Una luminosa pantalla publicitaria recibe al viajero nada más llegar a la céntrica estación de tren de Mérida, la capital de Extremadura, que precisamente tiene en la mejora del transporte ferroviario uno de los puntales de la campaña de las elecciones del domingo. El primer tren que llegó este jueves desde Madrid lo hizo con 40 minutos de retraso, pero los habituales no se sorprenden. “Es verdad que hacía tiempo que no pasaba nada”, señala una joven publicista que vive entre las dos ciudades. En la pantalla se intercalan los carteles de las principales candidaturas, aunque destacan con mayor duración las de PSOE y Unidas por Extremadura. Nada más salir de la estación, justo en el edificio de enfrente, está la sede de Vox, de donde cuelga medio doblada una pancarta pidiendo el voto para la extrema derecha.
El partido de Santiago Abascal se siente clave en estos comicios en los que las encuestas más optimistas les sitúan con el doble de diputados que en 2023, cuando lograron cinco asientos en la Asamblea extremeña. La decisión de la presidenta regional, María Guardiola, del PP, de adelantar las elecciones al 21 de diciembre fue precisamente por su dependencia de Vox, que no le permitió aprobar los Presupuestos autonómicos. Pero la extrema derecha confía en que los cálculos le salgan mal a la presidenta y desea ser aún más “decisiva” a partir del lunes, sobre todo después de que esta semana el líder estatal del PP, Alberto Núñez Feijóo, haya asumido que es “difícil” lograr una mayoría absoluta y se conformara con lograr el domingo más votos que el PSOE.
Guardiola está decidida a echar el resto para que el presagio de su máximo jefe en el partido no se cumpla y va a dedicar lo poco que queda de campaña a presentarse como el voto útil frente a Vox. La paradoja es similar a la de Feijóo a nivel estatal: la candidata a la reelección aprovecha cada una de sus intervenciones para cargar contra la extrema derecha, de la que trataba de despojarse cuando convocó las elecciones y de la que tampoco quiere depender el líder del PP si gana unas futuras generales. Pero todas las encuestas les dicen a uno y otro que sí necesitarán a los ultras para poder gobernar.
Vox, por su parte, no solo desea que la próxima Junta dependa de sus votos, sino que dice palpar en las calles “las ganas de cambio” a su favor, aunque eso implique un nuevo gobierno de Guardiola al que apoye desde fuera. En realidad es el mismo escenario que se dio hasta 2024, cuando Abascal dio la orden de abandonar todos los ejecutivos autonómicos que compartían con los populares. Consciente de los sondeos, este miércoles, a solo cuatro días de las elecciones, el prácticamente desconocido candidato de Vox a la Presidencia extremeña, Óscar Fernández, empezaba a poner precio a un posible apoyo al PP para que pueda mantener la Junta, mientras Abascal mantiene su agenda propia, híper presente en la campaña, con paseos a caballo incluidos.
Contra el ecologismo y la igualdad
La idea es que el negacionismo climático, el cuestionamiento de las políticas de igualdad o la vinculación entre inmigración y delincuencia se institucionalicen en Extremadura si Vox es decisivo para formar gobierno. Este miércoles lo confirmó el propio Fernández en distintas entrevistas. En la concedida a RTVE, insistió en que exigirá el rechazo al Pacto Verde Europeo y que defenderá el mantenimiento de la central nuclear de Almaraz. También dijo que “la inmigración masiva ilegal” está afectando “a los servicios sanitarios y sociales en Extremadura”, que en realidad es la comunidad con menor tasa de migrantes y ha vivido distintos movimientos de privatización desde que el PP llegó al poder.
En el diario Hoy, en cambio, aseguró que la violencia machista tiene que ver con que “están entrando en España personas en cuya cultura la mujer no es nada más que un objeto o un animal”. Y eso a pesar de que dos de los tres asesinatos machistas ocurridos en Extremadura en 2025 fueron perpetrados por españoles. Vox también pondrá encima de la mesa el cierre de un albergue para personas migrantes sin hogar. “¿Qué viven de las ayudas sociales, del esfuerzo de todos los españoles? No sé si es una postura egoísta, pero si lo es, lo soy para los míos; los extremeños y los españoles, lo primero”, añadió.
Para el candidato de Vox existen “culturas absolutamente incompatibles”, aunque únicamente lo dice para dejar claro que si tiene que tomar decisiones desde algún gobierno será solo contra los musulmanes. También se compromete a poner fin a la educación afectivo sexual en la región y dice estar a “favor de la vida” por oponerse a la eutanasia o el aborto.
El “sentido común”
Consciente de todas esas peticiones, Guardiola empieza ya a rogar que le voten todos aquellos que no opten por la izquierda. “Yo lo que espero es que, a partir del domingo, impere la sensatez, el sentido común, los extremeños decidan cuál es su futuro y podamos seguir trabajando”, aseguraba la presidenta en una entrevista en El Español. La dirigente del PP no protagonizó ningún acto de campaña este miércoles, pero sí fue a visitar a los enfermos del hospital de Mérida aunque en calidad de presidenta.
El PSOE le afea que esté utilizando esa posición para hacer electoralismo e incluso de “incumplir la ley electoral” por aprobar este martes ayudas y subvenciones por 165 millones de euros.
La consigna del PP es que “la política útil no está en la pancarta ni en el megáfono, está en mejorar la vida de la gente con hechos”, algo que a su juicio realiza su máxima jefa, María Guardiola. “El 21 de diciembre, voto útil. Un gobierno fuerte, libre de chantajes. Una presidenta que solo se debe a Extremadura”, insisten en repetir los populares.
Actitudes machistas
A la recta final de la campaña se sumó a última hora del miércoles la noticia de que el Gobierno de Guardiola y la dirección de su partido han encubierto durante meses las denuncias de “trato machista” y “abuso de poder” del alcalde de Navamoral de la Mata, Enrique Hueso, contra una concejala de su equipo, Paula González Morato, que ha acabado por abandonar el Gobierno municipal. Un documento y un audio a los que tuvo acceso elDiario.es revelan los intentos de la concejala por informar a la cúpula del partido de la situación y las evasivas de la dirección regional del PP.
Todo ello se supo después de la publicación por parte de El Plural de que un primo de Guardiola que hasta ahora ejercía como su chófer oficial había sido condenado por violencia de género y que su nombre figuraba en el sistema VioGén. Si bien la Junta no quiso pronunciarse al respecto a lo largo de todo el día a última hora anunciaba el cese del conductor por una condena por coacciones contra su expareja. El ejecutivo extremeño no dijo nada en cambio respecto a la acusación de violencia de género.
Guardiola es la única candidata que no está centrada de lleno en la preparación del debate a cuatro que organizará RTVE porque ha rechazado asistir. El PP no tendrá representación. El resto dedicarán la jornada del jueves a cerrar con sus equipos las estrategias y los mensajes de un cara a cara que el PP trata de mantener en un perfil bajo consciente de que sus rivales en la izquierda tratarán de centrarlo en la política de alianzas y, sobre todo, en cómo podría condicionar el futuro de Extremadura el hecho de que un partido como Vox pueda ser decisivo para la gobernabilidad.
En las calles, mientras tanto, se siente cierta apatía respecto al debate político. En Mérida destacan con diferencia los adornos navideños respecto a la propaganda electoral, apenas visible en las estrechas e históricas callejuelas de la ciudad. Las terrazas están llenas a media tarde y las tiendas se perciben más centradas en otra campaña, la de Navidad.