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The Guardian en español

Las fuerzas especiales británicas han operado en secreto en 19 países desde 2011

El secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, habla a cadetes durante una visita a la Real Academia Militar de Sandhurst (RMAS) en Berkshire, Inglaterra.

Dan Sabbagh

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En los últimos 12 años, el SAS (Servicio Aéreo Especial, por sus siglas en inglés) y otras fuerzas especiales del Reino Unido han intervenido de manera encubierta en 19 países de acuerdo con un informe de la ONG Action on Armed Violence. Entre los países donde han intervenido figuran Nigeria, Filipinas, Rusia, Siria, Ucrania y, más recientemente, Sudán.

Aunque las unidades militares de élite operan en secreto y sin confirmación pública del Gobierno, Action on Armed Violence (AOAV) ha conseguido reconstruir un listado con sus actividades desde 2011 a partir de las filtraciones que iban llegando a los medios de comunicación.

Según ese listado, el primer ministro y el secretario de Defensa han desplegado de manera repetida unidades del SAS, del SBS (Servicio Especial de Embarcaciones) y del SRR (Regimiento de Reconomiento Especial) para llevar a cabo misiones de alto riesgo en lugares con los que el Reino Unido no estaba en guerra, en la mayoría de los casos.

Siria es un país donde las fuerzas especiales británicas han estado especialmente activas. Hay informes de su entrada en el país a partir de 2012 con el objetivo de ayudar a los grupos rebeldes en su lucha contra el presidente Bashar al-Assad. También se dice que fueron enviadas a Siria en 2013 para identificar objetivos militares antes de una campaña de bombardeos que no se llevó a cabo por el voto en contra de los diputados.

La obsesión por el secretismo ha sido tan grande que cuando en 2018 mataron al miembro del SAS Matt Tonroe en Siria, lo que se dijo fue que formaba parte del regimiento de paracaidistas. Más tarde se supo que no había muerto por un artefacto explosivo improvisado, sino por la detonación accidental de una granada que llevaba un colega estadounidense.

Según documentos filtrados del Pentágono, a principios de 2023 había en Ucrania 50 miembros de las fuerzas especiales británicas, aunque formalmente Gran Bretaña no sea parte en el conflicto. El número equivalente para Estados Unidos y para Francia era de 14 y 15 respectivamente.

Según los autores del informe, el amplio listado de fuerzas especiales desplegadas no ha tenido supervisión. De acuerdo con las convenciones del Gobierno británico, cuando se trata de aprobar una guerra, los parlamentarios tienen que votar, pero las fuerzas especiales pueden ser desplegadas sin aprobación de los Comunes y sus acciones no están sujetas a ninguna investigación de comisiones parlamentarias.

Poco después de que en junio de 2015 un terrorista asesinara en un hotel de playa de Túnez a 30 británicos durante un atentado que se cobró 38 víctimas, varios medios publicaron que el SAS había recibido “carta blanca” del entonces primer ministro David Cameron para capturar o matar a líderes islamistas en Oriente Medio.

Según Iain Overton, director ejecutivo de AOAV, “el extenso despliegue de las fuerzas especiales británicas en numerosos países durante los últimos diez años genera preocupaciones serias sobre la transparencia y la supervisión democrática”. “La falta de aprobación parlamentaria y la falta de evaluaciones de estas misiones, una vez completadas, es profundamente preocupante”, dijo.

A pesar de ello, en marzo de este año se inició una investigación pública contra el SAS tras ser acusado de cometer 54 ejecuciones sumarias en Afganistán durante los años 2010 y 2011. En incursiones que solían producirse de noche, separaban a los hombres de sus familias y disparaban contra ellos una y otra vez argumentando que habían sacado un arma.

Tras el estallido de los combates en Sudán, fuerzas especiales del Reino Unido participaron en abril en el rescate de una veintena de diplomáticos y sus familiares en peligro de ser atacados, evacuándolos de Jartum por un aeródromo al norte de la capital.

El diputado conservador y actual Secretario de Defensa Ben Wallace elogió en ese momento el despliegue militar, pero según el Ministerio de Defensa, en la operación solo habían participado miembros del regimiento de Paracaidistas, de los Royal Marines y de la RAF. En ningún momento se mencionó a las fuerzas especiales.

Las fuerzas especiales suelen participar en rescates de rehenes y en operaciones para sacar a personas de territorios hostiles. En 2012 un grupo de comandos del SBS intentó sin éxito rescatar a un británico y a un italiano secuestrados por un grupo islamista en Nigeria. En 2019 sí lograron liberar a una pareja secuestrada en Filipinas durante una misión en la que los militares filipinos contaron con la formación y la planificación de las fuerzas especiales británicas.

El único despliegue en Rusia que ha llegado hasta los medios de comunicación es de 2014, cuando un periódico sensacionalista informó de soldados del SAS “a mano” para garantizar la seguridad de los atletas británicos durante los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi.

En la lista completa de países también figuran Argelia, Estonia, Francia, Omán, Irak, Kenia, Libia, Mali, Chipre, Pakistán, Somalia y Yemen. El listado fue enviado al Ministerio de Defensa, que por lo general no comenta la actividad de las fuerzas especiales. “La política de siempre de los sucesivos gobiernos es no hacer comentarios sobre las fuerzas especiales del Reino Unido”, ha señalado un portavoz del Ministerio de Defensa.

Traducción de Francisco de Zárate

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