Más fondos para ayudar a 1,7 millones de desplazados paquistaníes
Cuando comenzó la ofensiva del ejército paquistaní contra las milicias cerca del pequeño pueblo de Said, este joven de 20 años, trabajador en una fábrica, pensó que el fuego de mortero y los combates cercanos a su casa no durarían mucho.
“Pensamos que la situación mejoraría en dos o tres días, pero no ha sido así”, cuenta Said. Así que el pasado fin de semana él y su familia se armaron de valor y huyeron a través de la montaña hasta llegar al campo de Jalozai, donde ahora se cobijan esperando que cesen los combates para poder retornar a su hogar.
Jalozai es uno de los 26 campos en el noroeste de Pakistán, 15 de los cuales han sido levantados durante este mes, muchos de ellos con la ayuda del ACNUR, para proporcionar refugio a cientos de miles de personas que han quedado temporalmente sin hogar por el conflicto. El viernes 23 de mayo las autoridades locales habían registrado mas de 1.7 millones de personas desplazadas por los combates en el valle del Swat y los alrededores desde el pasado 2 de mayo. Unas 200.000 personas están viviendo en campamentos como el de Jalozai y el resto está viviendo con amigos, familiares o en edificios comunales, como escuelas.
La mayoría han dejado atrás sus casas y pertenencias, huyendo sólo con lo que llevaban encima. Con la llegada del verano, hombres, mujeres y especialmente niños están sufriendo infecciones de la piel relacionadas con el calor, y también enfermedades que se transmiten a través del agua.
Muchos de los desplazados por los ataques sufren estrés postraumático también. Una mujer nos contó cómo tapó a sus hijos los oídos con algodón durante los bombardeos para tratar de calmarlos. Otra mujer estaba tan asustada por los combates que dejó atrás a uno de sus hijos durante la huida, y volvió a buscarlo en cuanto se dio cuenta de su terrible error.
Por su parte, ACNUR, como integrante del esfuerzo conjunto de la ONU para proporcionar cobijo y ayuda humanitaria, proporciona asesoramiento técnico en la construcción y coordinación de campamentos, y ayuda a las autoridades locales a registrar a la población desplazada.
A causa de los nuevos desplazamientos, la ONU en Islamabad lanzó este viernes un llamamiento conjunto solicitando fondos para atender las necesidades de la población afectada, llamamiento que supera los 500 millones de dólares, de los cuales sólo se ha recibido el compromiso de contribuciones por valor de 88 millones hasta la fecha. La ONU hace un llamamiento urgente para contribuciones, por el monto restante al objeto de ayudar a la población afectada y los más vulnerables hasta finales de 2009. Dentro de éste llamamiento conjunto, ACNUR necesita 84 millones de dólares para sufragar la operación que desarrolla en el noroeste de Pakistán por el mismo período
En un intento por aliviar las altas temperaturas en los campamentos, que alcanzan diariamente los 45º C., ACNUR está trabajando para proporcionar más sombras sobre las tiendas. Los desplazados están sufriendo particularmente el calor, pues proceden de un clima mucho más frío, en el montañoso valle del Swat. ACNUR ha planificado alojamientos comunales, – “cuartos fríos” – para hombres y mujeres, con electricidad y ventiladores para proporcionar al menos un lugar fresco. ACNUR está instalando pantallas alrededor de las tiendas de campaña para dar mayor privacidad a las mujeres.
ACNUR también está construyendo cocinas individuales y comunitarias en los campamentos para que la gente desplazada pueda cocinar sus alimentos, suministrándoles combustible y raciones de comida, en vez de depender de alimentos cocinados porporcionados por el gobierno.
Esta semana, ACNUR ha comenzado a distribuir suministros humanitarios básicos como lonas plásticas y utensilios para cocinar, a casi todos los desplazados que viven fuera de los campamentos. La mayoría de la gente desplazada, sin embargo, ha buscado cobijo en edificios públicos, como escuelas, y depende de la generosidad de la comunidad local paquistaní. Muchas familias que viven cerca les están llevando comida y ropa.
Al mismo tiempo, continúan apareciendo asentamientos espontáneos, especialmente en la zona de Mardan y Suabi. El Banco de Ayuda establecido por ACNUR en Noshwera, en la provincia Noroeste, está recibiendo donaciones privadas en especie, como ropa de verano y ventiladores. ACNUR necesita con urgencia almohadones, jabón, neveras pórtatiles y sábanas.
Para la gente desplazada como Said, la ayuda de la población local paquistaní y de la comunidad internacional es muy bienvenida, aunque preferirían poder volver cuanto antes a sus pueblos de origen.
“Antes de que tuviéramos que huir,” dijo Said, “trabajaba en la fábrica de 8 de la mañana a 8 de la tarde. Aquí no hago nada. Queremos vivir en nuestros pueblos. Pero no volveremos hasta que haya seguridad”.
Artículo elaborado por Ariane Rummery y Hélène Caux desde Pakistán.
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