Encantados de la vida
El fútbol tiene estas cosas. Lo que hace mes y medio era un mar de dudas, de incertidumbre deportivas y de aspectos negativos, hoy es lo contrario. La convicción que transmite este bloque es máxima, tanta que las únicas elucubraciones posibles pasan por saber qué hubiera pasado de haber llegado antes Sergio Rodríguez al banquillo. La permanencia ya está sellada. Sabe a poco y, por el momento, el techo de esta nueva versión de la Unión Deportiva Logroñés la marcan las tres jornadas que restan para concluir la temporada. Ahí se cierra el chiringuito. Que sí, que matemáticamente hay opciones de estar entre los cuatro primeros... pero no se compra. Como mucho, la Copa del Rey y hay que verlo.
Sea como fuere, Sergio Rodríguez prosigue a lo suyo. Da igual que esté en el banquillo -aún le resta un partido de sanción-. Lo que importa es el trabajo diario y la perfecta asimilación que han hecho unos jugadores cuestionados hace unas fechas por su bajo rendimiento. La confianza que transmite el técnico logroñés la han cogido de buen gusto los blanquirrojos para encadenar ante la Real Sociedad B su quinta victoria seguida. Ahí es nada, hasta su llegada no se habían dado ni siquiera dos consecutivas esta campaña. Un triunfo, podría decirse, cómodo, sin sufrimiento.
El mérito hay que atribuirlo a lo que antes no sucedía. Ocasión rival fallada y en la acción siguiente, tras una contra, llega el tanto de los riojanos. Jauregui tuvo el 1-0, no acertó y Coulibaly cedió después de culminar el contragolpe para que Salvador abriera el marcador. antes de superar la media hroa de juego. Como pasara ante el Castilla, una transición ofensiva iba a adelantar a los blanquirrojos. La demostración de recursos ofensivos volvió a quedar de manifiesto cuando al filo del descanso Amelibia -segundo tanto en dos jornadas a la salida de un córner- remataba un saque de esquina lanzado por Muneta. El central arrancó desde el segundo palo, pese a que su par trató de agarrarlo para evitar que cogiera ventaja en la carrera, para llegar en el momento justo en el que el balón entraba en zona de remate.
QUERER EL CONTROL DE JUEGO
Un 0-2 que dejó sin ideas a una filial blanquiazul que demostró buenas intenciones y trato de balón. Careció de lo que tanto ha lamentado la UDL en muchas jornadas, el gol. Desde el pitido inicial se comprobó que ambos conjuntos quería lo mismo, el control del juego y del ritmo. Por eso, los dos presionaron arriba en aras de incomodar la elaboración, de impedir que el oponente estuviera a gusto sobre el césped. Fueron minuto de brega, de esfuerzo y de mucho trabajo. También de concentración, de no perder el sitio, de saber lo que hacer con y sin la pelota.
Con el paso del tiempo dio la sensación de que era la Real Sociedad B la que lograba que le durara más el esférico en su poder, pero la UDL lo dio por bueno porque a los de Imanol les faltaba profundidad y continuidad en sus acciones. Por eso, asumió un papel más expectante pero sin dejarse intimidar. Cierto que había alguna jugada aislada ofensiva de los blanquiazules, pero sin consecuencias para Miguel. Por su parte, los riojanos también se estiraban, puede que les costar más, que en ocasiones fuera casi cuando se robaba en la medular y que hubiera meno sensación de peligro, pero el equilibrio era constante.
Hasta que llegó la acción de Jauregui y la jugada que desencadenaría la internada de Coulibaly y la asistencia para que Salvador, demostrando ser un buen llegador, certificara su gran momento con un gol. Tanto importante porque dio más moral a lo que la UDL estaba desplegando en Zubieta. Por el contrario, el cuadro guipuzcoano se encontraba con un marcador adverso y sin encontrar la manera de superar a un rival ordenado y consciente sobre lo que había que hacer. Se alcanzaba la media hora de encuentro y la Real Sociedad B intentaba recuperarse, esperar al descanso y confiar en la segunda mitad.
Con lo que no contaba el cuadro local era con el acierto en las acciones a balón parado de los blanquirrojos. Muneta la puso de lujo y Amelibia, esta vez partiendo desde el segundo palo -lugar en el que marcó ante el Castilla- para irse al primero, remató de cabeza para superar a Giralt y aumentar las diferencias en el marcador, además de desatar la euforia en los jugadores visitantes. Daba la impresión de que la efectividad estaba siendo clave para entender el luminoso en el ecuador del choque.
OPCIONES A LA CONTRA
En la segunda parte, la Real Sociedad B acusó las prisas, ya no le servía el tocar en horizontal sin pasar líneas. Ahora, debía arriesgar más y el peligro de una contra era evidente. A ello apeló una UDL que entendió lo que había que ejecutar. Hubo fases en las que los visitantes parecían meterse demasiado atrás, pero la sensación de peligro no existía porque a los chicos del filial les costaba mucho acabar las jugadas. Eran previsibles en sus acciones ante un equipo serio, disciplinado y que pudo sentenciar. En este caso, la solidaridad de Espina le jugó una mala pasada, ya que la buena triangulación entre Muneta, Espina y el asturiano se quedó ahí porque el 'pichichi' blanquirrojo falló en el último pase.
Adrián León salía a escena por Reguilón para acumular gente por dentro y ayudar en la medular. También Marcos André -se gustó regateando a Calvillo y forzó la expulsión de Giralt- tenía sus minutos por un Coulibaly amonestado, mientras que Traver fue la última opción en detrimento de Espina. La mejor noticia era que el tiempo pasaba, ni rápido ni lento. No se sufría y eso es un indicador de que las cosas estaban saliendo perfectas. Que los espacios que dejaba la zaga local iban a ser aprovechados por los logroñeses era sabido y así Marcos André se presentó ante Giralt y el portero no tuvo más remedio que zancadillearle pese a ser expulsado y ceder los guantes a un jugador de campo, Merquelanz. Anecdótico en la que fue la quinta victoria seguida de la UDL, la que ha transformado Sergio Rodríguez.
FICHA TÉCNICA
Real Sociedad B: Giralt; Ibarbia, Le Normand, Ugarte, Arrieta (Zubimendi, min. 77); Zubeldia (Calvillo, min. 67), Guevara; Olaizola (Ujia, min. 82), Sangalli, Merquelanz; y Jauregui.
UD Logroñés: Miguel; Julio Rico, Caneda, Amelibia, Paredes; Muneta, César Remón, Salvador, Reguilón (Adrián León, min. 63); Espina (Traver, min. 83) y Coulibaly (Marcos André, min. 74).
Goles: 0-1, min. 27: Salvador. 0-2, min. 43: Amelibia.
Árbitro: Pablo Fernández (Comité Asturiano). Expulsó con roja directa al local Giralt (min. 89). Amonestó al local Guevara (min. 37) y a los visitantes Coulibaly (min. 34), Julio Rico (min. 56) y Salvador (min. 62).
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