El etarra Laucirica condenado a 50 años de cárcel
La Audiencia Nacional ha condenado a 50 años de cárcel al miembro de la organización terrorista ETA Carmelo Laucirica Orive, alias 'Itxina', por colocar el 6 de diciembre de 2004 cuatro bombas que explotaron en tres cafeterías de Valladolid, León y Ávila y el aparcamiento del zoológico de Santillana del Mar (Cantabria).
Las bombas causaron heridas a cinco personas, entre ellas una niña de siete años que sufrió lesiones en un oído y un muslo, y cuantiosos daños materiales que son, según el tribunal, constitutivos de un delito continuado de colocación de artefacto explosivo y cuatro de lesiones terroristas.
La sentencia, que aclara no obstante que el cumplimiento de estas penas de prisión no superará los 20 años, obliga al etarra a indemnizar a la familia de la pequeña con 12.000 euros y le prohíbe vivir en su lugar de residencia en cinco años. Al resto de los heridos les debería pagar 310 euros por cabeza, si bien Laucirica se declaró insolvente ante el juez instructor.
LA FISCALÍA PEDÍA 37 AÑOS MENOS
La pena impuesta por la Audiencia Nacional es considerablemente superior a la solicitada por el fiscal Juan Moral, que pidió 13 años de cárcel por un delito de colocación de artefacto explosivo y otro de daños terroristas. La acusación particular, ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), reclamó 62 años de cárcel por cinco tentativas de asesinato y cuatro de daños terroristas.
La sentencia considera probado que Laucirica, que se mostró durante el juicio “orgulloso” de su pertenencia a ETA, utilizó entre 300 y 700 gramos de amonal para confeccionar cada uno de los cuatro artefactos, los colocó en los citados emplazamientos y avisó al diario 'Gara' de San Sebastián para reivindicar los atentados en nombre de ETA.
AVISÓ DE UN LUGAR EQUIVOCADO
En concreto, las bombas destrozaron parte de las instalaciones de las cafeterías 'La Banque', situada en el número 4 de la plaza Mayor de Valladolid; 'Lleras 38', en el número 48 de la calle Burgo Nuevo de León; y 'Fortaleza', ubicada en el número 13 de la calle Reyes Católicos de Ávila; así como el aparcamiento 'La Robleda', en la plaza del Cristo de Santillana del Mar. En este último caso, avisó de la colocación de la bomba en un lugar equivocado, ya que en su llamada aseguró que se encontraba en el aparcamiento del zoológico de la localidad.
Según el tribunal, la autoría de los cuatro atentados queda demostrada con la declaración escrita que realizó el etarra ante la policía en 2005, la prueba caligráfica de los carteles que colocó con la leyenda de 'Peligro, bomba' y el testimonio de los trabajadores de los hoteles en los que se hospedó para cometer estas acciones.
Durante la vista tomó la palabra Electra Bermúdez, una vecina de Santa Cruz de Tenerife que sufrió quemaduras en la cara posterior del muslo derecho cuando se disponía a visitar el zoológico en compañía de su hija de tres años y otros tres familiares. “La bomba estaba colocada en un sitio concurrido y turístico”, explicó al tribunal.
También testificaron los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que tomaron declaración a Laucirica tras su detención, que confirmaron que el etarra confesó haber puesto los artefactos siguiendo órdenes de Garikoitz Aspiazu Rubina, alias 'Txeroki', y tras haber mantenido contactos con Ibón Fernández de Iradi, 'Susper'.
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