Esta es la demoledora imagen del absurdo al que nos ha llevado la tecnología

El debate es ineludible: ¿la tecnología nos hace más tontos o más listos? De un lado, los que afirman, como el crítico escritor estadounidense Nicholas Carr, que nos estamos volviendo más estúpidos. En su libro Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? muestra cómo saltar de hipervínculo en hipervínculo nos aporta más bien poco y nos aparta por completo de la concentración y la reflexión.

Una investigación publicada en la revista Behavioural Brain Research afirma que los usuarios que entran a menudo en Facebook tienen menos materia gris en su cerebro. Incluso, el efecto que tiene sobre nosotros ya parece algo innato: como revelaba otra investigaciónla mera presencia de los smartphones (aún cuando están apagados) hace que nuestra capacidad intelectual se reduzcasmartphones.

Mientras tanto, al otro lado, están los que solo ven los beneficios de los avances tecnológicos. No hay duda de que la tecnología nos facilita la vida y su ritmo de crecimiento es imparable: hemos vivido más desarrollo científico y tecnológico en los últimos 10 años que en los 100 anteriores. Sin embargo, el auge de los robots ha añadido nuevas preocupaciones sobre el futuro. ¿Nos quitarán el trabajo? ¿Podremos abandonar las tareas automatizables y dedicarnos solo a las más creativas? ¿Acabarán por volverse en nuestra contra?

Puntos de vista hay para todos los gustos, pero la gran pregunta siempre es la misma: ¿cómo en un mundo tan avanzado puede seguir existiendo, a no más de dos calles, la desigualdad económica, la explotación laboral o la degradación del medioambiente? Para no solo hablar sobre estos sinsentidos sino también evidenciarlos se ha creado Humans of Late Capitalism. Con presencia en Facebook, Twitter e Instagram, este proyecto se dedica a publicar imágenes humorísticas, curiosas y casi siempre estúpidas para denunciar las incongruencias del actual sistema socioeconómico.

En ellas aparecen desde ricos y famosos de Hollywood luciendo símbolos comunistas y anarquistas en su vestimenta hasta animales disfrazados o personas echándose selfis mientras a su lado ocurre una catástrofe. También se muestran situaciones curiosas con personajes relevantes como un joven Trump tomando té junto a los personajes de la noventera serie de televisión Dinosaurios, la reina Isabel II de Inglaterra disparando un fusil de asalto SA80 o Jeff Bezos comiendo iguana en un exclusivo club de Nueva York (mientras sus trabajadores organizan huelgas en medio mundo por sus malas condiciones laborales).

¿Qué es el capitalismo tardío?

La fórmula Humans of se popularizó a partir de 2010. Entonces el fotógrafo autodidacta Brason Stanton empezó a crear un serial de 10.000 fotografías con gente de las calles de Nueva York y subirlas a su blog y página de Facebook. Lo llamó Humans of New York y durante un tiempo no tuvo apenas visitas. Sin embargo, después de año, su página de Facebook tenía 75.000 'me gustas'. Hoy ya supera los 18 millones e incluso ha dado lugar a la primera serie documental de Facebook, emitida a través de la plataforma Watch TV en septiembre del pasado año. Aunque nació como un proyecto edificante, también tuvo críticas y fue tildado de vacío y manipulador por no ser un fiel reflejo de la sociedad neoyorquina.

Sobre el resto del término, para encontrar su significado nos tenemos que remontar un poco más. La expresión late capitalism (o capitalismo tardío) la empezaron a utilizar los marxistas para referirse al capitalismo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Entonces pensaban que pronto llegaría a su fin en pos de una revolución socialista.

En 1991, el teórico político marxista Fredric Jameson popularizó la versión moderna del término en su ensayo Postmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío. Según su visión, el capitalismo tardío es aquel que provoca que la cultura se vuelva un producto. Y en todo ello juega un papel fundamental la tecnología.

Cada vez tenemos más aparatos y los reemplazamos con mayor frecuencia. Algunos datos demuestran esta vorágine. Por primera vez en la historia, este año se han contabilizado más tarjetas SIM utilizadas que habitantes en el mundo: 7.800 millones de líneas frente a 7.600 millones de personas, según datos de la asociación GSMA, organizadora del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.

Las redes sociales, como recoge el último informe conjunto de We Are Social y Hootsuite, suman más de 4.000 millones de usuarios y las compras online no paran de incrementarse: el gasto medio en tiendas virtuales crece un 38 % en 2017, hasta 1.954 euros, según el Observatorio Cetelem sobre eCommerce 2017.

Fotos pase lo que pase y GPS traicioneros

La obsesión por hacer fotos de todo también es algo de lo que se burlan desde Humans of Late Capitalism. Desde el anuncio de un curioso casco repleto de cámaras para que ningún ángulo quede sin inmortalizar hasta la foto de una joven que posa divertida en la playa mientras de fondo se está quemando un barco. También hay quien, ataviado con todo lo necesario para ser identificado como un turista, se toma una instantánea junto a una pintada reivindicativa con el texto Tourist go home.

Incluso el fenómeno fan alcanza límites insospechados. En estas imágenes se puede ver a Rihanna en la playa rodeada de gente que la fotografía desde la distancia, como si de una extraña criatura marina se tratara.

No son las únicas situaciones en que la tecnología nos puede llevar a lo absurdo (y hasta peligroso). Seguro que ya has visto alguna imagen de un vehículo que no ha acabado de la mejor manera por seguir las indicaciones del GPS:

Y lo cierto es que estos aparatos pueden crear más confusión de lo que ayudan en ciertas ocasiones, según una investigación publicada en Journal of Cognitive Neuroscience. Los científicos hallaron que nuestro cerebro tiene una capacidad limitada para procesar grandes volúmenes de información al mismo tiempo, por lo que resulta complicado prestar atención a la carretera y a la pantalla del GPS.

Animales confusos y robots que dan pena

La incidencia de la tecnología sobre la naturaleza también puede causar estragos. Por ejemplo, varios estudios han demostrado que la aparición de los drones influye negativamente en el comportamiento de ciertos animales: desde ballenas que se asustan hasta aves que los confunden con depredadores. Por supuesto, desde Humans of Late Capitalism también han querido mostrar esta nociva relación:

Aunque la tecnología también puede convertir al animal más aparentemente inofensivo en un arma letal:

Los robots humanoides merecen una mención especial entre las imágenes de Humans of Late Capitalism. Desde convertirlos en músicos o jinetes a lomos de un caballo hasta hacernos reflexionar sobre su humanización, son muchos los sinsentidos y absurdos a los que esta iniciativa puede sacar punta. 

Con todo ello, Humans of Late Capitalism pretende mostrar una visión irónica de la tecnología actual: desde criticar su mal funcionamiento hasta poner el foco sobre los estragos que causa en nosotros, haciéndonos dependientes o llevándonos a situaciones ridículas, así como en los animales y el medioambiente.

Se desconoce quién está detrás de esta iniciativa o su lugar de origen. Sus seguidores, que en Facebook ya son casi 650.000, son un grupo diverso, en su mayoría de origen estadounidense pero también con importante presencia de usuarios de Brasil, Argentina y Alemania. Lo que sí está claro es que Humans of Late Capitalism nos quiere hacer reflexionar sobre las incongruencias de un sistema socioeconómico en el que la tecnología tiene un peso cada vez mayor. Veremos si está iniciativa es profética en cuanto a lo que nos depara el futuro. 

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La imagen principal es propiedad de Humans of Late Capitalism