Equo tiene un plan
Cuando decimos Equo siempre pensamos en medioambiente y aire limpio, pocas veces pensamos en gestionar dinero, o en crear empleo, y sin embargo Equo tiene respuestas para el día a día, por que tenemos un plan, y muy ambicioso además.
Es un plan atípico que pone a la Persona en medio de la economía, porque sabe que las personas somos ecodependientes e interdependientes, por lo que no basta únicamente con pensar en el ahora, hay que ir más allá. Nuestra propuesta es crear empleo aquí y ahora pero solucionando también el problema que nos plantea el actual modelo económico. Un problema cotidiano con dimensiones morales que se proyectan en el futuro.
Nuestro Plan da respuestas hoy a los problemas de hoy, de mañana y más allá.
La actividad económica que ha guiado el desarrollo histórico de nuestra sociedad se debe a la explotación de tres ámbitos: los países periféricos del sistema, la mujer y la naturaleza (lo que incluye a los animales). Tres pilares injustos que no se sostienen más y que debemos dejar atrás si queremos hablar seriamente de proyecciones de futuro.
En nuestro balance de pérdidas y ganancias debemos contar con los factores reales que hacen posible la existencia de las comunidades. Desde la política y la economía oficiales, se continúa relacionando el crecimiento económico -medido por la producción de mercado- con el bienestar. Un bienestar cíclico que viene y se va al antojo de los mercados. Sin embrago, toda persona sabe que necesita algo más que PIB para lograr que su vida sea satisfactoria; el buen vivir requiere de las relaciones interpersonales, del aire y del agua limpios y del tiempo de ocio, aunque ya no como lo soñaron los revolucionarios del pasado.
Los yacimientos de empleo verde han crecido un 20% en España desde el inicio de la crisis.
Somos el primer productor de alimentos ecológicos, y abastecemos con ellos el 35% de la demanda de Europa.
Mejorar la vivienda
En Extremadura, según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) serían más de 36.000 viviendas las que necesitarían una rehabilitación para mejorar su eficiencia energética (son 423.000 viviendas las que conforman el parque regional). Ante este potencial, podemos optar por implementar la reconversión del sector de la construcción, invirtiendo en formación. A través de un incremento paulatino de las exigencias de eficiencia energética, sería necesaria la contratación de personal cualificado para la auditoría energética, arquitectura y gestión energética. Aquí tienen cabida buena parte de las personas que la burbuja del ladrillo ha dejado atrás.
Consideramos que desde el Gobierno de Extremadura, con una inversión de 50 millones de euros, la creación de empleo podría ser cercana a 900 empleos directos y más de 1.500 indirectos. Tomando los datos de la OIT, en España la rehabilitación energética de vivienda podría suponer 1,3 millones de empleos, lo que eleva el potencial total en Extremadura a más de 20.000 nuevos empleos.
Haciendo hincapié en las energías renovables, combinando las distintas fuentes de energía limpia (solar, fotovoltaica, termosolar, eólica, biomasa e hidroeléctrica) podríamos crear 7000 empleos durante la construcción y 1000 empleos permanentes (entre directos e indirectos) con una inversión anual en torno a los 500 millones de euros (posiblemente menor debido al abaratamiento tecnológico). Con este proyecto (2016-2020) conseguiríamos aumentar la capacidad energética renovable en 1 GW. En biomasa la inversión es baja pero su potencial de empleo permanente es el mayor (más del 40%). A este ritmo, Extremadura sería la única CCAA española que se acercaría al objetivo alemán del 100% renovables en 2040.
Campo, turismo...
Y abordamos nuestro mayor sector productivo, el agroganadero. Un sector que factura 3.500 millones anuales, aunque la volatilidad de los precios pone en riesgo a los productores. Por ello nuestra apuesta es hacia la agricultura ecológica (con precios más estables) que nos garantiza la soberanía alimentaria al tiempo que aumenta las expectativas de exportación hacia países menos favorecidos para el cultivo. A través de esa conversión paulatina, con subvenciones y cambios en la normativa, daríamos respuesta a las casi 12.000 personas que actualmente están en paro en el sector. Y como en la economía circular, todo se solapa, tenemos un plan de recuperación de especies autóctonas con el doble objetivo de regenerar la dehesa y la obtención de residuos (para su posterior uso en las plantas de biomasa).
Y todo esto sin haber hablado de Turismo, que es al parecer la estrella de las esperanzas en nuestra región. Claro que en nuestro caso ponemos el acento en el ecoturismo, una demanda que concentra el 25% del sector a nivel nacional. Nuestra propuesta es fortalecer el cuidado de nuestras 69 zonas ZEPA, un privilegio ornitológico que no somos conscientes de poseer. Actualmente en Extremadura el total de ingresos por turismo es de 416 millones de euros anuales (5% del PIB).
Pero empleo verde es mucho más que empleo, es una apuesta decidida por la justicia social, no vamos a olvidar que en Extremadura hay una brecha que debe cerrarse y es la del género.
La economía que conocemos parte de olvidar a una buena parte de la población o ningunearla. Tomemos como ejemplo lo que decía Jean-Jacques Rousseau: “Mientras hayan hombres sensatos sobre la tierra, las mujeres letradas morirán solteras” o recordemos el sueño de una vida perfecta que Karl Marx expone en Das Kapital cuando describe la vida del hombre común en una sociedad comunista “sería capaz de ir a pescar por la mañana, al trabajo en la fábrica por la tarde y leerá a Platón por la noche”. En Equo nos hacemos conscientes de que las bases de la actual economía nacen sin perspectiva de género, lo que nos lleva a un resultado injusto.
Un estudio del INI nos indica que las mujeres trabajan, de media, dos horas más que los hombres en las tareas del hogar, y que por ello los hombres disponen de dos horas extra para realizar actividades que suelen estar relacionadas con excursiones o con la informática, lo que abre una nueva brecha de género.
Equo trabaja para que las personas alcancen todo su potencial, sin que el sexo sea un freno. Todas las personas, sea cual sea nuestro sexo, necesitamos afecto y un proyecto vital, las tareas de cuidado deben ser asumidas como una prioridad en una sociedad donde la economía es más que dinero, y la responsabilidad es conjunta.
Comenzábamos hablando de los tres grandes olvidos del sistema económico: la dignidad de los países periféricos, a los que les pedimos materias primas y mano de obra barata para mantener un nivel de vida insostenible en un planeta limitado como es el nuestro; la mujer, a la que hasta ahora se le ha pedido que ofrezca su tiempo en el cuidado sin recibir reconocimiento social, ni económico; y la naturaleza (lo que incluye a los animales). Y no vamos a cerrar este artículo sin mencionar lo que la ecoganaderia supone en el reconocimiento de la dignidad de los animales. Es un desafio ético que debemos afrontar sin más dilación. El trato que damos a los animales habla de quienes somos.