El gobierno iraquí no cede frente a Blackwater
Parece que el gobierno de Irak no ha perdido los ánimos y continúa en su lucha porque se haga justicia. El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha anunciado que su gobierno va a presentar una demanda contra la empresa de seguridad estadounidense Blackwater, acusada de la muerte de 14 civiles en Bagdad en 2007, pese a la reciente decisión de un juez estadounidense de anular todos los cargos.
A través de un comunicado emitido por la oficina del primer ministro, el gobierno iraquí “rechaza la decisión de un tribunal norteamericano de absolver a la compañía del delito de homicidio de numerosos civiles”.
Esta postura del Ejecutivo iraquí ha sido tomada tras conocer que el pasado 31 de diciembre, un juez federal de Estados Unidos anuló todos los cargos contra cinco guardias de seguridad de Blackwater Worldwide por considerar que el gobierno de Estados Unidos había violado sus derechos constitucionales.
El juez de distrito Ricardo Urbina declaró que los fiscales habían utilizado inadecuadamente las declaraciones hechas por los acusados ante el Departamento de Estado bajo la amenaza de perder sus empleos. Los cinco guardias fueron acusados el año pasado de 14 cargos por homicidio, 20 cargos por intento de homicidio y un cargo por violación en el uso de armas durante un tiroteo en Bagdad que indignó a la población de Irak y tensó las relaciones binacionales.
El gobierno de Maliki ha lamentado la decisión del juez, pero no parece rendirse y ha anunciado su decisión de emprender otras acciones legales contra la compañía por el “grave crimen” cometido por sus guardias de seguridad.
Los hechos se produjeron en septiembre de 2007, cuando los guardias escoltaban a un convoy de diplomáticos estadounidenses en Bagdad. Tras sufrir un atentado con bomba, los guardias, antiguos veteranos de guerra, empezaron a disparar indiscriminadamente en una intersección repleta de civiles. Los acusados eran empleados de Blackwater Worldwide, conocida desde febrero como Xe Services. La firma perdió un contrato de seguridad con la Embajada de Estados Unidos en Bagdad tras el tiroteo.
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