El Ayuntamiento de Pontevedra retira el nombre de Juan Carlos I a una de sus avenidas por “decencia”

El Ayuntamiento de Pontevedra, gobernado por BNG y PSOE, retirará de su callejero a Juan Carlos I. La avenida que estaba dedicada al rey emérito pasará a llevar el nombre de Virxinia Pereira, una mujer de ideario galeguista y republicano. La concejala de Cultura, Carme Fouces, justificó la decisión como “un ejercicio inaplazable de decencia e higiene democrática” y la consideró “una cuestión ética, más que legal”, informa Europa Press.

La ciudad le retirará también “todos los honores y distinciones concedidos” al monarca. “A la vista de las informaciones que tenemos, no es merecedor de ellos”, manifestó Fouces, del BNG. Las denominaciones honoríficas de las calles, plazas, espacios públicos así como todas las dedicaciones, distinciones o títulos que una institución hace “tienen como finalidad expresar el reconocimiento y homenaje a personas que se signifiquen por la integridad, ejemplaridad, honestidad en su trayectoria vital, por la defensa de los valores éticos, morales, democráticos, los derechos y las libertades públicas”.

La placa que se instalará en la calle reconocerá la figura de la que fue esposa de Castelao. La inscripción hará referencia a su posicionamiento galeguista y a su labor como “garante del legado político y artístico” de su marido.

Fouces criticó “la ley del silencio” implantada durante décadas alrededor de la Casa Real “con la connivencia de todos los estamentos del Estado”. La imagen de la Corona está actualmente “absolutamente cuestionada”, afirmó la concejala, que se refirió a las revelaciones periodísticas sobre supuestos negocios ilícitos de Juan Carlos I y al “goteo continuo de informaciones vergonzosas” que dejan “en evidencia” a la institución monárquica, “al régimen del 78 y a la trama de intereses espurios alrededor de la Casa Real”. Sería, dijo, “una muy buena noticia” que se juzgasen estos hechos “con independencia”.

Vixinia Pereira es, para el Ayuntamiento pontevedrés, la “antítesis” de estos comportamientos. “Sacrificó su status social, la vida cómoda de la que venía, todo su patrimonio, para ponerlo al servicio de un ideario y de un sueño”. “Lo perdió todo menos la dignidad”, defendió Fouces.