LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
La presidenta del Govern balear, Marga Prohens, ha evitado exigir la dimisión del presidente del Parlament, Gabriel le Senne (Vox), después de que la Justicia lo haya enviado al banquillo de los acusados para ser juzgado por un delito de odio por romper en pleno hemiciclo la fotografía de tres víctimas del franquismo. La líder del PP en las islas se ha limitado a pedir que “se respeten los tiempos” judiciales y parlamentarios, sin revelar cuál será la postura de su grupo parlamentario en un posible segundo debate de remoción del dirigente de extrema derecha, aupado por los conservadores a la presidencia de la Cámara en 2023 a cambio de que el PP pudiera gobernar Balears en solitario con el apoyo externo de Vox.
La líder del Ejecutivo ha roto su silencio sobre este asunto al ser preguntada por ello en la inauguración de una feria de artesanía. En declaraciones a los medios, Prohens ha incidido en que es al grupo parlamentario popular al que le corresponderá fijar su posicionamiento en el momento oportuno. Con todo, ha señalado que los distintos grupos “tienen los mecanismos, que pueden activar o no”, para instar la suspensión de funciones de Le Senne.
La dirigente popular ha reiterado su respeto tanto por la postura de la Fiscalía, que se adhirió a la petición del presidente del Parlament para que la causa abierta contra él fuese archivada, como por la decisión de la Audiencia de rechazar el recurso con el que reclamaba su exoneración. La presidenta ha aclarado que esto “no quita” que condene los hechos y que reitere su “petición de respeto institucional al Parlament”. Asimismo, ha espetado que el PSIB-PSOE, una de las fuerzas que ha reclamado que se activen los mecanismos para apartar a Le Senne, “no está en disposición de dar ni media lección”.
Apenas un día después de que los magistrados confirmasen que Le Senne irá a juicio, el parlamentario de Vox presidía con normalidad el pleno de la Cámara celebrado este martes, una sesión marcada por su continuidad así como por el cruce de acusaciones entre el Govern y los grupos de izquierdas a tenor del pacto presupuestario alcanzado la semana pasada entre PP y Vox. Durante la misma, Prohens no hizo mención alguna de las circunstancias que en estos momentos rodean a la segunda autoridad de Balears y, en el instante en el que abandonaba el hemiciclo y los medios de comunicación le inquirían al respecto, eludió responder las preguntas de la prensa con un “buenos días” y salió del Parlament.
El proceder y las manifestaciones efectuadas ahora por Prohens contrastan con las que pronunció en julio de 2024, semanas después del incidente, cuando dio “por hecho” que Le Senne dimitiría dado que, según su punto de vista, era la única manera de que la decisión adoptada por Santiago Abascal ese mismo mes de romper los acuerdos autonómicos de gobernabilidad tuviera efecto en Balears.
“La decisión de Vox de dar por roto sus acuerdos [con el PP] implica también su renuncia a la presidencia del Parlament de las Illes Balears, que obtuvieron fruto de estos acuerdos. Abascal fue muy claro y dijo que se rompían los gobiernos de todas las Comunidades Autónomas y aquí la única contraprestación [de Vox] era la presidencia del Parlament”, señaló entonces la líder autonómica.
Pese a las palabras de Prohens, el pasado 3 de septiembre, y sin desvelar el sentido su posicionamiento hasta apenas unos minutos antes de la votación, el PP salvó a Le Senne de la destitución, instada por los grupos de la oposición (PSIB-PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos). A día de hoy, Le Senne continúa siendo máximo responsable de la Cámara.