacle de Podemos y que ciertos planes vacacionales se alteren. No está mal.

¿Por qué disuelve Sánchez el Congreso y el Senado? Hay varias teorías y quizás la más importante sea la de los resultados del domingo. No hay que descartar que se ha dado cuenta que la presidencia semestral europea no le va dar un solo voto. Probablemente sí visibilidad europea. Si lo hace medianamente bien, prestigio, pero eso no va a mover a los madrileños que han votado a la señora Díaz Ayuso a cambiar su voto y mucho menos a la señora María.

La política exterior es fundamental, pero no es seguida por el ciudadano salvo los pocos segundos de una noticia fulgurante. Quizás Pedro Sánchez en su precampaña pensó que visitar a Joe Biden en la Casa Blanca, superando aquellos treinta segundos en un pasillo de Bruselas, le iba a proyectar como el dirigente mundial que le gustaría ser. Pero nada más salir de la entrevista con el presidente Biden, a veinte metros del Despacho Oval, la única pregunta que se le formuló fue conocer su parecer sobre las listas de Bildu con miembros de ETA.

Tantas horas de vuelo, tantas horas preparando esa entrevista, para que se resumiera en una pregunta propia del patio de vecinos de la política española. Y eso que iba a lograr que los afectados por las bombas de Palomares fueran resarcidos. Ni palabra.

Otro de los supuestos podrían estar en lograr que el gallinero político de lo que ha sido Podemos con sus cuitas internas y la candidatura de Yolanda Díaz terminen por arreglarse o termine por fenecer yendo ese voto al PSOE como ha hecho el PP con Ciudadanos y algo con Vox. Sánchez es un político joven y sabe que, si pierde, se convierte en el líder opositor de referencia. Y con lo aprendido estos años tratará de no cometer los mismos errores. Porque error y de bulto ha sido el blanqueamiento que le ha hecho a Bildu, sin una estrategia previa, para terminar recibiendo la puñalada en el corazón de las listas en plena campaña  para su sorpresa por parte de  una coalición que nunca le agradecerá nada.

Y ahora vienen las listas. Hablar de ellas y no de la victoria del PP; y mucho menos aguantar el grito de guerra que inventó Aznar. Aquel “¡Váyase Sr. González !” ahora como “¡Váyase Sr. Sánchez!”.

Y no toca solo conformar listas para el Congreso, sino también para el Senado. No será tema menor en un PSOE que en las horas duras necesita candidatos a parlamentarios que demuestren acrisolada lealtad al líder. No será así en el PP que ya tiene cola en Génova para lograr un hueco en el trasatlántico y a poder ser en primera. En el PNV no habrá sorpresas. Sabemos lo que son unas elecciones legislativas a nivel estatal polarizadas entre Feijóo-Ayuso y Sánchez. Será preciso luchar una vez más contra la estrategia bipartidista PP-PSOE.,

Los demás, como siempre, no somos voto útil en un país que se dice que es una “monarquía parlamentaria”, que no bipartidaria. Y por ahí irán los tiros. Lo sabemos pero solo cabe recordar que desde 1917 estamos en el Congreso y que en la actualidad poseemos un grupo parlamentario acreditado que viene de decenas de legislaturas. Esta última ha actuado de manera espectacular en tiempos en los que los votos del PNV mandaron a Mariano Rajoy a cultivar malvas y en la que Sánchez nos decía arrebolado que éramos su  “socio preferente” pero a a la manera de Sánchez, es decir, solo los días con r.

Pediría que los candidatos/candidatas sean políticos de raza. No niego que en la actualidad no lo sean, pero nadie sabe el nombre de ninguno en un Senado que puede servir de Cámara de resonancia de muchas iniciativas. Pero para eso hay que buscar gente con ganas de comerse el mundo. Y no niego en los actuales senadores y senadoras  falta de capacidad ni de trayectoria, sino absoluta invisibilidad porque o no se les deja sacar cabeza o no tienen la fibra política que hace falta para trabajar en el desierto y concitar la atención. El EAJ-PNV, tras los malos resultados del 28, necesita políticos con sentido de la política.

La buena gestión ha sido nuestro santo y seña pero si solo comunicamos gestión y abandonamos los temas políticos contemporáneos y de actualidad no acertaremos. Y la estrategia de medios que hemos tenido en la campaña municipal no ha sido buena, olvidándonos de un principio básico: en cada campaña hay que volver a crear mercado electoral. Esto no va solo de ordeñar una vaca o repetir tópicos ya sabidos. Y es que la buena gestión al político en el poder se le supone. La gestión no da liderazgo. Muchos votantes carecen del menor sentido crítico.

Hoy un mecánico del barrio, al verme, ha salido del garaje y me ha dicho que hemos perdido el contacto con la gente. No lo niego. El propio Eneko Goia lo reconoció en el debate de candidatos a la alcaldía en ETB. No me ha extrañado, pues, su mal resultado. El ciudadano vive en crisis y con temor al futuro. Y hay que atenderle y escucharle. La motivación y el entusiasmo se construyen con ideas, personas y proyectos. Y mucha empatía. Lo decía Kierkegard: “La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante”. Y para eso hay que sacudir el árbol.

Cada día tiene su afán y son los dioses, los astros o Pedro Sánchez los que indican el afán. Su sorpresiva disolución de las Cortes Generales ha logrado que ya no se hable tanto de la derrota del PSOE, de la debacle de Podemos y que ciertos planes vacacionales se alteren. No está mal.

¿Por qué disuelve Sánchez el Congreso y el Senado? Hay varias teorías y quizás la más importante sea la de los resultados del domingo. No hay que descartar que se ha dado cuenta que la presidencia semestral europea no le va dar un solo voto. Probablemente sí visibilidad europea. Si lo hace medianamente bien, prestigio, pero eso no va a mover a los madrileños que han votado a la señora Díaz Ayuso a cambiar su voto y mucho menos a la señora María.