Vuelven los oscuros estorninos
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Logroño está sufriendo la plaga de estorninos desde hace cuatro años y ya ha comenzado el intenso trabajo para ahuyentar los dormideros. “Un barrido desde el centro al exterior de la ciudad para devolver a los pájaros a su hábitats naturales” explica Luis Lezaga, director de la empresa Sturnus.
Esta empresa se encarga de ahuyentar los dormideros de estorninos de la ciudad de Logroño. Desde diciembre de 2005 hasta la actualidad, existe una problemática clara con esta población invernante de estorninos, que acuden a la ciudad por la reducción de sus hábitats naturales, las favorables condiciones térmicas en la ciudad (aumento de temperatura en el interior de la urbe) y para defenderse frente a depredadores naturales (escasean los rapaces y mamíferos depredadores en el interior de la ciudad).
En el año 2005 hubo una gran plaga en la ciudad con 2 millones de estorninos. Una cifra que se redujo a los 150.000-200.000 del año pasado. Se concentran en Madre de Dios, en la zona del cementerio, la Plaza Teresa de Calcuta, Plaza el Coso y la zona del antiguo cuartel de Murrieta.
EL ÉXITO RESIDE EN LA COMBINACIÓN DE MEDIDAS
Luis Lezaga explica las medidas que se realizan para acabar con los dormideros, siempre teniendo en cuanta el respeto por el ave y la naturaleza. Para tal labor, colocan ahuyentadores acústico-ópticos, con luces y alarmas con los vocablos propios de las aves y de sus depredadores. Además de utilizar a un total de 36 aves rapaces vivas, que son adiestradas desde pequeñas. El éxito de la eficacia de estas medidas reside en la combinación entre sonidos de alarma y aves rapaces, reconoce Lezaga, “los sonidos y las aves rapaces generan incomodidad además combinamos la técnica de altería con el bajo vuelo”. Así, los estorninos vuelven a sus enclaves naturales como las Cañas o La Grajera.LA PROBLEMÁTICA DE CONVIVIR CON LOS ESTORNINOS
Los dormideros masivos conllevan una gran problemática asociada que se traduce en los siguientes inconvenientes, aclara Luis Lezaga, la producción de excrementos en el área del dormidero y en los alrededores, provocan mal olor, y su carácter extraordinariamente ácido provoca la abrasión de los materiales en donde se asientan (plantas, mobiliario urbano, vehículos, ropa, edificios. Además, en días de lluvia suponen un riesgo grave de resbalones para los viandantes. Además de las molestias de los vecinos ocasionadas por los chillidos de estas aves durante toda la noche. La insalubridad
de estos excrementos supone un caldo de cultivo excelente para organismos microbianos lo que puede traducirse en zoonosis diversas. Además los estorninos se alimentan frecuentemente en vertederos urbanos, lo que aumenta este riesgo. Luis Lezaga advierte de que los problemas que se derivan de los dormideros de estorninos, afecta por igual al humano y a las propias aves.
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