Bruselas emprende acciones legales ante los nuevos planes de Boris Johnson de reescribir el Brexit que él mismo firmó

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Bruselas emprende acciones legales contra el proyecto de ley con el que Boris Johnson pretende reescribir el Brexit. La Comisión Europea considera que la nueva legislación anunciada por Boris Johnson viola el derecho internacional al vulnerar el tratado firmado por él mismo con la Unión Europea en relación con el Protocolo de Irlanda del Norte. Así, el Ejecutivo comunitario ha anunciado este miércoles su respuesta “a la intención británica, de nuevo, de violar el derecho internacional”, en tanto que “el proyecto permite a los ministros no aplicar el protocolo. Todo lo negociado en respuesta al Brexit que quería Londres, puede ser sorteado. Creemos que vulnera el derecho internacional y no es aceptable para la UE”.

El comisario europeo para el Brexit, Maros Sefcovic, ha afirmado este miércoles: “No hay justificación para cambiar unilateralmente un acuerdo internacional. Es una quiebra del derecho internacional. Es ilegal. Reino Unido está dañando la confianza de la UE”.

La reacción legal anunciada por Bruselas consiste en “descongelar” el procedimiento iniciado en marzo de 2021 contra Reino Unido por no aplicar el protocolo en lo que se refiere a los controles fronterizos a lo que llega a Irlanda del Norte desde Gran Bretaña y posponer unilateralmente las moratorias de controles aduaneros en el mar de Irlanda. Bruselas enviará una notificación y, si no responde Londres, acudirá al Tribunal de Justicia de la UE. Además, Bruselas toma acciones legales por no cumplir partes significativas del protocolo, como los controles de productos sanitarios y fitosanitarios.

“Primero, vamos a proceder a reactivar el procedimiento de marzo de 2021, si no responde en dos meses, los llevaremos al TJUE. Además, vamos a lanzar dos nuevos expedientes, sobre los controles aduaneros y por no proveer datos de trazabilidad comercial para proteger el mercado único de la UE”, ha dicho Sefcovic.

Eso sí, el procedimiento de infracción contra la nueva legislación no podrá lanzarse hasta que esa nueva legislación entre en vigor, explica Bruselas.

Si la vía judicial no funciona o Reino Unido prosigue en su proyecto de saltarse unilateralmente el acuerdo del Brexit, la consecuencia sería que decaería el acuerdo comercial de relación futura pactado tras el acuerdo de retirada. Es decir, Reino Unido y la Unión Europea entrarían en una guerra comercial y en un bloqueo de las transacciones comerciales al quedarse sin vigencia el tratado existente que emana del acuerdo del Brexit.

“No está llevando los controles necesarios en las fronteras, lo que tiene afectos en la aplicación de la ley”, dice la Comisión Europea: “Cuando decidimos no seguir con estas acciones legales [a finales de julio de 2021], fue porque Reino Unido nos pidió crear un espacio para el diálogo y quitar presión a las negociaciones. Pero no ha habido avances desde febrero en las discusiones. Desde nuestro punto de vista, Reino Unido ha roto las condiciones que mantenían ese procedimiento parado. No hemos tenido discusiones desde finales de febrero”.

Así, la Comisión Europea ha iniciado este miércoles procedimientos de infracción contra el Reino Unido por no cumplir con partes significativas del Protocolo sobre Irlanda del Norte. “A pesar de los repetidos llamamientos al gobierno del Reino Unido para implementar el Protocolo, no lo ha hecho.Es una clara violación del derecho internacional. El objetivo de estos procedimientos de infracción es restablecer el cumplimiento del Protocolo en una serie de áreas clave en las que el Reino Unido no lo ha estado implementando correctamente, en última instancia, con el objetivo de proteger la salud y la seguridad de los ciudadanos de la UE”, dice Bruselas.

“Al mismo tiempo”, dice el Ejecutivo comunitario “la Comisión Europea proporciona este miércoles detalles adicionales sobre las posibles soluciones que presentó en octubre de 2021 para facilitar la circulación de mercancías entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte. La Comisión pide al gobierno del Reino Unido que se comprometa de manera seria y constructiva con estas soluciones. Como de costumbre, la Comisión procederá en estrecha colaboración y diálogo constante con el Parlamento Europeo y el Consejo”.

Londres: “Es decepcionante”

Fuentes del Gobierno británico han reaccionado al anuncio de Bruselas: “Es decepcionante que la UE haya optado por reactivar los procedimientos legales relacionados con los períodos de gracia actualmente vigentes, que son vitales para evitar que los problemas causados ​​por el Protocolo se agraven. La apuesta del Reino Unido sigue siendo una solución negociada, pero las propuestas presentadas por la UE son las mismas que hemos estado discutiendo durante meses y no resuelven los problemas. En muchos casos, nos alejan de los acuerdos actuales”.

“El Protocolo está socavando el Acuerdo de Belfast (Viernes Santo)”, insiste Londres, “interrumpiendo el comercio y provocando que las personas en Irlanda del Norte reciban un trato diferente al del resto del Reino Unido. La UE continúa insistiendo en que no está dispuesta a cambiar el Protocolo en sí, por lo que estamos obligados a actuar nosotros mismos para cambiar las partes que están causando problemas. La legislación que presentamos esta semana ofrece soluciones prácticas y razonables que también protegen el mercado único de la UE y apoyan el comercio Norte-Sur”.

Expedientes

En primer lugar, la Comisión ha decidido elevar el procedimiento de infracción iniciado el 15 de marzo de 2021 a su segunda fase con la emisión de un dictamen motivado. “Este procedimiento de infracción se inició como resultado de que el Reino Unido no implementó correctamente el Protocolo, en particular con respecto a los requisitos de certificación para el movimiento de productos agroalimentarios”, explica el Ejecutivo comunitario: “Se suspendió el año pasado en un espíritu de cooperación constructiva para crear el espacio para buscar soluciones compartidas con el Reino Unido. Sin embargo, la falta de voluntad del Reino Unido para participar en una negociación profunda desde febrero, y la acción unilateral de esta semana, va directamente en contra de este espíritu”.

“Si el gobierno del Reino Unido no responde en un plazo de dos meses”, dice Bruselas, “la Comisión considerará llevar al Reino Unido ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. De conformidad con el artículo 12, apartado 4, del Protocolo, el Tribunal de Justicia dispone de todos los poderes previstos en los Tratados, incluida la posibilidad de imponer una suma a tanto alzado o una multa coercitiva”.

En segundo lugar, la Comisión también ha decidido iniciar dos nuevos procedimientos de infracción contra el Reino Unido por “incumplimiento de sus obligaciones en virtud de las normas sanitarias y fitosanitarias (MSF) de la UE. En particular, el Reino Unido no está llevando a cabo los controles necesarios y no garantiza la infraestructura y el personal adecuados en los puestos de control fronterizo de Irlanda del Norte. También ha emitido una guía que tiene el efecto de no aplicar la ley de la UE”.

Además, Bruselas denuncia que Londres “no proporciona a la UE determinados datos estadísticos comerciales con respecto a Irlanda del Norte como exige el Protocolo”.

Esto marca el comienzo de procesos formales de infracción. Las cartas enviadas este miércoles solicitan a Reino Unido “que tome medidas correctivas rápidas para restablecer el cumplimiento de los términos del Protocolo. El Reino Unido tiene dos meses para responder a las cartas. La Comisión está dispuesta a tomar nuevas medidas”.

El plan de Johnson

Que los productos ingleses que se queden en Irlanda del Norte no tengan controles –aunque luego no haya frontera con Irlanda–. Y dejar al Tribunal de Justicia de la UE sin competencias sobre las disputas entre Bruselas y Reino Unido relativas a la gobernanza del acuerdo del Brexit. Así es como pretende Boris Johnson reescribir unilateralmente un acuerdo que él mismo firmó hace un año y medio, y que impugna dos asuntos fundamentales para los 27: los controles a los productos británicos existen en Irlanda del Norte porque luego no hay frontera con la UE en tanto que no existe entre la República de Irlanda y la de Irlanda del Norte, y es imprescindible un control a todo lo que entra en el Mercado único.

Y ese mercado único de la UE, como es de la UE, tiene unas reglas comunitarias que deben ser vigiladas por el TJUE, como todas las normas de la UE.

Mientras el Gobierno británico presenta su propuesta para deshacer el Protocolo de Irlanda del Norte pactado en el acuerdo de divorcio del Brexit negociado por Boris Johnson, Bruselas emprende acciones legales contra Reino Unido.

En efecto, en el proyecto de ley para “arreglar el protocolo de Irlanda del Norte” presentado este lunes, el Gobierno británico sostiene que es la manera de garantizar “la protección del delicado equilibrio del Acuerdo de Viernes Santo en todas sus dimensiones” con “garantías sólidas para el mercado único de la UE”, “soluciones duraderas para los cuatro problemas clave del Protocolo” y eliminando “los costes y el papeleo innecesarios para las empresas”.

“El proyecto de Ley del Protocolo de Irlanda del Norte permitirá al Gobierno abordar los problemas prácticos que el Protocolo ha creado en Irlanda del Norte en cuatro áreas clave: procesos aduaneros engorrosos, regulación inflexible, discrepancias en impuestos y gastos y cuestiones de gobernanza democrática”, dice Downing Stret: “Estos problemas incluyen la interrupción y el desvío del comercio y costes y burocracia significativos para las empresas. Está socavando el Acuerdo de Belfast y lleva al colapso de los acuerdos para compartir el poder en Stormont [Parlamento norirlandés]. El Gobierno del Reino Unido se compromete a que estas instituciones vuelvan a funcionar para que puedan cumplir con la gente de Irlanda del Norte”.

“Después de 18 meses de conversaciones con la UE, Reino Unido sigue prefiriendo una solución negociada, pero la UE debe estar dispuesta a cambiar el Protocolo”, afirma el Gobierno británico.

Así, la legislación establece “canales verdes y rojos para eliminar costes y trámites innecesarios para las empresas que comercian dentro del Reino Unido, al tiempo que garantizan que se realicen controles completos para los bienes que ingresan a la UE. Las empresas tendrán la opción de colocar productos en el mercado de Irlanda del Norte de acuerdo con las normas comerciales del Reino Unido o de la UE, para garantizar que los consumidores de Irlanda del Norte no se vean impedidos de comprar productos estándar del Reino Unido, incluso cuando las regulaciones del Reino Unido y la UE diverjan con el tiempo”. Es decir, si un producto teóricamente no está pensado para cruzar a Irlanda –y, por ende, la UE–, no tendría controles adicionales que sólo tendrían aquellos productos pensados para entrar en Irlanda –algo que no siempre es controlable–.

El proyecto también garantiza que “Irlanda del Norte pueda beneficiarse de las mismas exenciones fiscales y políticas de gasto que el resto del Reino Unido, incluidas las rebajas de IVA en materiales de ahorro de energía y créditos de recuperación de la COVID”.

Además, Londres habla de “normalizar los acuerdos de gobernanza para que las disputas se resuelvan mediante arbitraje independiente y no por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas”.

Según Downing Street, “estos cambios están diseñados para proteger el Acuerdo de Belfast (Viernes Santo) y apoyar la estabilidad y el poder compartido en Irlanda del Norte. Proporcionarán salvaguardias sólidas para el mercado único de la UE, respaldadas por un esquema de Trusted Trader y el intercambio de datos en tiempo real para dar a la UE la confianza de que los bienes destinados a Irlanda del Norte no están entrando a su mercado. La legislación también garantiza que las mercancías que se mueven entre Gran Bretaña y la UE estén sujetas a los controles aduaneros de la UE”.

“El Reino Unido”, dice el Gobierno británico, “en las recientes discusiones intensas entre octubre y marzo, ha mantenido más de 300 horas de negociaciones oficiales y ministeriales y pasó cientos más examinando los documentos oficiosos de la UE en detalle. Sin embargo, ha quedado claro que las propuestas de la UE no abordan los problemas centrales creados por el Protocolo”.

La ministra de Exteriores, Liz Truss, ha afirmado: “Este proyecto de ley defenderá el Acuerdo de Belfast (Viernes Santo) y apoyará la estabilidad política en Irlanda del Norte. Pondrá fin a la situación insostenible en la que las personas en Irlanda del Norte reciben un trato diferente al del resto del Reino Unido, protegerá la supremacía de nuestros tribunales y nuestra integridad territorial. Es una solución práctica y razonable a los problemas que afronta Irlanda del Norte. Salvaguardará el mercado único de la UE y garantizará que no haya una frontera dura en la isla de Irlanda. Estamos preparados para aplicar esto a través de conversaciones con la UE. Pero solo podemos avanzar a través de las negociaciones si la UE está dispuesta a cambiar el Protocolo en sí, y por el momento no lo están. Mientras tanto, la grave situación en Irlanda del Norte evidencia que no podemos permitir que la situación se desvíe”.