“Con la nueva ordenanza, desaparecería el 75% de la superficie de terrazas de Logroño”
Todavía es sólo un borrador, pero la nueva ordenanza de terrazas ya levanta ampollas. Y es que entre las propuestas presentadas figura la limitación del tamaño de la terraza en función del tamaño del local. Así, la terraza no podrá superar “el 30% de la superficie útil del local más 1 metro cuadrado por cada metro de frente de fachada”. Esta limitación supondrá, en la práctica, que “desaparezca el 75% de la ocupación de terrazas de Logroño”, según Francisco Martínez-Bergés, de la Asociación Hostelería Riojana de la FER.
Los hosteleros logroñeses creen que el Ayuntamiento y los técnicos “no han calculado” lo que han puesto en el borrador. Por ello, estos días lo estudiarán “al pie de la letra” y la semana que viene presentarán alegaciones.
Así, aunque haya espacio suficiente fuera del local, el espacio estará limitado por la propia superficie del establecimiento. Martínez-Bergés estima, en un primer cálculo, que un local de 100 metros cuadrados sólo podrá tener terraza en 30 metros, lo que supone unas 6 o 7 mesas (una mesa y 4 sillas ocupan unos 4 metros).
La distancia a fachadas establecida en la nueva ordenanza es otro punto discordante. En caso de situarse frente a una vivienda en planta baja, la distancia mínima se duplicará, pasando de 2 a 4 metros. Asimismo, los 2 metros establecidos hasta el momento entre los cerramientos fijos y las fachadas se incrementará hasta 6 metros, una medida que busca una menor afección a locales o portales colindantes. “Con este requisito no se podrá montar ninguna terraza en Logroño”.
La necesidad de regular las terrazas
Los hosteleros riojanos ya presentaron una propuesta en 2010 en la que apostaban por limitar el espacio de la terraza a la superficie del local: a 100 metros de establecimiento, 100 metros de terraza como máximo. Sin embargo, el Consistorio hizo oídos sordos a esta propuesta, con lo que, según Martínez-Bergés, las terrazas quedaron sin regular y se multiplicaron. Entiende, por tanto, que es necesario regular las terrazas, pero no comparten “las prisas” y no está de acuerdo con estas limitaciones.
Además, considera que no se puede argumentar que las terrazas molestan. “No es verdad que los vecinos quieran que desaparezcan las terrazas. No lo quiere nadie” .
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