14N: una historia de lucha personal y batalla colectiva

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En esta ocasión, el 14N viene de la mano de otro número: el 5. Cinco años han pasado desde aquella noche en que les cambió la vida y cinco meses quedan para el juicio que puede volver a hacerlo. Los jóvenes encausados en Logroño por su participación en la Huelga General del 14 de noviembre de 2012, llevan cinco años viviendo a la sombra de una condena y tienen claro que todo eso acabará los días 9, 10 y 11 de abril, fechas previstas para el esperado juicio.

“Al menos este año sabemos que es el último aniversario, que tenemos un horizonte”, comienza Jorge, que se enfrenta a 2 años de prisión. Pablo, cuya petición de pena supera los siete años, está de acuerdo. “Después de cinco años estoy contento y más fuerte que nunca, porque ahora sé que sólo quedan cinco meses, en el cuarto aniversario quedaba un tiempo indeterminado, ahora sabemos que la fecha ya está ahí”.

Lejos del desánimo o la apatía que podían haber conllevado los cinco años de espera, los dos jóvenes muestran una voluntad férrea de seguir adelante y lo hacen “gracias al apoyo que hemos tenido desde el principio. Nos querían solos y se han encontrado con una piña”, aseguran.

Desde aquella noche, cada 14 de noviembre ha estado marcado en el calendario y se ha convertido en una fecha para coger fuerzas y seguir en la lucha “contra la represión”. Pero, ¿cómo creen que será el 14 de noviembre de 2018? Ambos tienen claro que será un día para juntarse, para celebrar, y para seguir luchando porque “Alfon, y mucho otros, seguirán en la cárcel, por desgracia no somos los únicos en esta situación”. Creen incluso que “el 14N será sin duda el día contra la represión en La Rioja”.

Esta visión de futuro deja claro que ambos esperan lo mejor del juicio del próximo mes de abril. “Yo estoy muy tranquilo porque sólo tenemos que contar la verdad aunque por supuesto que me cabrea tener que acudir a demostrar mi inocencia mientras que nadie tiene que mostrar mi culpabilidad”, dice Jorge. Pablo por su parte tiene tan claro su futuro que por fin ha decidido poner en marcha un proyecto de futuro en su vida. “Durante mucho tiempo no podía dar ningún paso, porque no sabía lo que iba a pasar, pero las cosas están yendo muy bien, hemos ganado mucho, y por eso he puesto en marcha por fin mi plan de empresa, mi proyecto de carpintería, que es ahora mismo mi vida, sólo quiero poder dedicarme a ello por completo y dejar todo esto atrás”, cuenta ilusionado.

Pablo es optimista, Jorge algo menos. A pesar de las pruebas, los testimonios y los vídeos aportados y la falta de los mismos por parte de la acusación (los vídeos de la Policía y de las cámaras de seguridad del Palacete fueron supuestamente borrados), no confía en el sistema. “Es todo un entramado y, durante el juicio, no sabemos lo que pasará porque estamos pidiendo a la jueza que contradiga a la policía, y eso sería algo inédito”. Lo que sí tienen claro los dos es que una importante batalla ya la han ganado. “Queríamos que nos absolviera la sociedad y eso lo hemos conseguido, cada vez se suman más apoyos, la gente nos ha escuchado y ha visto la realidad” dice Jorge.

Este año han organizado unas jornadas “más potentes que nunca” para coger fuerzas en la recta final. A partir de aquí comenzará la preparación personal y jurídica para afrontar el esperado juicio. “Durante este tiempo seguiremos en la calle, concentraremos el trabajo de cinco años en estos cinco meses y celebraremos incluso una gran manifestación el sábado anterior al juicio”.

Programa de las jornadas de Stop Represión

Y hasta ahí llegará la lucha por su caso. Después el asunto estará en manos de la justicia, una justicia que ha tardado cinco años y medio en llegar. ¿No ha sido esto ya de por si una condena? “Lo que hemos pasado no nos lo quita nadie, pero la condena hubiera sido quedarnos en casa, solos, siguiendo la estrategia del miedo y del silencio”, sentencia Pablo, “en este tiempo hemos crecido, nos hemos hecho fuertes y hemos madurado como colectivo, la lucha ha sido fundamental”.

Su causa suma ya más de 15.000 firmas y apoyos que no dejan de llegar desde sindicatos, movimientos sociales y personas de todos los puntos de España. Se sentarán solos en el banquillo pero a las puertas del juzgado, buena parte de la sociedad clamará justicia al considerar más que probada su inocencia. Cinco años y cinco meses separan aquella noche en la que se celebraba el éxito de la última Huelga General que ha habido en España de la mañana en la que escucharán el veredicto sobre su futuro.

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