Estados Unidos detiene los vuelos desde su base en Kirguistán

Estados Unidos ha detenido todos los vuelos de soldados a Afganistán a través de su base aérea en Kirguistán, debido a que persisten las preocupaciones de seguridad tras el levantamiento popular organizado esta semana en el estado centroasiático que ha culminado con la instauración de un Gobierno interino tras la huída del país de su presidente Kurmanbek Bakiyev.

Todos los vuelos de pasajeros desde la base aérea Manas, un punto vital para enviar suministros a las operaciones de la OTAN en Afganistán, fueron suspendidas desde la tarde del viernes, dijo un portavoz de la base.

“Si bien las operaciones de vuelo normales en la base Manas se reanudaron el viernes, se tomó una decisión por la tarde para desviar temporalmente los vuelos de transporte de militares”, según el portavoz, Rickardo Bodden. Sus comentarios confirmaron los realizados el viernes por el Mando Central del Ejército de Estados Unidos.

Bodden declinó decir cuándo se reanudarían los vuelos de pasajeros o revelar las rutas alternativas que se utilizarían, pero precisó que la base aún está enviando combustible, cargas y realizando vuelos humanitarios.

“El centro de transición en Manas está realizando otras operaciones de vuelo en una base limitada y sigue apoyando las operaciones en Afganistán”, declaró.

Funcionarios del Pentágono dicen que Manas es clave en los esfuerzos de guerra contra los talibanes, permitiendo vuelos durante todo el día hacia y desde el vecino Afganistán. Cerca de 50.000 soldados pasaron por la base sólo el mes pasado.

Miembros del autoproclamado nuevo Gobierno de Kirguistán han dicho que el préstamos de la base a Estados Unidos podría ser recortado.

Rusia, el primer país que reconoció a los nuevos líderes de Kirguistán, también tiene una base aérea en el país. Un funcionario ruso, quien rehusó ser identificado, dijo el jueves que el país, de importancia estratégica, sólo debería tener una base rusa.

Al menos 78 personas murieron en la capital kirguisa, Biskek, durante un levantamiento que obligó a huir al presidente Bakiyev rumbo a su bastión en el sur del país de 5,3 millones de habitantes.