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Condenada en Argentina por resistencia al policía que la detuvo supuestamente por homofobia

Bandera LGTBI.

elDiario.es

Una mujer ha sido condenada por la justicia argentina a un año de prisión por resistencia a la autoridad y lesiones leves por una detención en la que asegura que sufrió un trato discriminatorio por parte de la policía por ser lesbiana. La sentencia, que ha tenido lugar este viernes 28 de junio, coincidiendo con el día internacional del Orgullo LGTBI, ha despertado la polémica en su país por la sospecha de trato homófobo. Así lo recoge el diario Clarín.

Los hechos ocurrieron en 2017 en una estación de metro de Buenos Aires. Mariana Gómez y Rocío Girat estaban besándose y fumando al igual que, aseguran, “las otras 40 o 50 personas que les rodeaban”, en una zona donde no estaba permitido. Un empleado del metro se acercó a pedirle que apagara el cigarro y a partir de ahí comienzan las dos versiones de la historia.

Ellas aseguran que el empleado, acompañado después por dos agentes de policía, se fijó en ellas por estar besándose y que “eso fue lo que molestó”. El empleado y los agentes afirman que se negó a apagar el cigarrillo alegando que no había carteles que indicaran la prohibición.

Mariana Gómez, la mujer que ha sido este viernes condenada a un año de prisión por resistencia a la autoridad y lesiones leves, explica que el primer policía que se dirigió a ella lo hizo en masculino -“Pibe, ¡apágalo!”-, le preguntó a su pareja el estado civil y anotó “soltera” a pesar de explicarle que estaban casadas y demostrárselo al sacar la libreta de unión civil. “Yo le aclaré que soy mujer, apagué el cigarrillo y me quise ir, pero él se me pone delante y ahí tuvimos un encontronazo pero sin ni siquiera levantar la voz, tras lo cual me detuvo”, explicó Gómez al periódico Clarín.

Rocío Girat asegura que la tomaron con su pareja y no con ella por ser la que tiene una apariencia considerada como masculina: “Mariana terminó esposada durante tres horas y media en la parada de metro de Constitución. Yo no. Fueron contra ella, no contra mí”, y agrega que la trasladaron a una comisaría donde le hicieron una revisión “desnuda, con inspección en el ano y la vagina” y que no la liberaron hasta la noche.

La Policía, por su parte, niega que los hechos ocurrieran así. Según Clarín, aseguran que actuaron “amablemente”, tal como lo hicieron los dos efectivos de la Metropolitana que, según ellos, fueron golpeados por las mujeres. Este mismo medio recoge las declaraciones del agente que asegura que, cuando se acercaron a pedirle a la mujer que apagara el cigarrillo, ésta dijo que no la podían tocar “porque son masculinos”.

Acto seguido, cuentan, se acercó una agente y a pesar de todo, la mujer se seguía negando. Entonces “comenzó a pegar al policía masculino sin motivo alguno, en la cara y el pecho. El policía trató de contener los golpes y de sujetar a la chica, que trató de huir y no lo consiguió, según esta versión, cayendo tras perder el equilibrio.

“No hay una orden legítima”, así ha reaccionado ante la jueza Lisandro Teszkiewicz, el abogado de Gómez, quien no consideraba que hubiera delito de “resistencia a la autoridad” porque para eso la orden de la policía debe ser legítima para deba ser cumplida.

Según el abogado defensor, el policía intentó identificarla y ponerle una multa, siendo dos acciones que forman parte del procedimiento a seguir con un fumador en una zona 'libre de humo'

Según Clarín, habría citado ante la jueza la doctrina de Sebastián Soler, que en sus tratados asegura que “aceptar un delito de resistencia ante una orden ilegítima es propio del código fascista”.

“Los pedófilos tienen que ir en cana [ir a la cárcel] y no yo”, así ha reaccionado Gómez tras conocer la sentencia.

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