Navarro y Ricky alfrombran el camino hacia París
Los dos primeros partidos de la serie habían dejado la eliminatoria empatada, pero sobre todo habían plagado de dudas el rendimiento de Navarro y el futuro en la competición del principal favorito. La 'Bomba', con 45 puntos en apenas dos días, conquistó el Palacio de Vistalegre y dejó el camino despejado para que el Barcelona inicie el asalto final a su segunda corona europea.
Messina planteó el mismo quinteto inicial que jugó la segunda parte del cuarto partido, buscando la dosis de intensidad que necesitaba su equipo para dar vida a la eliminatoria. La apuesta no disgustó al italiano, en vista de los siete minutos que tardó en realizar su primer cambio. Agarrado a la resurrección de Garbajosa, autor de nueve puntos en ocho minutos, el Real Madrid marcó la primera ventaja (17-13).
Menos certero en los triples -falló sus cuatro primeros intentos-, el Barça no mostró su versión arrolladora, en parte porque no le dejaba el Madrid, en parte porque la inspiración celestial del tercer partido era irrepetible. A la que Basile encontró una vía de agua en el perímetro con dos triples, su equipo recuperó el aliento (17-20) y el partido la igualdad al final del primer cuarto.
El segundo cuarto comenzó con dos los chispazos del proscrito Velickovic para alborozo de la grada, sabedora de que la batalla solo se podía ganar con todos los soldados. A la llamada de corneta también acudió Bullock con cinco puntos sucesivos, pero el sonido llegó a oídos del rival, despertando a rivales peligrosos como Ricky -máximo anotador al descanso con diez puntos- o Morris, autro de un triple que selló la máxima ventaja momentánea (29-36, min.15).
En ese momento, el respetable se inflamó con una falta pitada a Lavrinovic cuando taponaba a Ricky. Bullock cogió el testigo de un público que le sigue adorando e impidió malos mayores con un triple marca de la casa (36-38) que al poco emuló Llull. El partido se ponía espléndido y Fran Vázquez añadió brillantina con un espectacular 'alley hop' previo al descanso (41-45), al que se llegaba con dos conclusiones: El Madrid disparaba con veteranos de guerra y el Barça no quería quinto en el Palau.
LA BOMBA ESTALLA TRAS EL DESCANSO
La mecha prendió al paso por vestuarios y la 'Bomba' estalló en el tercer cuarto. Un triple de Ricky y dos seguidos de Navarro, con respuesta de Llull en el intervalo, elevaron nuevamente al Barça hasta su máxima ventaja de siete puntos (49-56). Pero el Real Madrid no perdió la fe, encontró a Hansen, y recuperó a Llull. El equilibrio volvía al marcador (60-60).
Entre tanto, el público agigantaba su enfado con el arbitraje y hasta Messina le recomendaba a Xavi Pascual con gestos que viera la repetición de alguna jugada polémica por la tele. Para entonces, el equipo azulgrana, algo romo en ataque, estaba plenamente entregado a Navarro, que también notó peso en las muñecas y falló dos tiros libre seguidos. Pero el Real Madrid no terminaba de voltear el marcador y nada había resuelto a falta del último cuarto (62-65).
Tras un periodo de tanteo (68-70), el partido parecía estallar del todo, así que Messina quemó las naves y metió a Llull y Tomic, pero el pívot, elemento sorpresa de la eliminatoria, cometió la cuarta al instante y volvió al banquillo. En ese momento el Barça apretó las tuercas de su engranaje defensivo y, como no, dejó que Navarro se encargara del resto en ataque (68-77). Máxima renta de nueve puntos, cuatro minutos por delante.
Ricky se sumó a la carga azulgrana y solo Llull impidió un final prematuro con ocho puntos consecutivos. El arranque del balear instaló el sueño de la remontada en Vistalegre (78-82), pero el aro escupió su tiro cuando faltaban cuarenta segundos y en el rebote cometió la quinta. Eliminado el revulsivo local, el Barça enfrío el sueño hasta dejarlo congelado. El billete para París quedaba reservado a nombre de su eterno rival.
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