Illes Balears Opinión y blogs

Sobre este blog

Proteger el mar para vivir mejor

Fundació Marilles —

0

Leer sobre las rocas en una cala, bucear en aquel islote cercano, nadar en aguas abiertas o admirar el salto de los delfines mientras navegas son algunas de las experiencias que podemos disfrutar en las aguas que bañan nuestro territorio. No obstante, para poder seguir disfrutando de ellas, necesitamos que el mar esté en un buen estado de conservación. Y para conservar la vida marina que en él habita necesitamos contar con espacios marinos protegidos. Las Illes Balears son posiblemente la comunidad autónoma mejor posicionada en número y gestión de estos espacios. No obstante, siendo pulcros, podemos hacer una analogía con una clase llena de alumnos y decir que la realidad es que es la mejor alumna de una clase en la que todos suspenden.

A veces suele aludirse a que las restricciones necesarias para proteger el mar son un impedimento, incluso un freno, para la economía de allá donde se establecen los espacios marinos protegidos. Un reciente estudio ha analizado el impacto que tienen estos espacios protegidos de 24 países (entre ellos, España) para el sector pesquero y turístico. La primera conclusión es que no han encontrado ninguna evidencia de que esta protección tenga un impacto negativo sobre estos sectores económicos. Respecto al sector pesquero, solo encontraron beneficios para esta actividad: aumento en las poblaciones de peces, mayores volúmenes de captura, peces más grandes, etc. En Baleares, vemos constantemente los mismos resultados. Por ejemplo, según datos de la Conselleria d'Agricultura, Pesca i Medi Natural, la biomasa de peces comerciales en la Reserva Marina del Nord-est d'Eivissa-Tagomago es hasta 4 veces mayor en la reserva integral que en zonas sin protección. Estas zonas de reserva integral (donde la protección es estricta) han demostrado que son capaces de regenerar la vida marina y de recuperar los stocks pesqueros. En cuanto al sector turístico, el estudio mencionado ha cuantificado que se crean entre 30 y 50 puestos de trabajo por cada espacio marino protegido y que, además, cuanto más antiguo sea dicho espacio, los beneficios para este sector son mayores. Por lo tanto, el mejor momento para crear nuevos espacios marinos protegidos y gestionarlos adecuadamente es ahora.

No podemos olvidar que vivimos en un contexto de cambio climático que tiene numerosos impactos negativos sobre el mar y los seres vivos que allí habitan. Por ejemplo, el aumento de las olas de calor marinas en frecuencia e intensidad en el mar Balear y el resto del Mediterráneo. Para enfrentar el cambio climático necesitamos tomar muchas medidas diferentes, ya que no hay una solución única. No obstante, una de ellas es la protección y gestión adecuada del mar. Un reciente estudio que ha analizado 357 espacios marinos protegidos en todo el mundo ha demostrado que no solamente suponen un aumento en el número o el tamaño de las especies que allí habitan, sino que también desempeñan un papel fundamental en la capacidad de adaptación de los ecosistemas marinos en su totalidad ante los cambios ambientales provocados por el cambio climático. Y es que, al proteger los ecosistemas, y no solo a determinadas especies, estos espacios protegidos fomentan una mayor diversidad, lo que los hace más resistentes y capaces de recuperarse frente a las perturbaciones, como las olas de calor marinas. Como decíamos, estos resultados son fruto de un análisis global y sería raro que 357 espacios marinos protegidos se equivocasen.

Un reciente estudio que ha analizado 357 espacios marinos protegidos en todo el mundo ha demostrado que no solamente suponen un aumento en el número o el tamaño de las especies que allí habitan, sino que también desempeñan un papel fundamental en la capacidad de adaptación de los ecosistemas marinos en su totalidad

En un momento en el que disfrutar del mar se convierte en una experiencia cada vez más amenazada por el cambio climático y la sobreexplotación, es crucial actuar ahora para proteger y gestionar adecuadamente nuestros espacios marinos. Las evidencias son claras: las áreas marinas protegidas no solo preservan la biodiversidad y regeneran los ecosistemas, sino que también benefician a los sectores económicos. En Baleares, donde tenemos ejemplos de éxito, estas reservas son clave en el aumento de las poblaciones de peces y la generación de empleo en el turismo. Es hora de seguir este ejemplo y expandir la red de áreas marinas protegidas, mejorar su gestión y aumentar sus niveles de protección, aprovechando el impulso que nos brinda el conocimiento científico que respalda su eficacia, así como la necesidad de un mar bien conservado para garantizar el bienestar de las sociedades humanas. No podemos permitirnos ser espectadores pasivos ante la degradación de nuestro mar. Actuar ahora significa salvaguardar no solo la belleza natural de nuestras aguas, sino también su capacidad para adaptarse y recuperarse frente a los desafíos del cambio climático. Podemos asegurar un futuro tanto para nuestras aguas y sus formas de vida, como para las generaciones futuras.

Leer sobre las rocas en una cala, bucear en aquel islote cercano, nadar en aguas abiertas o admirar el salto de los delfines mientras navegas son algunas de las experiencias que podemos disfrutar en las aguas que bañan nuestro territorio. No obstante, para poder seguir disfrutando de ellas, necesitamos que el mar esté en un buen estado de conservación. Y para conservar la vida marina que en él habita necesitamos contar con espacios marinos protegidos. Las Illes Balears son posiblemente la comunidad autónoma mejor posicionada en número y gestión de estos espacios. No obstante, siendo pulcros, podemos hacer una analogía con una clase llena de alumnos y decir que la realidad es que es la mejor alumna de una clase en la que todos suspenden.

A veces suele aludirse a que las restricciones necesarias para proteger el mar son un impedimento, incluso un freno, para la economía de allá donde se establecen los espacios marinos protegidos. Un reciente estudio ha analizado el impacto que tienen estos espacios protegidos de 24 países (entre ellos, España) para el sector pesquero y turístico. La primera conclusión es que no han encontrado ninguna evidencia de que esta protección tenga un impacto negativo sobre estos sectores económicos. Respecto al sector pesquero, solo encontraron beneficios para esta actividad: aumento en las poblaciones de peces, mayores volúmenes de captura, peces más grandes, etc. En Baleares, vemos constantemente los mismos resultados. Por ejemplo, según datos de la Conselleria d'Agricultura, Pesca i Medi Natural, la biomasa de peces comerciales en la Reserva Marina del Nord-est d'Eivissa-Tagomago es hasta 4 veces mayor en la reserva integral que en zonas sin protección. Estas zonas de reserva integral (donde la protección es estricta) han demostrado que son capaces de regenerar la vida marina y de recuperar los stocks pesqueros. En cuanto al sector turístico, el estudio mencionado ha cuantificado que se crean entre 30 y 50 puestos de trabajo por cada espacio marino protegido y que, además, cuanto más antiguo sea dicho espacio, los beneficios para este sector son mayores. Por lo tanto, el mejor momento para crear nuevos espacios marinos protegidos y gestionarlos adecuadamente es ahora.