Mejor sin cafeína
No se trata sólo de renunciar al café, una nueva investigación encuentra relación entre el consumo de cafeína contenida en medicamentos, té, cola y chocolate en mujeres embarazadas y una cierta ralentización en el desarrollo del bebé.
Es el último compendio de evidencias que indican que la cantidad de cafeína que una persona consume puede tener un impacto directo en la salud, especialmente cuando el consumidor es una gestante.
En enero, un grupo de investigadores estadounidenses advertían que las mujeres que tomaban a diario una o dos tazas de café tienen un riesgo mayor de tener problemas en el embarazo que aquellas que evitan la cafeína.
De acuerdo con estos últimos datos, las mujeres que consumen una o dos tazas de café al día tienen un 20 por ciento más de riesgo de tener un bebé de poco peso. Está demostrado que los bebés con menor peso del normal al nacer son más vulnerables frente a diversas enfermedades en etapas más avanzadas de la vida, entre ellas la hipertensión, la diabetes y las condiciones cardiovasculares.
“El consumo de cafeína en el embarazo está asociado con un riesgo mayor de restricción del crecimiento fetal”, concluyen los autores, de la Universidad de Leicester (Reino Unido). “El consejo más sensato sería reducir la ingesta antes del embarazo y a lo largo de toda la gestación”, añaden.
El equipo, que colaboró en la investigación con expertos de la Universidad de Leeds, repasó las historias clínicas y los hábitos de consumo de 2.645 mujeres con una edad media de 30 años. Su informe confirma que incluso pequeñas cantidades de cafeína son perjudiciales. “No sabemos -aclaraba el directo del trabajo- cuál es el umbral mínimo de consumo sin riesgo. Mi consejo es reducirlo al mínimo”.
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