El problema de la almendra en La Rioja: “ya no queda tiempo”

Los agricultores riojanos no están especialmente contentos. El incremento de las temperaturas y con ellas el de la sequía ha provocado que los cultivos se vean afectados y el tamaño de su fruto sea menor al de otras temporadas. Uno de esos frutos afectados es la almendra, la cual ha reducido tanto su precio como su tamaño.

Víctor Velázquez, socio de ARAG (Asociación Riojana de Agricultores) y a su vez presidente de Sat La Galera, declara que “el agua que ha caído no ha sido suficiente para que la almendra alcanzara un tamaño adecuado”. Además, “el calibre que están requiriendo las grandes empresas demandantes de este fruto es mayor de lo que se ha conseguido en el campo”, y por lo tanto el precio que pagan por ellas se reduce considerablemente.

Ya desde la entrada de la pandemia, el valor de la almendra comenzó a bajar, pero no ha sido hasta principios del 2023 que han sufrido un gran abaratamiento. “Los precios y la falta de compradores son los principales problemas que, unidos a la sequía, han provocado el descontento generalizado de los agricultores”. Víctor relata que “ya no queda tiempo” para que el fruto crezca más, “la almendra ya está madura y el árbol está seco. Lo único que puede hacer es caer al suelo”.

“Este año está siendo un año complicado porque prácticamente no hay compradores. No quieren la almendra”, un problema ya generalizado a nivel nacional. Además, añade Victor, “si la quieren, es con unos precios muy bajos marcados por unas pocas lonjas españolas pero, sobretodo, estadounidenses”.

El socio de ARAG añade que “la producción del año pasado fue bastante alta y los precios bastante mejores”. “El precio de la almendra se ha reducido un 20%, incluso en algunas variedades podríamos estar hablando de un 40%”. Este valor está marcado sobretodo por Estados Unidos que es el mayor productor a nivel mundial “un 85% del mercado lo tiene él”.

El abaratamiento también se debe a un excedente existente en el mercado estadounidense. “Tienen un excedente de 350.000 toneladas de la temporada pasada y a eso hay que sumarle lo que críen este año”, por lo que la entrada de almendra norteamericana barata ha derivado en una deflación enorme de la española. “La almendra que cultivamos en España no es suficiente para suplir la demanda de este país, y aun así los precios siguen estando muy bajos”, concluye molesto Víctor.