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Veinte años de ‘Abre los ojos’, un vaticinio de la vida eterna virtual tras la muerte

Penélope Cruz y Eduardo Noriega protagonizaron este 'thriller' con toques de ciencia ficción

Cristina Sánchez

César (Eduardo Noriega) se baja del coche, extrañado. Solo se oyen sus pisadas mientras camina por la Gran Vía de Madrid. Asombrosamente, está desierta por completo. Hace justo veinte años, los españoles contemplaban por primera vez en la gran pantalla esa mítica escena de 'Abre los ojos'. El segundo largometraje de Alejandro Amenábar se estrenaba aquel 19 de diciembre de 1997, el mismo día que ‘Titanic’ llegaba a las salas de los Estados Unidos.

El drama de César, un joven acaudalado que no sabe distinguir sueño y realidad después de que su rostro quede desfigurado en un accidente de tráfico, cautivó a la crítica (consiguió 10 nominaciones a los Goya, pero no se llevó ninguno después de que Amenábar arrasara en la gala anterior con ‘Tesis’) y al público (su presupuesto rondó los 2,4 millones de euros y recaudó 6,4 millones). Al mismísimo Tom Cruise le entusiasmó tanto que, antes de que aparecieran los títulos de crédito, ya había decidido que le interesaba producir el ‘remake’ (‘Vanilla Sky’) en el que Penélope Cruz repetiría papel.

Con solo 26 años, Amenábar quería rendir un homenaje a ‘Vértigo’ de Hitchcock y de hecho, calificó a 'Abre los ojos' como un filmede suspense, amor, terror y ciencia ficción”. La mezcla de géneros es una de las razones que precisamente esgrimió el aclamado director para calificarla, hace solo unos meses, como la peor película de su carrerala peor película de su carrera. Más allá de esa opinión, lo cierto es que aún siguen sorprendiendo los toques de ciencia ficción, un género poco explorado por nuestro cine, en un film de hace dos décadas.

La criogenización y la leyenda urbana de Walt Disney

Desde este punto, el artículo contiene información sobre el final de ‘Abre los ojos’.

En 1997, cuando aún no disfrutábamos de Google (los personajes de ‘Abre los ojos’ utilizan “un programa para localizar por siglas” en un ordenador), Amenábar planteó que César, incapaz de aceptar su rostro, se somete a un proceso de criogenización. “Nosotros lo congelamos, y cuando seamos capaces de resucitarlo, nos comprometemos a hacerle vivir en un sueño”, le explica el experto de Life Extension, la empresa que invita a “pagar por vivir eternamente” en la cinta.

En realidad, en aquellas fechas ya existían un puñado de empresas que se dedicaban a la criogenización en los Estados Unidos. Es más, fue hace justo medio siglo cuando un profesor de psicología en la Universidad de California, James Bedford, se convirtió en el primer hombre criogenizado.primer hombre criogenizado.

Hace unos años, fue trasladado a la sede de Alcor Life Extension, una organización fundada en 1972 y con sede en Arizona (precisamente donde llevan el cuerpo de César en ‘Abre los ojos’) que hoy ya cuenta con 150 personas criogenizadas. En el proceso, se sustituye la sangre por líquidos anticongelantes y se introduce el cuerpo en un tanque con nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero.

Lógicamente, la técnica y el posterior mantenimiento son caros, pese a que los fallecidos no pueden saber si la cosa acabará bien: en la película, el adinerado César paga 240.000 dólares por ser criogenizado (ya en la época, las empresas pedían una elevada suma) confiando en vivir una nueva existencia.

“Yo creo que era un tema del que se estaba hablando en ese momento, era un tema que se conocía aunque no era una muy común”, explica Mateo Gil, coguionista del film junto a Amenábar, a HojadeRouter.com. “Nos pareció un pretexto perfecto para la historia que nos inventamos. En realidad, la criogenización ‘per se’ no era un tema que nos interesara demasiado”.

Más bien les sirvió de excusa para lanzar alguna crítica (“esta empresa promete lo mismo que ha prometido la Iglesia desde hace siglos, la inmortalidad”, asegura César a su incrédulo psiquiatra) o para recordar a un célebre autor de la ciencia ficción (“también se rieron de Julio Verne”). Incluso Nuria (Penélope Cruz), la chica de la que César se enamora, hace alusión en la cinta a la supuesta congelación de Walt Disney, una leyenda urbana que se ha mantenido con el paso de los años pese a que el cineasta fue incinerado.

“La criogenización en aquel momento y ahora sigue siendo una cuestión de fe, de confiar en que vas a poder revivir a un tipo que está congelado”, recuerda Gil. No en vano, ninguna de las personas criogenizadas hasta el momento ha sido devuelta a la vida, y tampoco hay evidencia científica de que la técnica pueda llegar a funcionar, tal y como explicaba a HojaDeRouter.com el cirujano e investigador en medicina Samuel Tisherman.

Pese a ello, muchos son los que confían en que la crioconservación tendrá sus resultados: recientemente, una niña tailandesa de dos años se convirtió en la persona más joven en ser criogenizada (en este caso, solo se congeló su cabeza); la justicia británico ha dado la razón a una británica de 14 años que quería preservar su cuerpo congelado contra los deseos de su padre; y hasta el CSIC acogió este mismo año un polémico congreso sobre envejecimiento y criopreservaciónun polémico congreso.

De un modo u otro, la fantasía no tiene límites y a Mateo Gil, coargumentista de ‘Tesis’ y guionista de ‘Mar adentro’ o ‘Abre los ojos’ junto a Amenábar, la técnica le despertó tantas preguntas hace dos décadas que ha decidido hacer una nueva película en la que vuelve a servirle como excusa. A principios de año ha estrenado ‘Proyecto Lázaro’‘Proyecto Lázaro’, una cinta sobre la aceptación de la muerte que narra la historia del primer hombre resucitado después de décadas en criopreservación.

“Mi idea original me viene desde que escribimos ‘Abre los ojos’, porque en realidad nunca veíamos el futuro”, cuenta Gil. “César lo que quería era criogenizarse para seguir viviendo su realidad”. En el caso de su último film lo que se analizan son las consecuencias, lo que sucedería después de resurgir de un frío letargo.

En 'Proyecto Lázaro', este ganador de cuatro premios Goya se pregunta, entre otras cosas, por qué alguien se molestaría en invertir tiempo y dinero para despertarnos (“a los primeros sí, porque tendremos curiosidad por ver cómo se sienten y cómo son, pero al cabo de un tiempo, en un mundo superpoblado, ¿para qué te iban a resucitar?”) o de qué serviría realmente al resucitado su nueva vida (“si te quitan tu familia y tus ambiciones y te dejan desnudo en otro lugar, ¿quién eres?”), cuestiones que quedaban fuera de la perspectiva que adoptó 'Abre los ojos'.

Creando un mundo de realidad virtual

En la cinta de Amenábar, la resurrección tenía lugar en 2150, pero César vivía un sueño en su presente, uno de los servicios que ofrecía Life Extension. ¿Y cómo se puede recrear un universo que sea exactamente igual que el real y en el que habiten los seres queridos? Según la cinta, gracias a la realidad virtual.

Años antes de que aparecieran las Google Cardboard, las Oculus Rift o las Samsung Gear VR, ‘Abre los ojos’ ya planteó la idea de una vida inusualmente longeva transcurriendo en mundos virtuales. “Pusimos muchos años de por medio e imaginábamos que llegaba a un altísimo nivel”, relata Mateo Gil. “Siempre que surge una tecnología es inevitable preguntarse hasta dónde va a llegar, y eso fue lo que hicimos”.

En realidad, por entonces ya había pioneros trabajando en realidad virtual e incluso empresas como Sega o Atari habían lanzado los primeros cascoshabían lanzado. Sin embargo, acabaron siendo fracasos comerciales y ha sido en los últimos años cuando esta tecnología ha vuelto a ponerse de moda.

Pero, como plantea la cinta, vivir en un mundo construido en realidad virtual controlado por los propios pensamientos no tiene por qué ser algo idílico: en el caso de César, se acaba tornando en pesadilla. Por eso, el protagonista opta finalmente por vivir en el siglo XXII, donde la cirugía está tan avanzada que puede reconstruir su rostro.

Veinte años después del estreno de ‘Abre los ojos’, son muchos los que siguen obsesionados con superar las barreras de la muerte fuera de la ficción, bien sea luchando por la inmortalidad (Peter Thiel, el fundador de Paypal, o Larry Ellison, el de Oracle, están respaldando iniciativas para acabar con el envejecimiento) o bien con la misión de trasladar nuestra mente a un ordenador.

“Si descargas tu conciencia en una máquina ya no serás tú, será una conciencia en una máquina. Tú eres tú con tu cuerpo y tu identidad completa, en torno a la inmortalidad se están creando un montón de mitos”, opina Mateo Gil, que ayudó a crear una fantasía visionaria hace dos décadas, aunque no pretendía ser real (como 'Black Mirror' mucho después), sino servir de excusa para contar una historia sobre los sueños, las apariencias o el amor. Una historia que nos encandiló y que hoy celebra su vigésimo cumpleaños.

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