El país celebró el pasado mes de julio su primer año de independencia.
Con un sistema sanitario extremadamente frágil, Sudán del Sur sufre emergencias y crisis humanitarias que requieren de una respuesta de las organizaciones humanitarias.
Al flujo de refugiados procedentes de los estados septentrionales del vecino Sudán se unen unas tasas de mortalidad materna de las más altas del mundo y episodios de violencia interna que amenazan a la población y provocan desplazamientos continuos.
Miles de personas han abandonado sus hogares del estado de Nilo Azul en el vecino del norte en busca de seguridad. Es el caso de Halima Atayp, de la aldea de Jam ha caminado durante 20 días con su bebé de siete meses y su familia hasta llegar al condado de Maban en Sudán del Sur.
Miles de personas han abandonado sus hogares del estado de Nilo Azul en el vecino del norte en busca de seguridad. Es el caso de Halima Atayp, de la aldea de Jam ha caminado durante 20 días con su bebé de siete meses y su familia hasta llegar al condado de Maban en Sudán del Sur.
La población de origen de los desplazados y la de acogida están fuera del foco mediático. El limitado interés informativo se centra en las consecuencias de las disputas fronterizas entre los dos Sudán, sobre todo desde la independencia de Sudán del Sur, en julio de 2011. Refugiados llegan al campo temporal de Jamam donde esperan a ser trasladados al emplazamiento permanente de Batil.
La población de origen de los desplazados y la de acogida están fuera del foco mediático. El limitado interés informativo se centra en las consecuencias de las disputas fronterizas entre los dos Sudán, sobre todo desde la independencia de Sudán del Sur, en julio de 2011. Refugiados llegan al campo temporal de Jamam donde esperan a ser trasladados al emplazamiento permanente de Batil.
En plena temporada de lluvias e inundaciones hay zonas a las que sólo se puede llegar usando medios aéreos. Un avión del Programa Mundial se aproxima al campamento de refugiados de Yida para realizar un lanzamiento de alimentos.
En plena temporada de lluvias e inundaciones hay zonas a las que sólo se puede llegar usando medios aéreos. Un avión del Programa Mundial se aproxima al campamento de refugiados de Yida para realizar un lanzamiento de alimentos.
Sudán del Sur es el país más costoso en términos logísticos y operativos de los que trabaja MSF. Dada la magnitud de la crisis, MSF ha puesto en marcha una campaña para financiar las operaciones de ayuda humanitaria. Un avión de la Organización con suministros médicos descarga en el campamento de Yida.
Sudán del Sur es el país más costoso en términos logísticos y operativos de los que trabaja MSF. Dada la magnitud de la crisis, MSF ha puesto en marcha una campaña para financiar las operaciones de ayuda humanitaria. Un avión de la Organización con suministros médicos descarga en el campamento de Yida.
“No puedo imaginar que exista un lugar donde se necesite tanto nuestra ayuda como éste”, afirma la doctora de MSF, Erna Rijnierse. Campo de tránsito cercano al campamento de refugiados de Jamam.
“No puedo imaginar que exista un lugar donde se necesite tanto nuestra ayuda como éste”, afirma la doctora de MSF, Erna Rijnierse. Campo de tránsito cercano al campamento de refugiados de Jamam.
Las lluvias anegan los campos de refugiados como el de Jaman y dificultan la asistencia sanitaria de los equipos que tienen que atender a los refugiados entre el barro y el agua.
Las lluvias anegan los campos de refugiados como el de Jaman y dificultan la asistencia sanitaria de los equipos que tienen que atender a los refugiados entre el barro y el agua.
Erna Rijnierse: “Todo el mundo ha perdido a alguien: un hermano, un padre, una hermana, un vecino, un hijo. Todos han tenido que emprender el viaje. Todos han conocido el hambre. Todos han padecido sed, todos han pasado miedo, siguen teniendo miedo”. Jóvenes refugiadas esperando en la farmacia de la clínica de MSF en el campo de refugiados Jamam.
Erna Rijnierse: “Todo el mundo ha perdido a alguien: un hermano, un padre, una hermana, un vecino, un hijo. Todos han tenido que emprender el viaje. Todos han conocido el hambre. Todos han padecido sed, todos han pasado miedo, siguen teniendo miedo”. Jóvenes refugiadas esperando en la farmacia de la clínica de MSF en el campo de refugiados Jamam.
Los equipos vacunan a los recién llegados a los campos de refugiados, fundamentalmente a los niños y niñas comprendidos entre los 6 meses y los 5 años. Un niño es marcado tras ser vacunado de sarampión en el campo de Doro.
Los equipos vacunan a los recién llegados a los campos de refugiados, fundamentalmente a los niños y niñas comprendidos entre los 6 meses y los 5 años. Un niño es marcado tras ser vacunado de sarampión en el campo de Doro.
MSF lanzó una operación de ayuda a gran escala en noviembre de 2011 para asistir a los refugiados y en junio de 2012 amplió sus actividades en respuesta a la llegada de muchos más y de los altos índices de mortalidad materno infantil. Almacén de alimentos terapéuticos preparados para niños con desnutrición moderada severa en el campo de Yida.
MSF lanzó una operación de ayuda a gran escala en noviembre de 2011 para asistir a los refugiados y en junio de 2012 amplió sus actividades en respuesta a la llegada de muchos más y de los altos índices de mortalidad materno infantil. Almacén de alimentos terapéuticos preparados para niños con desnutrición moderada severa en el campo de Yida.
La intervención médica ha hecho posible que la tasa de mortalidad en el campo de refugiados de Yida se haya reducido de un 25% a un 2%. Una enfermera de MSF abraza a un niño en el programa de Alimentación Terapéutica Intensiva en Yida.
La intervención médica ha hecho posible que la tasa de mortalidad en el campo de refugiados de Yida se haya reducido de un 25% a un 2%. Una enfermera de MSF abraza a un niño en el programa de Alimentación Terapéutica Intensiva en Yida.
El campo de Yida ha llegado a recibir hasta mil nuevos refugiados cada semana huyendo de los combates y de la inseguridad alimentaria. Un trabajador de MSF administra vitamina A a uno de los niños recién llegados.
El campo de Yida ha llegado a recibir hasta mil nuevos refugiados cada semana huyendo de los combates y de la inseguridad alimentaria. Un trabajador de MSF administra vitamina A a uno de los niños recién llegados.
“Las causas principales de muerte están relacionadas con diarrea, infecciones transmitidas por el agua e infecciones respiratorias”, explica André Heller Pérache, coordinador de MSF. Niños refugiados en uno de los puntos de recogida de agua instalados por MSF en el campo de Jamam.
“Las causas principales de muerte están relacionadas con diarrea, infecciones transmitidas por el agua e infecciones respiratorias”, explica André Heller Pérache, coordinador de MSF. Niños refugiados en uno de los puntos de recogida de agua instalados por MSF en el campo de Jamam.
André Heller Pérache: “Si la pregunta es si la situación está bajo control, la respuesta es no, absolutamente no”. Tiendas del hospital de pacientes internos del campo de refugiados de Batil al anochecer.