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'Papaya', la tortuga que vuelve al Mar Mediterráneo tras quedarse atrapada en plásticos

La historia de 'Papaya' es la de tantas tortugas que, por culpa de la contaminación de los mares, se quedan atrapadas en las redes de plástico que circulan por el Mar Mediterráneo. Este ejemplar de Caretta caretta, de 35,7 kg, fue encontrado enmallado en ambas aletas anteriores y el cuello por una red 'fantasma'. Un aviso de un particular a las autoridades competentes le salvó la vida y permitió su ingreso en el centro de la Fundación Palma Aquarium, en Mallorca.

Ella ha tenido más suerte que muchas de sus compañeras: ha sido liberada este viernes en aguas de Mallorca tras haberse recuperado en el centro de dicha fundación. Esta tortuga marina entró en la Fundación Palma Aquarium el pasado mes de junio y ahora ha sido devuelta al Parque Natural de Mondragó gracias a la intervención de los operarios de la Conselleria de Medi Ambient del Govern y de dicha Fundación.

En lo que va de año, un total de 15 tortugas marinas, de las 22 que han llegado vivas a la Fundación Palma Aquarium, han sido atendidas por haberse quedado enmalladas en plásticos, una de las principales causas de entrada de estos ejemplares en el centro. “Tenemos muchos problemas con las 'redes fantasma', unas redes que se hacen en el norte de África con cuatro botellas de plástico, que son dejadas a la deriva. Las tortugas no tienen muy buena vista y se quedan enganchadas, con lo cual no pueden hacer inmersiones en el mar y no se alimentan”, comenta a elDiario.es Ivan Ramos, jefe del Servicio de Protección de Especies.

No quitar los plásticos sin supervisión

Desde el Govern piden colaboración ciudadana para que todo avistamiento de una tortuga herida sea comunicado al 112, con el objetivo de poner en marcha el mecanismo de rescate. Además, recuerdan que no es recomendable que las desenmalle un ciudadano sin supervisión de un profesional: “Cuando la red está enganchada, el animal se mueve y esta red se le va clavando en la piel y le hace una herida. Muchas veces pensamos que le quitamos la red y será libre, pero no sabemos si tiene una infección potente en el cuello o la aleta. No solo por quitarle la red el animal va a estar bien, incluso puede morirse a los días de una infección”.

“Si estos animales silvestres se dejan coger es porque tienen problemas físicos graves, o algún problema digestivo o de alimentación, o porque están enganchados en redes. Si llamamos al 112, le harán un diagnóstico y unas curas veterinarias acordes y, cuando está confirmado al 100% que el ejemplar está curado y está apto para volver a la naturaleza, se le devuelve al mar”, explica Ramos. La mayoría de avisos se dan durante la época estival, cuando hay un mayor número de embarcaciones navegando por las aguas del archipiélago balear.

Además, en el Palma Aquarium se les hace una ficha y se les pone un microchip, con lo cual es posible monitorear los movimientos de estos ejemplares por todo el Mar Mediterráneo: “Si a esta tortuga la encontramos en Grecia o en Cabo Verde podremos decir cuándo ha entrado allí y qué movimiento migratorio ha hecho”. Por ejemplo, Ramos explica que tres tortugas que están siendo monitorizadas por el Govern balear están ahora mismo en diferentes puntos del Mediterráneo: una está en València, otra por Montpellier (Francia) y la tercera un poco más al norte de Roma (Italia).

Según los datos oficiales, el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de les Illes Balears (COFIB), a través del Palma Aquarium, ha registrado en lo que va de año 48 varamientos de tortugas marinas y 16 cetáceos. En Mallorca se han atendido 27 tortugas, en Menorca otras diez, en Eivissa siete y en Formentera cuatro. Además del enmallamiento, la segunda causa de entrada de las tortugas vivas es la ingesta de plásticos -cuatro fueron rescatadas por este motivo, una por captura accidental, otra por traumatismo y una por enfermedad.