Geopolítica de los hidrocarburos

Claves del derecho internacional para entender el conflicto entre Turquía, Grecia y Chipre en el Mediterráneo

El fin de semana pasado Turquía emitió un mensaje a través del sistema de comunicación marítima Navtex en el que advertía que uno de sus buques de perforación estará haciendo trabajos de exploración de hidrocarburos en aguas reivindicadas tanto por Chipre como por Turquía hasta el 15 de septiembre. El mensaje pedía “dejar espacio” a los buques turcos y advertía: “Se recomienda encarecidamente no entrar en la zona de trabajo”.

Horas más tarde, Chipre lanzó otro mensaje a través del mismo medio: “La advertencia de navegación [anterior] hace referencia a una actividad no autorizada e ilegal del buque de perforación Yavuz y sus barcos de apoyo en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental de Chipre. Esta acción constituye una grave violación del derecho internacional y es un delito bajo la legislación de la República de Chipre”.

Ese lunes, otro buque de exploración turco, el Oruc Reis, había elevado el ancla para dirigirse a una zona marítima entre la isla de Creta (Grecia) y Chipre reivindicada tanto por Ankara como por Atenas y acompañado por varios barcos del Ejército. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, respondió a Turquía con tambores de guerra y anunció el despliegue de buques militares en la zona.

“Que se sepa: el riesgo de un accidente es elevado cuando tantos activos militares se concentran en una zona tan contenida. En ese caso, la responsabilidad es del que crea esa circunstancia”, afirmó Mitsotakis. “La templanza es solo un aspecto de nuestro poder. Ninguna provocación quedará sin respuesta. Hemos demostrado que responderemos si es necesario”. Ese mismo día, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó: “Hemos dicho que si atacáis a nuestro Oruc Reis, pagaréis un alto precio”.

Como respuesta, Francia ha enviado una fragata y dos cazas de combate a la zona para unas maniobras navales conjuntas con Grecia. “Respaldo plenamente a Chipre y Grecia frente a las violaciones de Turquía de su soberanía. Es inaceptable que el espacio marítimo de los Estados miembros sea violado y amenazado”, afirmó el presidente Emmanuel Macron al inicio de la crisis. “Deben ser sancionados”, añadió.

Interpretaciones encontradas sobre las islas

El problema por el control y explotación de las aguas del Mediterráneo Oriental se disparó tras los sucesivos descubrimientos de reservas de hidrocarburos en la zona hace aproximadamente una década.

Varias islas griegas se sitúan muy próximas a la costa turca, especialmente Kastelorizo, una pequeña isla de 9 kilómetros cuadrados a tan solo 3 kilómetros de la costa sur de Turquía. Grecia argumenta que esa isla genera plataforma continental y zona económica exclusiva, lo que daría a Grecia control sobre las aguas donde hoy navega el Oruc Reis. Turquía, sin embargo, alega que algunas islas no generan esos derechos, por lo que las aguas en cuestión estarían bajo su dominio. “El argumento de que una isla de 10 kilómetros cuadrados, situada a dos kilómetros de Anatolia y a 580 kilómetros de territorio continental griego genere una plataforma continental de 40.000 kilómetros cuadrados no es racional ni va en línea con el derecho internacional”, afirmó el Ministerio de Exteriores turco a principios de agosto.

“El argumento de que las islas no generan plataforma continental (también lo sostiene Marruecos respecto de las Canarias) carece de fundamente alguno. La pretensión se basa habitualmente en que la isla está asentada sobre la plataforma continental de otro Estado ribereño que no puede verse alterada ni limitada por la presencia de una isla de otro Estado. Es un argumento artificial que no tiene ningún sustento en la Convención de la ONU ni tampoco en ninguna otra norma de Derecho internacional. España lo ha venido manteniendo así de forma reiterada respecto de las Canarias”, sostiene Concepción Escobar, catedrática de Derecho Internacional Público en la UNED y miembro de la Comisión de Derecho Internacional de la ONU.

“Aunque jurisprudencia de derecho internacional demuestra que islas pequeñas y aisladas reciben un delimitación reducida, el caso de las islas del sureste del Egeo es diferente porque las islas griegas pertenecen a grupos de islas como el complejo del Dodecaneso –al que pertenece Kastelorizo–”, explica Nicholas A Ioannides, doctor en Derecho Internacional especializado en derecho marítimo y profesor en la Universidad de Nicosia, Chipre.

Escobar sostiene que “en la zona controvertida tienen derechos sobre sus respectivas plataformas continentales tanto Grecia como Turquía”. “El problema ha de resolverse, por tanto, a través de la correcta delimitación de dicho espacios, fijando las líneas divisorias. La delimitación debería basarse esencialmente en las reglas de la equidistancia (respecto de las líneas de costa), aplicando posibles circunstancias especiales que se puedan dar en la zona. Quizás en este sentido se pueda entender el argumento de Turquía sobre las islas y los mares cerrados, porque en ocasiones dicho criterio se ha utilizado no para impedir la atribución de una zona económica exclusiva o plataforma continental, pero sí para modificar el trazado de la línea de delimitación”.

El Ministerio de exteriores turco argumenta que “las objeciones de Grecia no tienen fundamento legal”. “Que las islas griegas en la región, Kastelorizo en particular, corten la plataforma continental de Turquía va contra el principio de equidad, que es el principio fundamental de la delimitación en el derecho marítimo”, sostiene.

Turquía no es parte de la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar

Turquía es es uno de los siete países con acceso al mar en todo el mundo que no ha firmado la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar –junto con EEUU, Israel, Eritrea, Perú, Siria y Venezuela–, por lo que en principio no está obligado por sus normas. “Sin embargo, algunas de las instituciones reguladas en la Convención eran ya normas consuetudinarias en el momento de adoptarse la Convención de 1982 y otras se han cristalizado como tal como consecuencia de la adopción de la Convención –zona económica exclusiva y plataforma continental–”, explica la profesora.

“En la medida en que estas instituciones –mar territorial, zona económica exclusiva y plataforma continental– se rigen por derecho consuetudinario, dicha normativa (que es básicamente la de la Convención de la ONU) obliga a todos los Estados. Y, por ello, Turquía está obligada por dichas costumbres aunque no sea parte del tratado”, indica Escobar. “La única forma que tendría Turquía de liberarse de dichas obligaciones sería demostrando que ha sido objetor persistente a las mismas, es decir que de modo reiterado y sistemático se ha opuesto al nacimiento de dichas costumbres durante su período de formación. No basta con que se esté oponiendo a ellas en la actualidad”, añade.

En el siguiente mapa compartido por un diplomático turco y publicado en medios de este país se puede observar lo que Ankara considera bajo su dominio.

La experta en derecho internacional ve muy difícil que el asunto pueda llegar a un tribunal: “En principio podrían ser competentes para resolver una controversia en materia de Derecho del Mar tanto la Corte Internacional de Justicia como el Tribunal Internacional de Derecho del Mar. Sin embargo, ninguno de estos tribunales tienen jurisdicción automática y para poder resolver un asunto es necesario que los Estados interesados decidan sometérselo”.

Chipre: ¿ocupación o Estado independiente?

Respecto a Chipre, la polémica con el derecho sobre las aguas es que Turquía es el único país del mundo que no reconoce al Gobierno de Chipre. También es el único en reconocer la República Turca del Norte de Chipre. Bajo esta posición, Ankara alega que los recursos de la isla se deben repartir entre greco-chipriotas y turco-chipriotas. “Mediante su actividad unilateral en materia de hidrocarburos, la administración grecochipriota viola el derecho de la población turcochipriota a los recursos naturales y los derechos de Turquía derivados de la legislación internacional sobre su plataforma continental”, afirmó el ministro de exteriores en una carta de julio de 2019.

Escobar rechaza la postura defendida por Ankara. “La República Turca de Chipre del Norte no es un Estado independiente, sino parte del territorio de la República de Chipre respecto del cual Naciones Unidas y la comunidad internacional entienden que está sometido a un regimen de ocupación por parte de las tropas turcas. Siendo parte del territorio de Chipre, es éste Estado el que podría reclamar cualquier eventual derecho sobre las zonas marítimas que se generen a partir de la isla, incluidas las costas que se encuentran al norte de la llamada Línea Verde, es decir, la zona de ocupación turca”.

 Orígenes del conflicto

 El Oruc Reis elevó el ancla el pasado 10 de agosto como respuesta a un acuerdo bilateral firmado el 6 de agosto entre Grecia y Egipto para fijar los límites marítimos de cada estado y que no contó con Ankara a pesar de pisar territorio reivindicado por este país. “La frontera marítima entre Grecia y Egipto no existe. Respecto a Turquía, ese acuerdo es nulo y se reflejará en el terreno y sobre la mesa. La zona supuestamente delimitada está en la plataforma continental de Turquía”, afirmó Ankara.

 Sin embargo, meses antes –en noviembre de 2019– Turquía y Libia habían firmado otro acuerdo bilateral sobre la delimitación de su zona económica exclusiva cuyo límite pasa pegado a las islas de Creta y Rodas, aguas reivindicadas por Grecia. Este acuerdo fue denunciado por la UE: “El memorándum de entendimiento entre Turquía y Libia infringe los derechos soberanos de terceros Estados y no cumple con la ley de derecho marítimo”.

En febrero de 2018, fuerzas navales turcas bloquearon un buque de perforación de la empresa energética italiana ENI a aguas reivindicadas por Chipre, forzando a la empresa a retirarse. Meses más tarde, Ankara envió sus primeros barcos de exploración y perforación a la zona e inmediatamente después, Francia firmó un acuerdo de defensa con Chipre.

En enero de 2019, Italia, Egipto, Grecia, Chipre, Israel, la Autoridad Palestina y Jordania crean el Eastern Mediterranean Gas Forum. Ankara, que se ha visto arrinconado en la zona, se mantiene firme: “Turquía tiene la fortaleza y determinación, así como los medios y capacidades, para demoler los ejes del mal formados en su contra”, afirmó recientemente el Ministerio de Exteriores.