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Empleados públicos venezolanos bajo el régimen chavista

Rioja2

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El poder que ha alcanzado la Revolución Bolivariana en Venezuela con su base fundamental, el socialismo de siglo XXI, impulsado por el presidente de la república Hugo Chávez, a través de expropiaciones, nacionalizaciones y creación de nuevas instituciones públicas han originado que los venezolanos, por necesidad de un empleo, se sometan a los alineamientos ideológicos establecidos por estas empresas del Gobierno a las cuales según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) en una década ingresaron 1.024.595 trabajadores.

A pesar de que durante los 11 años de mandato que lleva el presidente Chávez en el poder, han cambiado bruscamente el sistema de gobierno venezolano de una democracia participativa a un Socialismo, que en ocasiones y tras bastidores líderes revolucionarios han señalado tiene como fin último el Comunismo, la realidad que vive el venezolano que se convierte en funcionario público frente al resto de la población tiene una carga y normas ideológicas que no son una opción, muchos trabajadores de este sector las ven como una obligación.

Es necesario explicar que durante el mandato del presidente Chávez, se han creado a través de decretos una serie de instituciones públicas, llamadas autónomas, que dependen de los ministerios del poder ejecutivo, las cuales no basan el proceso de selección a través de concursos públicos. Sin embargo sus empleados son considerados trabajadores públicos, al igual que aquellos ciudadanos que laboraban en un empresa privada expropiada. Por lo tanto, estos venezolanos al igual que los funcionarios públicos de carrera y elegidos por concurso se enfrentan a imposiciones que en algunos casos podrían determinar su permanencia en determinada empresa.

Expropiaciones y nacionalizaciones cambiaron el panorama

Desde el año 1999, el líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez, aceleró los motores de este nuevo proceso político, comenzando una nueva fase que hoy día ha alcanzado su máxima expresión, aún sin concluir: las expropiaciones y nacionalizaciones de grandes empresas privadas tanto nacionales como trasnacionales, acciones encaminadas a asumir el control de actividades estratégicas e impulsar la propiedad social, con el fin último de consolidar cada día más el modelo socialista.

Estudios de la Asociación nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco) arrojan que desde 1.999 han sido expropiadas 200 empresas privadas y más de 3 millones de hectáreas de tierras. Estas empresas han pasado a ser propiedad del Estado.

Y como consecuencia de esta incertidumbre del sector privado, generada también por otras acciones del gobierno revolucionario justificadas con el ímpetu de alcanzar el socialismo del siglo XXI, pero básicamente por temor a correr con la misma suerte que las empresas expropiadas, Anauco señala que en los últimos 11 años han cerrado 4.000 empresas, de las cuales un gran porcentaje se han establecido en otros países.

Esto no sólo le ha traído al Estado venezolano el beneficio de apoderarse de grandes industrias que no re quieren nuevas inversiones , ya que cuentan con todas las herramientas para funcionar a la perfección, como lo venían haciendo antes de convertirse en públicas, si no que le ha abierto el camino al primer Mandatario Nacional para crear nuevas instituciones en su mayoría de producción de alimentos en estos terrenos expropiados.

Las inspecciones que Anauco ha realizado en plantas procesadoras de alimentos mostraron que el sector público ha ganado terreno desplazando a las industrias privadas en la producción, distribución y comercialización de alimentos.

Esta situación ha traído consigo que las ofertas de empleos el sector público aumentaran de forma considerable, ya que al crear nuevas instituciones se necesita personal que labore en ellas. Mientras que los trabajadores que ejercían en las empresas privadas que ahora son propiedad del Estado, pasaron automáticamente a ser funcionarios públicos.

Sin embargo, hay un factor importante que también ha cambiado, los procesos de selección, ya no son los mismos, porque las empresas socialistas han creado una serie de condiciones, alineamientos ideológicos revolucionarios por los que el nuevo trabajador debe regirse. Comencemos de ahora en adelante a denominarlos diferenciándolos por genero, como lo establecen las nuevas empresas socialistas, trabajador y trabajadora.

¿A qué se someten los trabajadores y trabajadoras en una Empresa Socialista?

Un trabajador y trabajadora socialista (tal como lo explica Darío Brito, en una columna semanal que pública la página Web de la Empresa Socialista que presidía, la Corporación Venezolana Agraria Azúcar ), “tiene una inmensa responsabilidad política y ética en la construcción de la revolución bolivariana, en la formación de la fuerza popular como nueva hegemonía orientada hacia la concreción de la suprema felicidad social del pueblo venezolano. Ello supone un alto compromiso de organización, disciplina, de coherencia ideológica y política, de militancia antiimperialista[…]”

Como se puede entender, las actividades englobadas dentro del concepto socialista que tiene que cumplir el trabajador y trabajadora no sólo se limitan a su área, ya que la formación ideológica, y su participación en actividades que según el Estado supongan el avance de la revolución bolivariana, son diariamente puestas como asignaciones,

que los superiores las califican de voluntarias, sin embargo un gran porcentaje de los empleados las ven como una imposición.

Según declaraciones tomadas para Rioja2 de empleados públicos de una Empresa Socialista, dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, aparte de las tareas diarias correspondientes a su áreas de trabajo, se les pone como condición participar en actividades paralelas, en la mayoría de los casos en sus horas y días libres, como el Trabajo Voluntario, asistir a marchas de días festivos de la Revolución, adiestrarse militarmente en los Cuerpos Combatientes y participar una día a la semana en grupos de estudios ideológicos denominados Círculos Bolivarianos. Asimismo señalan que su trabajo no es valorado al no existir meritocracia dentro de la Institución donde ejercen.

Unos de estos trabajadores, abogado, cuenta que “nos enfrentamos a trabajar mas horas sin ninguna remuneración a cambio, nos enfrentamos a desgastes físicos innecesarios en marchas caminatas que a la final no sirven ni te benefician en nada, nos enfrentamos a discriminación puesto que se debe hacer solemnemente todo lo que diga el jefe sin importar que no este enmarcado en las regulaciones de las leyes venezolanas, entre muchos otros casos”.

Intento de adoctrinamiento durante horas de trabajo

Según la Real Academia Española, la palabra adoctrinamiento proviene de adoctrinar que significa Instruir a alguien en el conocimiento o enseñanzas de una doctrina, inculcarle determinadas ideas o creencias.

Las entrevistas realizadas a las fuentes utilizadas en este artículo, empleados públicos venezolanos, apuntan a que las actividades realizadas durante unas charlas en grupo, denominadas “círculos de estudio”, estaban directamente relacionadas con un adoctrinamiento ideológico.

En un artículo publicado por diario El Universal el martes 21 de abril del 2009, en la sección Caracas , se informa que “Las zonas educativas ya están listas para conformar los Círculos de Estudio que están enmarcados en el tercer motor ‘Moral y Luces’. Así, discutirán temas que tienen que ver con la historia del país, como el manifiesto de Cartagena o la Carta de Jamaica. Pero también, aprenderán acerca de la política contemporánea, con contenidos como el discurso del comandante Hugo Chávez y las líneas del Presidente, Bolívar Socialista y el árbol de las tres raíces”.

Estas actividades que comenzaron durante el primer trimestre del año 2009 en las empresas pertenecientes al Estado acostumbran a realizarse un día a las semana durante horas de trabajo “sin importar que tengas trabajo atrasado, todos los lunes a primera hora los coordinadores, gerentes, o el mismo presidente de la Institución, pasa por cada oficina a pedirnos a los empleados que nos acerquemos al espacio donde se lleva a cabo habitualmente el Círculo de Estudio, y la mayoría de las veces no comienzan hasta que todos estemos presentes” explica un trabajador de una Empresa Socialista.

Al solicitarle a uno de los entrevistados que relate las actividades que se llevaron a cabo un día durante el Círculo de Estudio, cuenta que primero se cantó el Himno de la República Bolivariana de Venezuela, después se cantó el Himno Zamorano (el trabajador explica que estos himnos no faltan en ningún Círculo de Estudio). El desarrollo de la actividad en el día seleccionado por el entrevistado fue la proyección de un documental sobre la manipulación mediática de los hechos del 11 de abril del 2002 por parte de los canales opositores al gobierno y, para culminar, se discute sobre el tema mientras un superior selecciona al azar a trabajadores presentes y les pide su opinión sobre el vídeo. La fuente destaca que nunca se finaliza la actividad sin pregonar la consigna “Patria socialista o muerte, venceremos”.

Por su parte otros de los entrevistados manifiesta que en los Círculos de Estudio se explican los valores socialistas, sin embargo apunta que son “perdedera de tiempo porque lo que se dice no se practica”.

Participación en Trabajos Voluntarios y Marchas ¿obligación?

No es un secreto que los planteamientos socialistas y comunistas de Chávez están influenciados por personajes revolucionarios como Marx, Lenin y el Che Guevara, como bien el mandatario lo ha manifestado reiteradamente en sus acostumbradas alocuciones o anuncios, por ejemplo, la edición del pasado 14 de marzo de “las líneas de Chávez” , (columna escrita por el presidente semanalmente y publicada tanto en los portales Web de las Empresas Socialistas como en los periódicos oficialistas todos los lunes) Chávez la tituló con la siguiente expresión “¡con Marx, con Cristo, con Bolívar!

Siguiendo esta línea ideológica todas las Instituciones del Estado implantaron como nuevas tareas de las empresas desarrollar el trabajo voluntario que fue descrito por Marx cuando escribió la experiencia de la Comuna de París en 1871, en la cual hombres y mujeres intentaron crear colectivamente una nueva sociedad. Posteriormente fue impulsado por Lenin durante los primeros años de la Revolución bolchevique bajo la figura de los sábados comunistas. Pero el ejemplo histórico más cercano que tenemos, es la experiencia impulsada en los primeros años de la revolución cubana por el Che Guevara, para quien “el trabajo voluntario es una escuela creadora de conciencia, es el esfuerzo realizado por la sociedad y para la sociedad como un aporte individual y colectivo”.

El domingo 12 de julio del 2009 en la trasmisión n° 335 del programa dominical del presidente Chávez, “Aló presidente”, el presidente Chávez aseguró que es necesario incentivar el trabajo voluntario como parte del proceso de transición del modelo capitalista al socialismo. “Toda actividad humana requiere motivación, en el capitalismo, la única motivación que hay es el ¿cuánto hay para eso?; en el socialismo, aunque todo el mundo requiere de un ingreso digno para la vida, hay que ir mucho más allá: el incentivo moral, espiritual del trabajo voluntario”

El jefe de Estado añadió que “el trabajo voluntario, la conciencia del deber social hay que estimularlo con el ejemplo que nosotros debemos dar poniéndonos al frente, sin cobrar nada, porque antes de preguntar cuánto me van a dar, debo pensar en cuánto voy a aportar yo a la sociedad limpiando los ríos, la calle, el monte, ayudando a una familia muy pobre a arreglar un tubo que se les rompió y no tienen cómo arreglarla”.

En contraposición las trabajadoras y trabajadores públicos entrevistados por Rioja2 señalaron que el trabajo voluntario no le hacía referencia a su nombre, ya que lo consideran obligatorio al sentirse bajo presión cuando los superiores pasan listas por cada departamento para que los empleados confirmen su asistencia a determinada actividad voluntaria y no remunerada.

Al preguntarle a uno de los entrevistados, trabajador del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (MPPAT) que actividades realizan como Trabajo Voluntario explicó que “en ocasiones nos trasladan en autobuses a las plantas de producción de alimentos socialistas que se encuentran en el interior del país para que ayudemos a los empleados a realizar las jornadas de producción. Hubo una oportunidad que el trabajo voluntario consistió en limpiar y pintar de rojo las instalaciones de una finca expropiada”.

En contra parte, otra empleada pública de este ministerio opina que “el trabajo voluntario es bueno dependiendo del fin con que se realice, y siempre y cuando no afecte las actividades personales de cada persona”

Por otra lado, el mismo método es utilizado para que los trabajadores y trabajadoras acudan a las acostumbradas Marchas realizadas los días de fiesta nacional, en los que el mandatario tiende a dar un mitin enmarcado en el día de celebración o conmemoración, y la masa de ciudadanos, en su mayoría empleados públicos, acuden a la jornada a pesar de ser un día no laborable por ser festivo. Los entrevistados afirman que además de las constantes listas que pasan para confirmar la asistencia de los trabajadores a las marchas, los superiores los llaman a su móvil y teléfono local para invitarlos a la jornada.

De esta situación se origina una de las conocidas consignas de la oposición al gobierno, “yo vine por que quise, a mi no me trajeron”, durante sus protestas.

“¿cuál es el fin de marchar? ¿A caso se logra algo o se cambia algo con someter al pueblo al sol severo y horas de pie? ¿Será que el hambre y la delincuencia disminuye con cada marcha?, es una pérdida de tiempo en extremo” dice uno de los empleados públicos.

Mientras que otra de las fuentes entrevistadas apuntó que “unas de las aberraciones más destacadas para mantenerse laborando en una empresa socialista es el compromiso a participar en las constantes marchas proselitistas que por ser fuera de nuestro ámbito de trabajo, se derrochaban cantidades de dinero significativas tanto en traslados como en logística, constriñéndonos a vestir con uniformes de color ROJO, por ser este el color emblemático al partido de gobierno, generándonos un estado de repulsión masivo por un tono que en mi niñez no era más que uno de los matices más simbólicos y representativos de mi bandera: la sangre de nuestros libertadores o la época más añorada por los infantes LA NAVIDAD”.

Un tercer trabajador público enfatiza que “las Marchas y el trabajo voluntario son una imposición indirecta, es por ello que la mayoría de las veces la gente no las realiza con agrado, ya que en el caso de las Marchas es de notar que no tienen ningún fin beneficio, más bien causan cansancio y hasta enfermedades, y en el caso del trabajo voluntario el hecho es que se realizaba en los días de descanso que son pocos y fuera del estado por lo que la gente se disgusta ya que las actividades del hogar se les atrasan o el compartir con la familia se ve interrumpido”.

Preparando a los trabajadores para ¿la guerra?

La Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela (FAN), fue reformada este año y entro en vigencia a través de Gaceta Oficial del Estado num. 39.359, de fecha 2 de febrero de 2010.

En esta reforma se legalizó una nueva milicia civil que se venía conformando por los trabajadores y trabajadoras públicas desde inicios de año. Los Cuerpos Combatientes, que según el artículo 50 de esta Ley “son unidades conformadas por ciudadanos y ciudadanas que laboran en las instituciones públicas o privadas, que de manera voluntaria son registrados o registradas, organizados u organizadas y adiestrados o adiestradas por el Comando General de la Milicia Bolivariana con el fin de coadyuvar con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en defensa integral de la Nación, asegurando la integridad y operatividad de las instituciones a las que pertenecen”

Este artículo de las FAN contempla que el procedimiento para la conformación, activación y registro de los cuerpos de combatientes son: “1- Será conformado por la máxima autoridad del órgano, ente o institución mediante acto administrativo interno (Providencia, resolución, etc.). 2- Una vez efectuado dicho acto administrativo la institución remitirá a través de una comunicación la manifestación de voluntad para su activación y registro, control operacional y empleo ante el Comando General de la Milicia Nacional. 3- La institución remitirá la lista del personal que la integra indicando: apellidos y nombres, cédula de identidad, fecha de nacimiento, grupo sanguíneo, profesión u oficio, cargo que ocupa en la institución y deberá anexar una foto tamaño carnet con fondo rojo. 4- Recibida la comunicación, el Comando General de la Milicia procederá la autorización para su activación, así como a designar a la Unidad de Milicia más cercana para las coordinaciones correspondientes en cuanto a la planificación, control, empleo y entrenamiento del referido Cuerpo de Combatientes. 5- El Comando General de la Milicia Nacional Bolivariana por intermedio de la Dirección General de Conscripción y Alistamiento Militar para la Defensa Integral procesará el listado del personal que integra el Cuerpo Combatiente y procederá a su Registro y Carnetización. 6- El Comando General de la Milicia Nacional Bolivariana remitirá los carnets a la institución solicitante con la respectiva normativa de uso. 7- Desde el mismo instante que se manifieste la voluntad para su conformación por parte de la institución está autorizado efectuar todas las actividades y coordinaciones pertinentes y necesarias para concretar su conformación, planificación, entrenamiento y empleo.”

Uno de los trabajadores de una Empresa Socialista adscrita al MPPAT explica que en esta nueva fase de cumplimiento de las instrucciones del presidente Chávez por parte de las instituciones del Gobierno, específicamente con respecto a la conformación de Cuerpos Combatientes, el carácter obligatorio de la participación de los empleados en estas actividades se hizo más evidente. Los superiores establecían como condición el entrenamiento militar para conservar el puesto de trabajo, aprovechando que muchas empresas pasaban por un período de transición.

Durante el primer trimestre del 2010 la Corporación Venezolana Agraria (CVA), empresa perteneciente al MPPAT, con todas sus adscritas, comenzó un proceso de liquidación del personal para convertirse en Corporación Venezolana de Alimentos (CVAL) y “la condición puesta a los trabajadores y trabajadoras para ser contratados en CVAL conservando su puesto de trabajo era entrenarse militarmente con el fin de formar parte de los Cuerpos Combatientes del Estado, gerentes de área nos lo decían directamente, si quieres entrar a CVAL tienes que hacer el Cuerpo Combatiente” señala una trabajadora de CVA Matriz.

“Me alisté en el Cuerpo Combatiente, como tenía que conservar mi puesto de trabajo ya que mantengo a mi familia, me lo tomé como una aventura, dormí una semana en una de las fincas expropiadas por el gobierno, en las vaqueras improvisaban un baño, y dormíamos todos juntos en un galpón con muchas literas, nos levantábamos a las 4 ó 5 de la madrugada y nos comenzaba a entrenar militarmente un cabo del ejército a quien teníamos que obedecer, teníamos que hacerlo todo, desde orden cerrado, manipulación de armas, hasta arrastrarse por el piso con los brazos simulando un ataque. Al culminar la semana nos otorgaban un certificado que consta que ya formamos parte de la milicia venezolana” relató un trabajador quien afirma que hoy día forma parte de la nómina de CVAL.

Por su parte una trabajadora que no se alistó en el entrenamiento militar, fue liquidada sin ser contratada nuevamente en otra Empresa del Estado, y cuenta que hasta la fecha continúa desempleada.

En una nota publicada en el portal Web de la gobernación del estado Guárico en marzo del 2009 se informa que el coordinador nacional de los Cuerpos Combatientes, coronel Carlos Colombani Lanz, durante una reunión que sostuvo este con representantes de instituciones públicas y privadas manifestó que “Todos somos responsables de la seguridad de nuestro país y por ello debemos organizarnos en cuerpos combatientes, Milicia Territorial y Reserva Militar, pues de esa forma nos estaremos preparando para cualquier eventualidad no sólo desde el punto de vista bélico, sino natural o de orden interno”.

En consecuencia uno de los trabajadores público entrevistados dice “¿combatientes de qué? ¿A caso está prevista o planificada una guerra? ¿para que están las fuerzas armadas entonces?”

¿Existe la meritocracia con estas condiciones de trabajo?

Una de las entrevistadas, ex trabajadora de una empresa del gobierno respondió a esta pregunta de esta forma “El cantor no es más que un profesional con un perfil debidamente calificado que por los sin sabores de la vida optó en consagrarse laboralmente ante una Empresa Socialista o como se esfuerzan en llamarles Unidad de Propiedad Social; hasta el nombre es incongruente con la realidad vivida en las instituciones que así se califican, en virtud de que lo que realmente nos pertenece, ni lo regalamos, despilfarramos, dilapidamos e impensable sería obtener prebendas a través de contrataciones con supuestos concursos, donde ya existía previamente un ganador impuesto. Su calvario continúa, ya que si tus aspiraciones son escalar jerarquía, la meritocracia es un término que hasta desconocen. El requisito sine qua non para aspirar un cargo de alta gerencia es aguantar, callar, apoyar y avalar las mediocridades sugeridas por los gerentes o directivos que apartando el hecho de ser desconocedores del vocablo gerencial, en su gran mayoría no pasan de ser personeros politiqueros que escasamente alcanzan un bachillerato

Sin embargo, otro de los empleados públicos opina que en la mayoría de los casos someterse a estas condiciones no garantiza un mérito, “los profesionales ascienden dependiendo de su ideología, y bueno hay que estar de acuerdo con todo lo que se dicte de los lineamientos de los altos funcionarios, sin importar que el criterio de uno como profesional, en tal sentido el profesional es denigrado de su condición y reducido a menos así participe en las actividades impuestas, porque si las tomaban en cuenta pero sólo para ver quien supuestamente está adepto al régimen socialista y ver si dan la cara por él, pero no para ver si te ascienden”

Otra fuente complementa “el acato de estas exigencias las toman en cuenta para saber si tú eres un trabajador político, mas no para medir tu capacidad o desarrollo como profesional, y la situación es más tensa si te enfrentas a la realidad, que es lo que más se ve, de que tu jefe no tiene buenos conocimientos se hace difícil la comunicación profesional, cuando sabes que lo que te imponen realizar no es lo conveniente o adecuado”

El artículo 26 de la Ley Orgánica del Trabajo establece que: Se prohíbe toda discriminación en las condiciones de trabajo basada en edad, sexo, raza, estado civil, credo religioso, filiación política o condición social. Los infractores serán penados de conformidad con las leyes.

Sin embargo, es el mismo poder ejecutivo el que ordena a lo demás poderes y ministerios condicionar el trabajo público a estas imposiciones, y los organismos siguen al pie de la letra las instrucciones del presidente Chávez, entonces ¿quién ampara a las trabajadoras y trabajadores venezolanos?, actualmente están desasistidos, y los alineamientos ideológicos son aceptados por temor al desempleo en un país donde la tendencia política rige todas las demás áreas.

Entonces se puede inferir que a pesar que hoy día el Estado venezolano crea una gran fuente de empleo para el país, algunos empleados públicos aseguran que una condición si se qua non para conservar su puesto de trabajo es someterse a las imposiciones y actividades ideológicas impuestas de forma indirecta por sus superiores, quienes se rigen por los lineamientos dictados por el presidente Chávez.

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