El IER premia un estudio sobre Bretón de los Herreros y otro sobre economía circular en la industria vitivinícola
El Instituto de Estudios Riojanos (IER) ha celebrado hoy, día 7, el acto de entrega de sus Premios de Investigación 2025, cada uno dotado con 10.000 euros y destinados a impulsar la investigación sobre la realidad cultural, social, histórica y científica de La Rioja.
En la categoría de investigadores mayores de 36 años, el jurado ha premiado a Ana Isabel Ballesteros Dorado por el trabajo titulado 'Manuel Bretón de los Herreros y el teatro en Madrid con el general Baldomero'. Este estudio recupera y analiza la relación del dramaturgo riojano con la vida teatral madrileña de su tiempo, aportando nuevas claves sobre la interacción entre literatura, política y sociedades del siglo XIX.
En la categoría destinada a investigadores de hasta 35 años, el galardón ha sido para Celia Sabando Fraile y Marina Corral Bobadilla, por el proyecto 'Reutilización de subproductos lignocelulósicos de Vitis vinifera como biosorbentes para el tratamiento sostenible de aguas residuales industriales contaminadas con Cd(II) y Zn(II)'. La investigación plantea una solución de economía circular que convierte residuos vitivinícolas, como los sarmientos, raspones o el orujo de uva, en biosorbentes capaces de depurar aguas con presencia de cadmio y zinc, contribuyendo a procesos más sostenibles en el ámbito industrial.
El acto de entrega ha contado con la participación del consejero de Cultura, Turismo, Deporte y Juventud, José Luis Pérez Pastor, y la directora académica del IER, Pepa Castillo. Los Premios de Investigación del IER, que se convocan anualmente, constituyen un referente en el panorama académico y cultural riojano y reflejan el interés del Gobierno de La Rioja por fomentar la investigación, el conocimiento y la difusión del patrimonio material e inmaterial de la comunidad.
Un trabajo que destaca los valores saludables de Bretón de los Herreros
Ana Isabel Ballesteros, investigadora premiada, lleva 30 años estudiando a Manuel Bretón de los Herreros y este último estudio premiado se centra en el periodo comprendido entre 1840 y 1843. La autora ha destacado durante el acto la importancia social y de salud pública de la obra del dramaturgo riojano al que “habría que agradecerle la risa que proporcionó a todo su público”. Teniendo en cuenta que “la risa es salud”, ha continuado, se puede decir que Bretón “mantuvo o promocionó la salud de todas aquellas personas que asistían a ver sus obras”.
Ballesteros ha explicado que, al contrario que otros dramaturgos de su tiempo, Bretón “se centraba en otro tipo de personajes”, reflejando principalmente a las “entonces incipientes pero cada vez más numerosas clases medias”, mientras que las clases altas se veían menos reflejadas.
Sin duda, un rasgo destacado por Ballesteros es cómo Bretón trató “el gran tema de su tiempo, que eran las relaciones conyugales, el matrimonio”. Así, a través de su obra, advertía a los maridos sobre la necesidad de no comportarse de forma “demasiado autoritaria” y de estar “al servicio de sus mujeres y en general de la familia”, siendo “tiernos y cariñosos” en el hogar. Como obra clave de este periodo, la investigadora destacó 'La escuela de las casadas', que suscitó una gran polémica y se representó a lo largo de todo el siglo XIX.
Ballesteros, que también ha recibido a lo largo de su trayectoria como filóloga otros premios de orden literario, ha expresado que el premio IER supone una gran alegría para que los valores de Bretón de los Herreros “puedan quedar de manifiesto y puedan llegar a un público más amplio”.
Celia Sabando y Marina Corral: economía circular para depurar el agua riojana
Las investigadoras Celia Sabando y Marina Corral, ambas ingenieras industriales de la Universidad de La Rioja, han explicado cómo su trabajo se centra en la reutilización de residuos de la industria vitivinícola como el sarmiento, el raspón y el orujo de uva agotado.
El novedoso y positivo enfoque de su trabajo radica en que los restos se han utilizado “en bruto, sin tratamientos químicos” tan solo triturándolos para luego aplicarlos al agua contaminada. De esta forma, el estudio demuestra cómo el proceso de biosorción permite que los “metales pesados contaminantes en el agua”, tales como el Cadmio y el Zinc, quedan “atrapados” en la superficie de estos residuos, logrando purificar el agua. Como resultado, “al retirar el producto, retiras la contaminación”. De hecho, con el sarmiento han conseguido “eficiencias de eliminación de más del 90% para eliminar Cadmio”, con resultados también positivos para el Zinc.
Las investigadoras de la Universidad de La Rioja destacaron que su método es más ecológico que los tratamientos convencionales, que suelen ser más químicos y costosos. Su ambición ahora es que el estudio sea escalable a nivel industrial, aunque reconocen que es un proceso laborioso que podría llevar algunos años, ya que todavía están en fases de estudio e investigaciones de laboratorio. También están investigando la viabilidad de utilizar otros residuos de material natural, como el hueso de aceituna triturado, que ya les ha ofrecido buenos resultados.
0