El Naturhouse consigue un triunfo gris

El Naturhouse consiguió la victoria ante un rival directo, el Pilotes Posada, por 23-19, pero dejó un regusto amargo para sus aficionados, que vivieron en sus carnes los peores 30 minutos del equipo en Logroño. El triunfo permite a los de Jota conseguir cierta tranquilidad en la tabla, pero les obliga a seguir mejorando y, sobre todo, a no perder la concentración por muy superior que sea.

No empezaron bien las cosas para un Naturhouse que salió algo despistado y comenzó el partido yendo muchos minutos por debajo en el marcador. De hecho, hasta el 4-6, el Pilotes no se marchaba en el electrónico, pero sí dominaba en el campo, sobre todo en las segundas jugadas, donde el Naturhouse echaba por tierra todo el esfuerzo de su defensa.

Sin embargo, apareció entonces la providencial figura de Havard Tvedten, un hombre al que el equipo debería sujetar menos. Todas sus escapadas por velocidad dieron fruto y, unidas a su acierto desde los siete metros, sirvieron para colocar al equipo logroñés.

Gracias a Havard, que además dejó dos toques de clase espectaculares (con su muñeca haciendo lo imposible para el equipo de Jota pasó, de manera fulgurante, de estar dos abajo (4-6) a cobrar una ventaja de cuatro goles (10-6) en un partido que se rompió desde ese momento.

Mientras Oneto, que había sufrido un golpe en el tobillo al comienzo del partido, se metía en el vestuario con el médico del equipo logroñés, sus compañeros mantenían la distancia de cuatro goles hasta el descanso (14-10). El Pilotes no apretaba realmente y eso hacía que los errores del Naturhouse fuesen menos vistosos.

A la vuelta del descanso, el Naturhouse consiguió una cómoda ventaja. Los gallegos defendían mal y atacaban peor, por lo que todos los contragolpes eran para el equipo de Jota, que se vio ganador cuando, a falta de quince minutos, consiguió una ventaja de siete tantos (19-12). Sin embargo, los logroñeses volvieron a dar lo peor de sí y sacaron a la luz ese equipo irregular que tantos disgustos lleva dando esta temporada.

Y el Pilotes se acercó, pero sólo levemente (a cuatro goles fue lo más cerca que llegó a estar) porque el balonmano desapareció del Palacio de Deportes de la capital riojana. Lo que le sustituyó fue tal cúmulo de imprecisiones, desastres defensivos, fallos infantiles en ataque y otros mil disgustos más que lo mejor que se puede señalar de ese segundo tiempo es que acabó. Y, por suerte, bien para el Naturhouse. Si en vez de un Pilotes terrible en lo ofensivo, en Logroño hubiese jugado otro equipo, la historia podría no haber acabado tan bien (23-19). Un triunfo para meditar.

DATOS DEL PARTIDO

23.- Naturhouse La Rioja (14+9): Aguinagalde (p), Aguirrezabalaga (5), Belaustegui (2), Novelle (3), Amargant (1), Tvedten (8, 3 de penalti), Oneto, Torrego (ps), Parra, Alonso (1), Romero (1), Guardiola, Mojsowski (1) y Masachs (1).

19.- Octavio Pilotes Posada (10+19): Martinovic (p), Crevatín (2), Cupic (2, 1 de penalti), Corbin (1), Infesta (3), Fernández (3), Macías, Díaz (ps), Bjelis (3), Domínguez, Mitrovic, Coth (1), Prce (4) y Rodríguez.

Parciales: 2-2, 3-4, 6-6, 10-6, 11-7, 14-10 (descanso), 16-11, 18-12, 20-13, 22-15, 23-18 y 23-19.

Arbitros: Merino Mori y Moyano Prieto (Castilla León). Excluyeron por dos minutos a los locales Alonso, Parra y Romero; y a los visitantes Crevatín, Prce y Macías.

Incidencias: Alrededor de 3.000 espectadores en el Palacio de los Deportes de La Rioja.