El alcalde de la ciudad de Deisburgo, presionado

Continúa la búsqueda de responsabilidades en torno a la muerte de 21 personas en el Love Parade. Ahora, es el alcalde de la urbe del noroeste alemán, Adolf Sauerland, el que ha sucumbido a la presión mediática y política y ha anunciado que se someterá a una moción de confianza.

Parece dudoso que el representante municipal vaya a sobrevivir políticamente al desastre organizativo de la Love Parade, que le costó la vida a 21 personas y mantiene a otras cinco hospitalizadas. Sin embargo, Sauerland se resiste tanto a presentar su dimisión como a esclarecer cuáles son sus planes de futuro, de hecho, ha reiterado que no renunciará al cargo pero que no impedirá que el concejo municipal prepare una moción de confianza contra su persona. En caso de perder la votación, Sauerland deberá dejar el cargo.

El alcalde, conservador de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), ha sido acusado de haber presionado para que se autorizara la organización de la Love Parade, a pesar de las advertencias de que ante la esperada multitud de más de un millón de personas, iba a haber problemas para mantener el orden y garantizar la seguridad. Pese a las acusaciones, Sauerland siempre ha sostenido que no firmó la autorización para que se celebrase el festival.

El primer edil, está sometido a una fuerte presión mediática, política y social, llegando a sufrir un conato de agresión al personarse en el lugar de la tragedia. Por ello, no pudo acudir al entierro y a la ceremonia en recuerdo de las víctimas porque se temía que pudiera ser objeto de la ira de los asistentes. “Sauerland es culpable”, puede leerse en unos carteles colgados a la entrada del túnel en el que cundió el pánico de la atrapada multitud. Ahora el pueblo que lo votó para que se mantuviera al cargo hace seis años, pide que se vaya.

Los hechos están siendo investigados tanto por la policía como por la justicia. Por otra parte, el gobierno regional de Renania, del Norte de Westfalia, anunció este lunes que creará un fondo de indemnizaciones para los familiares de las víctimas. El fondo será financiado con aportes del gobierno y con donativos de la población, dijo un portavoz.

Diversos organismos como la policía y los bomberos habían alertado previamente que la ciudad no estaba en condiciones para organizar un evento de semejante magnitud. Además de las 21 personas que perdieron la vida asfixiadas y pisoteadas durante una aglomeración masiva en un túnel de acceso, hubo 500 heridos de diversa consideración.