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The Guardian en español

Viajar a Reino Unido tras el Brexit: ciudadanos de la UE se quejan de la discriminación y el caos en la frontera

Pasajeros facturando en el aeropuerto de Gatwick, Reino Unido.

Lisa O'Carroll

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Los ciudadanos de la Unión Europea que viven y trabajan en el Reino Unido están revelando que son recibidos con sospecha y amenazas de rechazar su ingreso en las fronteras del Reino Unido por primera vez en sus vidas. Esto alimenta de nuevo los temores por la falta de formación de los oficiales de fronteras sobre las nuevas reglas del Brexit.

Wolfgang, un ciudadano alemán que dirige una empresa de informática, fue detenido en el aeropuerto de Heathrow a pesar de tener pruebas de su condición de residente, permiso de estadía ilimitado y un pasaporte británico en trámite. Está furioso porque sus derechos fueron suspendidos por capricho de un oficial de fronteras.

“Tengo condición de residente”, dice. “Tengo un permiso de estadía ilimitado. Estoy a punto de convertirme en ciudadano británico. ¿Cómo puede un agente fronterizo suspender esos derechos con solo marcar una casilla?”

“Para decirlo claramente, evitaré regresar al Reino Unido hasta que reciba mi pasaporte británico”, dice Wolfgang desde Alemania. “Pago una gran suma de impuestos allí, y nunca he usado el sistema de salud, contribuyo a la economía, soy dueño de propiedades. Londres es mi ciudad favorita en el mundo, pero no tengo documentos que demuestren que puedo quedarme,” dice, en referencia a la decisión del Gobierno en contra de entregar documentos de residencia a los ciudadanos de la UE para que presenten ante empleadores, arrendadores y oficiales de fronteras.

“Deberían dar un documento que garantice que el permiso de residencia es una condición irrevocable mientras no cometas algún tipo de crimen grave”, dice Wolfgang.

Hilary Benn, diputado del Partido Laborista y antiguo director del ahora disuelto comité para las Relaciones Futuras con la Unión Europea, dice que casos como el de Wolfgang provocan preocupación sobre el destino de los 4,9 millones de ciudadanos de la UE que han recibido sus permisos de residentes o pre–residentes, especialmente al regreso de visitar sus países de origen cuando se levanten las restricciones por la COVID–19.

“Es preocupante escuchar que suceden estos incidentes. El Ministerio de Interior necesita asegurarse de que todos los oficiales de fronteras estén completamente entrenados en la aplicación de las nuevas reglas”.

En referencia al nuevo organismo de Brexit creado en enero para proteger los derechos de los ciudadanos de la UE, Benn agregó: “Esto es algo que la Autoridad de Monitoreo Independiente debe observar”.

“Sentí que había aterrizado en un Estado enemigo”

Entre otros casos está el de Antonio, un trabajador aeronáutico español que fue obligado a esperar 45 minutos en Gatwick mientras los oficiales de fronteras intentaban decidir si estaba mintiendo cuando les dijo que tenía condición de pre–residente. “Mi pasaporte no estaba asociado con la condición de residente. Cuando les dije que eso era porque la solicité con mi DNI, que había sido aceptada por el Ministerio de Interior, me dijeron que los DNI ya no eran aceptadas en la frontera”, dice Antonio.

Solo lo dejaron pasar cuando presentó la tarjeta de identificación de su aerolínea y su cronograma de auxiliar de cabina para demostrar que no era un inmigrante ilegal.

“He volado a muchos destinos por mi trabajo y he atravesado controles fronterizos en distintos países. Sentí que había aterrizado en un Estado enemigo”.

“Esta es la primera vez que me sentí intimidado por un oficial de policía que me cuestionaba simplemente por ser un extranjero que vive en el Reino Unido”, cuenta.

Para los novatos que llegan con visados de trabajo tampoco es fácil.

Marco, un hombre italiano que llegó al aeropuerto de la ciudad de Londres por su nuevo puesto en un gran banco británico, se enfrentó a autoridades que no estaban seguras de las nuevas reglas. Se negaron a sellar la fecha y hora de llegada en su pasaporte, mientras revisaban la carta donde su abogado decía que ese sello oficial sería necesario para aceptar su empleo.

“Me escoltaron a una sala de espera. Después de casi tres horas me llamó un oficial que me explicó que era 'una zona un poco gris', porque mi visado era electrónico y el Gobierno no había dado indicaciones sobre cómo reconocerlo o registrarlo formalmente en los pasaportes”, dice Marco.

Cuando llegó a su nueva oficina, lo primero que le solicitó el departamento de recursos humanos fue el sello en su pasaporte para corroborar su “derecho al trabajo”.

“Esto ha sucedido siempre con quienes vienen de fuera de la UE”

El caso de Marco es uno de la media docena que ha conocidoThe Guardian, que ya ha informado cómo otro grupo de ciudadanos de la UE –que llegaron de visita o en busca de trabajo– fueron esposados, encerrados y separados de sus pertenencias antes de ser deportados.

Colin Yeo, un abogado de extranjería y autor del blog Free Movement, dice: “Así es como funcionan las fronteras, esto ha sucedido siempre con quienes vienen de fuera de la UE y recién ahora está siendo aplicado a los ciudadanos de la UE”.

“El objetivo de la libertad de circulación era quitar la fricción en la frontera. Que lo reintrodujeran deliberadamente tendría necesariamente consecuencias”.

“Es difícil prever cómo lidiarán los oficiales de fronteras con esto. Restaurar los controles plenos entre Reino Unido y la UE es una labor enorme”, dice.

El Ministerio de Interior dijo que no está en condiciones de investigar las denuncias, ya que no le habían “dado detalles de las personas supuestamente involucradas”.

Una portavoz dice: “Los ciudadanos de la UE son nuestros amigos y vecinos y queremos que permanezcan en el Reino Unido, y por eso hemos lanzado un sistema de residencia pionero para la UE”.

“Quienes no tengan una condición de residente en este sistema pueden permanecer en el Reino Unido durante seis meses como visitantes, sin visado. Sin embargo, como la libertad de circulación ha terminado, quienes lleguen para trabajar o estudiar deben demostrar que cumplen con nuestras condiciones. Instamos a las personas a revisar esas condiciones antes de viajar”.

“Esperamos que las fuerzas de frontera traten a todos los recién llegados con respeto y que consideren la situación de los pasajeros caso por caso. Los ciudadanos británicos esperan que corroboremos que todos los que llegan al Reino Unido tengan el derecho a hacerlo, y puede que los pasajeros deban contestar preguntas para establecer la razón por la que viajan al Reino Unido”.

* Los nombres de los ciudadanos de la UE fueron cambiados para proteger sus identidades.

Traducción de Ignacio Rial-Schies

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