Cándido Méndez se reúne con los trabajadores de Lear

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, se reunía ayer con los representantes de UGT en la empresa Lear de Agoncillo. Bajo un clima de tensión y preocupación, los delegados de la planta trasladaron al líder sindical la problemática generada ante el anuncio de la dirección de la empresa de abandonar definitivamente La Rioja.

Mañana se reúne por primera vez los respresentantes de los trabajadores con la dirección de Lear. Es el primer paso de un camino que los propios trabajadores ven con muy mal final.

La empresa de automoción anunció el pasado viernes que se marchaba. Lear da trabajo a 305 personas de forma directa, pero los sindicatos estiman que son 500 los puestos de trabajo inducidos. Es la tercera empresa más importante de la región por lo que no es de extrañar que su cierre se convierta en un auténtico drama para la economía riojana.

Las razones que Lear argumenta para bajar la persiana en su planta de Agoncillo es el coste de la mano de obra. Según los sindicatos y hasta el propio presidente del Gobierno, Pedro Sanz, la dirección de la planta que tiene su base en Estados Unidos y en Munich, quiere trasladar la producción a países con mano de obra más barata: Marruecos y Polonia. Lo que allí le cuesta 2 euros, aquí el desembolso es de 20. Es lo que se conoce como la deslocalización de las empresas, tan temida por los gobiernos europeos.

Lear no anunció sus intenciones ni trató de conseguir ayuda pública para reactivar la inversión. Nada. Tan solo el pasado viernes se plantó y dijo que se iba. No ha presentado opciones, ni Expediente de Regulación de Empleo ante la Autoridad Laboral, dependiente del Gobierno regional, ni un plan alternativo. Solo que se quiere marchar.

Los líderes sindicales de La Rioja, especialmente, Koldo González de CCOO y Javier Granda de UGT manifestaron su desacuerdo con la decisión del cierre y se mostraron muy duros con la dirección de la empresa. Incluso, el propio presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, confesaba sentirse sorprendido por las formas de Lear y afirmó que el Gobierno iría de la mano con Lear para evitar el cierre.