“Hay un libro esperando para cada persona, si no te gusta leer es porque igual no has encontrado el tuyo”
Uno de los primeros recuerdos que guarda Diego Ochoa sobre la librería familiar Santos Ochoa viaja hasta su niñez, cuando jugaba con uno de sus hermanos en la tienda, metido en una caja de cartón, y este la arrastraba por el suelo entre risas y diversión hasta que su padre les descubría. “Mi hermano me cubrió y yo me libré de la bronca”, narra entre risas. “Hemos pasado tanto tiempo en la librería… los viernes cuando terminábamos las clases y merendábamos ahí estábamos, lo he vivido prácticamente desde que nací, a partir de los 16 trabajando para Navidad… nos ha tocado hacer todos los puestos, en almacén, en caja, en libros, en papelería (carpintero porque el mobiliario es propio)…”. Páginas y páginas que llenan la historia de esta librería centenaria.
Diego Ochoa pertenece a la cuarta generación que, junto a la tercera, está actualmente a cargo del negocio. Fue en 1915 cuando su bisabuelo Santos Ochoa, comenzó esta aventura, como librería e imprenta. A día de hoy, la librería más longeva de Logroño, está presente en siete comunidades autónomas y, en la capital riojana, cuenta con cuatro tiendas.
La primera tienda de Santos Ochoa abrió en la calle Sagasta número 3, apunta Diego Ochoa. “Poco después de abrir la librería, a los 36 años, falleció Santos Ochoa en un accidente de tren dejó a seis hijos y a su viuda, Tomasa Ochoa”, quien “tuvo que sacar adelante a estos seis hijos y el negocio de librería e imprenta”, pone en valor. Años más tarde, fue el abuelo de Diego, también llamado Santos Ochoa, quien se hizo cargo del negocio y, tras él llegó la tercera generación de libreros, tíos y padres de este librero, quienes fueron consolidando y ampliando un negocio muy querido en la ciudad.
Y así, hace ya casi 23 años la familia Ochoa abrió su primera tienda fuera de La Rioja, concretamente en Soria. “A partir de ahí nos fuimos incorporando miembros de la cuarta generación, actualmente estamos mis primas, Ana e Irene, en Gráficas Ochoa, y mis hermanos, mis padres y yo en Santos Ochoa”.
En total, Santos Ochoa cuenta con más de una veintena de establecimientos en el país y un equipo humano de más de “cien compañeros” con “nuestros valores de humildad, alegría, respeto y responsabilidad con una cultura de esfuerzo organizado”. Y es que, este negocio familiar ha sido reconocido en dos ocasiones con el Premio Nacional al Pequeño Comercio, en 2005 y 2022. “Es increíble el hecho que se te reconozca a nivel nacional de una forma tan notoria”.
¿El secreto?: El cariño y el trabajo en común de la familia. “Es un proyecto que hemos construido entre todas las generaciones”, apunta Diego Ochoa, con “creatividad, mucha capacidad de trabajo, ilusión y pasión y optimismo”. “Lo único que sé es que el negocio familiar ha pasado por dos guerras mundiales y una guerra civil y estoy seguro de que eso sí que ha tenido que ser complicado, dramático y un período de mucho miedo, después de haber conseguido vivir esos momentos, hay que intentar ser optimista”. “La satisfacción de que nuestros padres hayan apostado por nosotros, que nos dejen hacer, equivocarnos, nuevos proyectos… creo que eso también es lo que nos hace estar motivados y haber aprendido más”.
Al igual, apunta en la capacidad de modernizarse, contando la librería con un sistema informático propio y una gran presencia en redes sociales, canales que utilizan para recomendar libros y demás productos o retransmitir sus actos. “Entre todos hemos montado el universo Santos Ochoa, que día a día va cambiando”.
“Todo el conocimiento del mundo está en los libros”, reivindica el librero. “Por un lado está la narrativa, pero también hay científicos, de filología, diccionarios o los que están en auge, de crecimiento personal”. Así en este Día de las Librerías, Diego Ochoa anima: “Hay un libro esperando para cada uno, si no te gusta leer es porque igual no has encontrado tu libro”. Con ello, termina su defensa: “La Rioja es una de las regiones del mundo con más metros cuadrados de librerías por habitante”. “Las riojanas y los riojanos apostamos por la lectura y muestra de ello es que hay muchas librerías, y librerías muy grandes y muy interesantes”.
Marisol Martínez (Copisol): “Las librerías, como cualquier negocio, con el tema de internet, se están muriendo”
En Haro, Marisol Martínez abrió hace una veintena de años Copisol, en el número 3 de la calle Mazo. “Hice un estudio de mercado de negocios que hacían falta en Haro y vi que era una buena opción”, cuenta sobre los orígenes del negocio. Actualmente, además de Marisol, su propietaria, trabajan también María y Amparo.
Desde Copisol, además de libros, también ofrecen material escolar o de oficina, papelería, así como servicios de copistería o encuadernación, muy recurrentes en las adaptaciones del sector de las librerías a los nuevos tiempos. “Lo que más trabajo con más diferencia es libro, tanto de lectura como de texto”, apunta. Entre los libros más demandados del momento, esta librera señala que en estos días los Premios Planeta son los que más se están vendiendo.
“Las librerías, como cualquier negocio, con el tema de internet, se están muriendo”, lamenta. “La gente se ha acostumbrado a comprar todo online”. Una realidad que ve cada día, al ofrecer también servicio de punto de recogida de paquetes.
En estos veinte años de andadura, Marisol Martínez recuerda cómo aquellas niñas y niños jarreros que comprobar en Copisol su material escolar ahora vuelven a su tienda para imprimir y encuadernar sus apuntes de la Universidad. “En Navidades vienen con sus apuntes de Bilbao, Salamanca, Huesca… a que se los encuaderne y me cuentan, se les coge mucho cariño”. “También vienen a decirme que han acabado la carrera, que han encontrado trabajo y han vuelto a Haro, no tengo un cliente así, tengo varios”, agradece. “Es como una familia, aquí”.
Y es que, en tiempos de pantallas, el cara a cara y el cariño de estos pequeños negocios conforman su gran valor. “Se genera mucha confianza y la gente lo agradece, yo no me puedo quejar, porque trabajo de maravilla, hay que ganarse al cliente”.
Carmen Mateos (Librería Veo veo): “Siempre he sido una apasionada de los libros y llega un momento en la vida en el que decides dedicarte a lo que más te gusta y pensé: es ahora o nunca”
Fue el pasado marzo cuando Carmen Mateos apostó por abrir su propia librería, Veo veo, centrada en literatura infantil y juvenil, en Logroño, concretamente en el número 31 de Avenida de la Solidaridad.
“Siempre he sido una apasionada de los libros y llega un momento en la vida en el que decides dedicarte a lo que más te gusta y pensé: es ahora o nunca”.
¿Y por qué literatura infantil y juvenil? “El objetivo era desmarcarme un poco, no quería abrir una librería más”. Así, en este espacio sus estanterías albergan historias acerca de monstruos divertidos –“las que más gustan últimamente”, héroes y heroínas, pero también enseñanzas sobre cómo aprender a identificar y gestionar ciertas emociones. Además, la tienda cuenta con un espacio de lectura, con sillones y una pequeña tienda de campaña, que encanta a sus clientes más pequeños, y próximamente abrirá su página web.
Estos primeros meses de andadura para esta librera han sido “maravillosos”, “he conocido a un montón de gente con las mismas inquietudes, veo que la gente viene y le gusta mucho la librería, estoy feliz porque estoy todo el día rodeada de libros, haciendo lo que me gusta, la gente me pide recomendaciones, empezamos a hablar… tenemos un punto en común que nos une, el libro, y lo estoy disfrutando como nunca”.
“Es cierto que se vende mucho por internet, pero este tipo de libro, el libro infantil, necesita ser tocado, los niños, que están aprendiendo, que están creciendo, tienen que tocar, que oler, si vienes aquí, encuentras lo que necesitas”. Las recomendaciones de Carmen, llenas de entusiasmo, son la guía para decantarse para una u otra lectura. Carmen Martínez ve que el futuro del sector pasa por combinar esta atención presencial con pedidos mediante el catálogo online que se recojan en la tienda “y, por supuesto, estar presente en las redes sociales”.
Precisamente, en la lectura como acto compartido es en lo que hace hincapié esta librera. “Recomiendo a los padres y a las madres que les lean, que aunque les parezcan muy pequeños o que no les gusta repiten lo que ven, es abrir una puerta para vivir muchas vidas”. “Está compartiendo contigo y esos momentos son oro, lo recordarán toda la vida”, anima.
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