Un Partido Popular Europeo escorado a la derecha entroniza a Von der Leyen como candidata a las europeas

Irene Castro

Bucarest (Rumanía) —

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El Partido Popular Europeo ha proclamado formalmente a Ursula von der Leyen candidata a las elecciones europeas para seguir al frente de la Comisión Europea otros cinco años. La entronización ha salido adelante con 400 votos a favor y 89 en contra. De los 801 delegados con derecho a voto, más de un tercio no han participado. Von der Leyen ha generado muchas suspicacias en su propio partido durante el actual mandato. Su pecado capital fue llegar a la cúspide del gobierno comunitario aupada por los líderes de los 27 apartando de la carrera al jefe del partido, Manfred Weber, y después los lazos que ha ido estrechando con las capitales y con los grupos socialista, liberal y, en menor medida, verde a lo largo de la legislatura. De hecho, el programa del PPE que le tocará defender a la actual presidenta de la Comisión Europea supone endurecimiento hacia la derecha y hasta cierto punto una enmienda a la totalidad de su gestión estos cinco años.

Los conservadores españoles, que representan la segunda delegación más grande de su familia europea, han arrastrado los pies en su apoyo a la alemana. Alberto Núñez Feijóo evitó respaldarla hasta el último momento, a pesar de que estaba claro que daría el paso de pelear por otro mandato. El líder del PP le trasladó el 'sí' de sus delegados en una reunión el miércoles en los márgenes del congreso que se ha celebrado en Bucarest condicionado a que “corrija” la política agrícula de la UE y que “haga de la defensa del estado de derecho español una de las razones por las cuales va a volver a ser elegida presidenta la Comisión”, según explicó el dirigente Esteban González Pons tras el encuentro.

“Enhorabuena, Ursula, tienes nuestro apoyo para ejercer el honor de liderar la candidatura del primer partido de Europa, que ya lo es y que con toda seguridad lo seguiremos siendo tras las elecciones de junio. España hará una buena aportación para conseguirlo”, le ha dicho Feijóo.

Al PP no le gusta la sintonía que Von der Leyen muestras con Pedro Sánchez -quien trasladó hace meses su apoyo como futura presidenta de la Comisión Europea si recae, como todo apunta, en el PPE- y ha intensifcado la presión en los últimos días para que la alemana marque distancias con el Gobierno español ante la aprobación de la ley de amnistía. La que más claramente lo expresó en Bucarest fue la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que en una intervención en el congreso de los populares instó a sus colegas europeos a que “no haya compadreo” con Sánchez.

El guante lo ha cogido, como es habitual, el líder del PPE, Manfred Weber, que ha acusado a Sánchez de ser la “marioneta de Puigdemont”. “Vergüenza de Sánchez y vergüenza de socialistas”, ha dicho en su intervención. Sin embargo, Von der Leyen ha ignorado el tema, a pesar de que esta vez no llevaba la chaqueta de presidenta de la Comisión Europea que le obliga a tener una cierta neutralidad sino el de candidata del partido. No ha hecho ni una sola mención a España ni a sus colegas españoles (si bien sólo ha citado a los dirigentes con poder ejecutivo).

Considerada el perfil moderado del PPE, Von der Leyen se ha topado con un claro viraje de su partido hacia la derecha en la pelea contra la extrema derecha, que amenaza con incrementar sustancialmente su presencia en el Parlamento Europeo la próxima legislatura. Y eso obliga a la alemana a hacer equilibrismos.

“Gracias al Partido Popular Europea y a Weber, el partido más grande y más unido. Gracias por vuestro excelente trabajo”, les ha dicho la candidata. Sin embargo, en el último año el grupo popular ha marcado distancias con la Comisión Europea y se ha revuelto contra el Pacto Verde Europeo, tumbando la ley con la que Bruselas pretendía reducir el uso de pesticidas químicos o boicoteando la ley de restauración de la naturaleza, por ejemplo.

El manifiesto de los populares supone una enmienda a la totalidad de buena parte de la agenda verde de la UE, que ha sido una de las banderas de Von der Leyen esta legislatura. “Fuimos los primeros en diseñar el Pacto Verde Europeo en una política económica, social e industrial. Esto ha dado un sentido claro de dirección para la inversión y la innovación”, se ha limitado a decir Von der Leyen, que ha asegurado que el PPE es el “partido de los agricultores” ante las protestas que protagonizan en todo el continente y de las que la extrema derecha pretende sacar rédito. Eso ha llevado a la UE a echar el freno en algunas políticas medioambientales.

También ha pasado de puntillas por otro de los grandes temas en los que el PPE ha endurecido su posición: la inmigración. “Juntos hemos alcanzado el Pacto de Migración y Asilo. Hemos reforzado las fronteras europeas y seguiremos haciéndolo. Hemos cumplido nuestras obligaciones internacionales en el pasado. Lo hacemos hoy y lo haremos en el futuro. Pero somos nosotros, los europeos quienes decidimos quién viene a Europa y en qué circunstancias, y no la delincuencia organizada de contrabandistas y traficantes”, ha expresado Von der Leyen.

El programa de los conservadores lleva a máximos el endurecimiento de la política migratoria al plantear que los solicitantes de asilo puedan ser deportados a terceros países e imponer cuotas anuales para la aceptación de personas vulnerables. Incluso apuesta por que las reglas de asilo puedan suspenderse en casos de instrumentalización y condicionar los acuerdos con terceros países a que se comprometan a colaborar en el control migratorio de la UE. “Todo lo que está en el manifesto está en línea con el derecho internacional”, ha dicho Von der Leyen en una rueda de prensa.

En un discurso en el que Von der Leyen ha salido un poco del encorsetamiento de su puesto, ha cargado contra “los amigos de Putin que están reescribiendo la historia y el futuro”. “Nuestra Europa pacífica y unida. Está siendo desafiada como nunca antes por populistas, por nacionalistas, por demagogos. Ya sea por la extrema derecha o por la extrema izquierda”, ha advertido Von der Leyen. Ahora bien, ha puesto la línea roja sólo a algunasf uerzas como Alternativa por Alemania o al Frente Nacional de Marine Le Pen, pero no ha citado a ningún partido de los que forman parte del Grupo de los Conservadores y Reformistas (en el que está integrado Vox). Y es que la alemana ya no cierra la puerta a llegar a acuerdos con algunas formaciones de extrema derecha a las que el PPE ha levantado el tradicional cordón sanitario.