El Ayuntamiento plantea cambios en las normas urbanísticas para avanzar en la sostenibilidad
El Pleno del Ayuntamiento de Logroño abordará en la sesión ordinaria de este jueves 15 de abril, la aprobación inicial de una modificación del Plan General Municipal cuya finalidad es actualizar las normas urbanísticas para fomentar que los nuevos edificios de la ciudad, así como las rehabilitaciones de los que ya existen, puedan incorporar soluciones técnicas y funcionales que mejoren su eficiencia energética, su accesibilidad y, en general, su sostenibilidad.
Así lo ha explicado este miércoles el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, quien ha agradecido a la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), así como a los colegios profesionales de Arquitectos y de Arquitectos Técnicos de La Rioja, su colaboración por aportar ideas y cuestiones que se han recogido en esta modificación.
Consciente de que “queda trabajo por hacer”, se ha mostrado dispuesto a seguir trabajando de la mano del sector y “avanzar en cuestiones que estaban desatendidas desde hace diez años”.
El objetivo de la modificación presentada, ha dicho Caballero, “que responde a demandas del sector, es facilitar que los edificios puedan mejorar su eficiencia energética a través de soluciones técnicas de difícil encaje en la normativa actual”. En este sentido, se abordan las siguientes cuestiones en la propuesta de modificación.
Por un lado, la relacionada con la sostenibilidad y la eficiencia energética de los edificios. Para ello la modificación planteada propone regular el cómputo de la edificabilidad de un edificio. No se tendrá en cuenta, por ejemplo, el grosor de los muros por encima de los 30 cm. De esta forma realizar muros más gruesos que contribuyan a un mejor aislamiento no supondrá una merma de la superficie útil interior de las viviendas.
De la misma forma no computará la edificabilidad de una terraza por vivienda de más de 6 metros cuadrados, sin límite de superficie. “De esta forma se quiere fomentar el aumento de este espacio que, como hemos visto durante el confinamiento, puede resultar una mejora en la habitabilidad de las viviendas. Con esto también protegemos el modelo denso y compacto de nuestra ciudad y evitamos el éxodo a las viviendas con jardín, que trae un mayor consumo de materiales y energía al separar las funciones urbanas”, ha explicado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible.
Cuartos de guarda de bicicletas
Por otro lado, la modificación incluye la adecuación a las nuevas formas de movilidad urbana sostenible. En esta línea se propone diferenciar los cuartos de guarda de bicicletas de las salas comunitarias, de tal forma que se puedan realizar los dos espacios sin computar edificabilidad, hasta un máximo de 2,5 metros cuadrados por vivienda. “Así impulsamos de manera específica que se construyan estos espacios comunes para guardar bicicletas en los nuevos edificios, sin que tenga repercusión sobre la cantidad de metros cuadrados que los promotores pueden edificar”, ha indicado Caballero.
Los cuartos para la guarda de bicicletas se podrán construir en zonas calificadas como residencial, complementario de la vivienda, dotacional o, incluso, en espacio libre privado, donde se podrá hacer una construcción auxiliar. “Se trata de unas medidas que pretenden facilitar la guarda de bicicletas en los nuevos edificios de viviendas para que estén a mano de los usuarios. Se ha comprobado que si la bicicleta es fácil de coger y dejar en los portales de las viviendas, se estimula su uso frente al coche”, ha dicho.
Además, se aumenta de 7 a 20 cm el espesor de los muros de fachada que puede sobresalir hacia la calle, de tal forma que se facilita la colocación de elementos aislantes por el exterior de los edificios existentes, favoreciendo su rehabilitación energética sin tener que entrar en las viviendas, realizando la obra desde el exterior.
También se permitirá la combinación de cubiertas planas e inclinadas para que sea compatible la instalación de maquinaria vinculada a la eficiencia energética y la producción de energía renovable.
“Hasta ahora solo se podía elegir una de las dos opciones. De esta forma se facilita que las cubiertas se puedan diseñar para albergar la maquinaria que necesitan algunos sistemas modernos de climatización eficiente, como la aerotermia, a la vez que se posibilita, en la misma cubierta, la instalación de placas fotovoltaicas sobre partes inclinadas de la misma, por poner un ejemplo. Con ello se quiere impulsar que las cubiertas de los edificios aprovechen mejor la energía del sol”, ha afirmado.
Por último, la modificación también incluye el aumento de las alturas de la edificación para facilitar las instalaciones y para optimizar la ocupación de locales en planta baja. Se aumenta la altura máxima entre plantas elevadas hasta los 3,25 metros, frente a los actuales 3,00 metros. Estos 25 centímetros extras podrán ser utilizados para desplegar instalaciones de climatización y ventilación en los falsos techos de las nuevas construcciones, una cuestión que venía siendo demandada desde hace tiempo por los profesionales del sector.
Se modifica también la regulación de alturas en planta baja para los entrepisos (plantas intermedias que se consideran incluidas en el volumen de planta baja) y se permite que puedan ser utilizadas para mayor variedad de usos que hasta ahora (básicamente aparcamiento, aseos y almacenamiento), fomentando así la posibilidad de aprovechar locales existentes en planta baja que disponen de alturas generosas.
Se reduce la altura libre en los espacios de venta de superficies comerciales, de 2,60 actuales a 2,50, para facilitar la instalación de elementos de aislamiento acústico, que es otra demanda habitual en la reforma de locales. “Con estas modificaciones en las condiciones de edificación y uso de las plantas bajas se pretende facilitar y conceder un mayor aprovechamiento a los locales de la ciudad, fomentando su uso y utilización”, ha concluido.
La modificación, por último, elimina la prohibición de utilizar la madera como material estructural, dado que la actual normativa impide su utilización a pesar de que en ciertas condiciones es un material perfectamente funcional y con un bajo impacto ambiental.
El concejal ha insistido en que las normas urbanísticas de la ciudad requieren una atención constante para adaptarlas a los cambios tecnológicos, constructivos y, sobre todo, a las exigencias de la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad. “Con esta modificación damos un paso más en nuestra política de ciudad verde, facilitando e incentivando que el sector de la construcción pueda mejorar la eficiencia energética y la habitabilidad del parque edificado de Logroño”, ha explicado.
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