El Gobierno de Pradales inicia las negociaciones de los presupuestos de 2026 con la oposición sin visos de pacto

El Gobierno de Imanol Pradales, de cara a sus segundos presupuestos, mantiene la estrategia política de mostrar que no aplica el rodillo de la mayoría absoluta de PNV y PSE-EE y que está dispuesto a “ensanchar” los acuerdos. Sin embargo, las negociaciones iniciadas este lunes con EH Bildu, PP y Sumar -todos los grupos de la oposición salvo Vox, a quien se aplica un 'cordón sanitario'- no parecen arrancar con visos de que se pueda producir una fumata blanca a la luz de los comentarios lanzados por todas las partes. Además, mientras se producían los encuentros -por separado con cada partido- nacionalistas y socialistas cerraban la redacción final de la reforma de la normativa de Vivienda sin aceptar ninguna de las decenas de enmiendas de los otros partidos.

El consejero de Hacienda, Noël d'Anjou, del PNV, ha parecido marcar el camino a las reuniones incluso antes de que se celebraran mostrando a los medios de comunicación su “mano tendida” pero, a la vez, pidiendo “realismo” e incluso “honestidad” a sus interlocutores. Él mismo ya se había mostrado en días anteriores pesimista sobre unas negociaciones que no necesita, porque sus números tienen garantizada la aprobación gracias a la mayoría absoluta. De hecho, D'Anjou ha lanzado también un mensaje de “tranquilidad” porque sí o sí habrá una propuesta “sólida” el 1 de enero de 2026. En esta comparecencia, su equipo había dispuesto que no atendiera a preguntas de los periodistas.

El Ejecutivo, eso sí, quiere acotar las conversaciones a dos semanas. El 28 de noviembre se cierra el plazo de presentación de enmiendas y lo que tenga que hacerse quedará claro ya ese mismo día. El pasado año, en las mismas circunstancias políticas, Gobierno y EH Bildu estiraron el chicle sin ningún resultado pero por el deseo de ambas partes de no figurar ante la opinión pública como el causante de la ruptura.

De la ronda de reuniones, no consta el margen que maneja el Gobierno para que la oposición pueda introducir sus propuestas. Nadie lo ha explicado. ¿Y qué plantea la oposición? La documentación entregada por EH Bildu se centra en la principal preocupación ciudadana, la Vivienda. En su caso, no ha ofrecido un intercambio al uso de partidas y plantea agotar el margen de endeudamiento para disponer de 1.000 millones más en 2026 y 2027 y constituir un fondo “público-privado”. Actualmente, el Gobierno plantea movilizar 20 dentro de la última emisión de 1.000 millones, pero la formación abertzale sositene que hay capacidad para captar otros tantos más y con ellos traccionar más recursos públicos (del ICO, de BEI europeo, de las antiguas cajas o de las EPSV) para disponer de 3.000 millones en una década para construir.

El PP, de su lado, no ha puesto números porque alega que no es prudente hacerlo en plenas conversaciones, aunque la formación conservadora ha adelantado que ve al Gobierno con políticas de “izquierdas” e “intervencionistas” que no comparte. “No hemos empezado bien”, han dicho Laura Garrido y Álvaro Gotxi tras la cita con D'Anjou, aunque formalmente no han roto las negociaciones.

Finalmente, Sumar sí ha especificado que los cambios que pide tienen un valor de 800 millones de euros dentro de un techo de gasto de 17.300. Piden modificaciones de calado en educación o probar una renta básica universal, pero ven una actitud “fría y distante” en PNV y PSE-EE, en definición de Jon Hernández, el único parlamentario de la coalición de izquierdas. Ahora bien, aunque Sumar tiene “diferencias sustanciales” con el Ejecutivo, tampoco se ha dado oficialmente por acabada la negociación.

Tras los encuentros, PNV y PSE-EE han ofrecido también su punto de vista a los medios de comunicación. Los nacionalistas insisten en que, sea cual sea el resultado del diálogo con la oposición, Euskadi, saldrá bien parada. ¿Por qué? Porque España y Francia se mueven en la inestabilidad y no tienen presupuestos, ha recordado Alaitz Zabala. A su juicio, con todos los partidos hay algunas “coincidencias” pero ya adelanta, sin decir a qué se refería, que hay planteamientos que son “irrealizables”. Los socialistas, de su lado, han recordado que la actual propuesta del Ejecutivo es “progresista” y que los posibles cambios se tendrían que ajustar a ese marco.

En paralelo, PNV y PSE-EE encaran la tramitación presupuestaria sin mayoría en Álava y en Gipuzkoa. El pasado año lograron sacar adelante las cuentas con EH Bildu en un lugar y con el PP en otro. Asimismo, durante el año han acordado la reforma fiscal con un tercero, con Podemos, que ya no tiene representación en el Parlamento Vasco pero que sí mantiene presencia en las Cámaras forales.